Borrar
Caquis 'Rojo Brillante' en el árbol, a primeros de noviembre, a punto de ser recolectados. AVA
Hundimiento de precios

Hundimiento de precios

Todas las producciones hortofrutícolas de campaña, salvo el tomate, han caído en cotizaciones ruinosas sin verse motivos de saturación de mercado Las sandías dejan de recolectarse en la huerta pese al fuerte consumo por el calor

VICENTE LLADRÓ

VALENCIA.

Lunes, 6 de agosto 2018, 00:20

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Entre los productores de frutas y hortalizas siempre se ha sabido que, más o menos, se cumplía esta regla: si aprieta el calor en Europa, sube el consumo, aumenta la demanda, luego mejoran los precios en el campo. Siempre, hasta ahora, cuando falla sin que nadie entienda por qué. Toda Europa sufre una fuerte ola de calor, pero aquella vieja regla está fallando. Pasó a la historia.

Sí, es cierto que el consumo sube; como siempre que el verano se pone especialmente duro, la gente come más sandías refrescantes, aumenta la demanda de toda clase de frutas y verduras... Pero esta vez no se traduce en mejoras de precios en origen, como antaño. Por el contrario, arrecian las cotizaciones ruinosas, hasta tal punto que empiezan a quedarse producciones en los campos, como ocurre con las sandías de la Huerta valenciana y otras comarcas, porque los costes de recolectar superan los bajísimos precios de venta.

Desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) se ha hecho hincapié en este problema, señalando que «el repunte de la demanda no se está dejando sentir en el bolsillo de los agricultores valencianos» y que, por el contrario, «la campaña hortofrutícola de verano avanza en su tramo final con una tendencia generalmente muy negativa que se traduce en precios ruinosos para los productores».

Aguado denuncia: «Los agricultores nos arruinamos mientras en Bruselas veranean»

Desde AVA se destaca que «los cultivos que peor rentabilidad están cosechando son la sandía y el pimiento; en el caso de la sandía, las ventas han registrado a lo largo del verano unas cotizaciones medias de 12 céntimos por kilo, lo que ya estaba por debajo de los costes de producción, pero en las últimas fechas aún se derrumbado a 7 u 8 céntimos», lo que ya no compensa ni la recogida y el transporte. Peor lo pasan los productores de pimientos, que están sin precio. Y ese mismo derrumbe de la demanda ha llegado a afectar a «las últimas partidas de cebollas y patatas, que habían tenido un comportamiento razonable en términos de rentabilidad en buena parte de sus campañas, para desmoronarse al final. Si los precios medios rondaban los 22 céntimos en cebolla y 26 en patata, han caído estrepitosamente a 8 y 10 céntimos, respectivamente.

Sólo hay un producto hortícola que en estos momentos 'levanta cabeza', como se suele decir en el argot agrícola. Se trata del tomate, especialmente en el caso de las variedades valencianas, más apreciadas en los mercados locales. Se están pagando al agricultor a 40-50 céntimos, según informa AVA.

La organización agraria insiste en que «no existen motivos objetivos de mercado para explicar este súbito derrumbe en las cotizaciones en origen de las frutas y hortalizas, máxime cuando las producciones no han sido mayores que en años anteriores y mientras en Europa los termómetros han batido récords de calor». El presidente de esta formación, Cristóbal Aguado, ha denunciado «la incapacidad de la Política Agrícola Común (PAC) para gestionar las crisis de precios en tiempo y forma». Advierte que estos desenlaces tan negativos y reiterados demuestran «que la PAC ha fracasado en su objetivo de garantizar una rentabilidad digna a los agricultores», y sentencia: «Mientras nos arruinamos, en Bruselas veranean».

Aguado ha mostrado su deseo de que este tipo de anomalías puedan servir para que los responsables de las políticas agrarias hagan algo al fin que ponga remedio. «Ahora tienen por delante -señala- una reforma de la PAC decisiva en la que deben preocuparse y ocuparse por estabilizar los mercados, establecer un seguro de rentas o aprobar, de una vez por todas, una ley de la cadena alimentaria a nivel comunitario que sirva para corregir este tipo de abusos comerciales». Porque para el presidente de AVA está más que claro que los incomprensibles hundimientos de precios se deben a maniobras comerciales dirigidas por las grandes compañías que concentran en pocas manos enorme poder de compra y mantiene su estrategia de ofrecer frutas y hortalizas muy baratas como reclamo que atraiga los clientes a sus tiendas».

También ha incidido Aguado en que «esta volatilidad de los precios hortofrutícolas vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de que el desarrollo del plan agrario de la Ley de la Huerta contemple medidas para mejorar la rentabilidad de los cultivos y un presupuesto suficiente, ya que difícilmente se podrá proteger la huerta de Valencia si no se protege a la economía de los agricultores».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios