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Baldomero Segura, grado de experiencia

Baldomero Segura, grado de experiencia

El presidente estatal de los colegios de ingenieros agrónomos asegura que las amenazas a los cítricos, como la Xylella, no preoucpan a la población y echa en falta medios para combatirlas

E. RODRÍGUEZ

Domingo, 27 de octubre 2019, 00:57

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valencia. Baldomero Segura García del Río, catedrático de Economía Agraria de la Politécnica y decano del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos (Coial) de la Comunitat Valenciana y Baleares desde 1999, es presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Agrónomos (de toda España), puesto que ocupa desde 2006.

El Coial tiene unos 1.500 colegiados y a nivel nacional hay unos 10.000. Aproximadamente están colegiados la mitad de los ingenieros agrónomos titulados que existen en España y Baldomero Segura lamenta que eso es así a pesar de ser obligatoria la colegiación, porque se trata de «una profesión regulada».

«El peligro fundamental es que los que no están colegiados no están cumpliendo la ley. Por un lado, cualquier actuación que hicieran podría ser demandada y no estarían amparados por un seguro de responsabilidad civil. Si están colegiados podrían tener asesoramiento legal en casos así», explica Segura, que sitúa esta cuestión como un reto de la profesión.

Sus veinte años al frente del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos (Coial) de la Comunitat han sido más que suficientes para convertir a Segura en una de las voces más representativas del sector en la región, así como en el territorio estatal.

A la hora de hablar de la imagen del ingeniero agrónomo en España, Segura indica que la mayoría de la opinión pública tiene un concepto del ingeniero en general muy desdibujado. «En el caso de los agrónomos nos vinculan solo a la producción vegetal», sentencia.

Sin embargo, estos profesionales tienen un papel importante en la ordenación del territorio. «El 80% del territorio nacional es agrario o forestal y no se puede entender el proceso productivo agrario como una simple parcela de tierra; hay que crear caminos y otras infraestructuras hidráulicas. Lamentablemente, hemos ocupado parte del territorio urbano, mientras que el resto está desdibujado. Es importante concienciar sobre estas cuestiones como la ordenación territorial, la protección del medio ambiente y la sanidad vegetal», defiende el catedrático.

Precisamente, al hilo de la sanidad vegetal, las patologías que afectan a los cítricos se han convertido en una de las guerras de los productores valencianos en los últimos años. La más conocida es la Xylella fastidiosa. «También hay otras amenazas para los cítricos, pero a la gente le da igual. La gente piensa en si la Xylella afecta o no a los seres humanos, nada más. Recuerdo que la crisis de la gripe aviar, que al final no fue nada, tuvo una gran repercusión mediática, pero la Xylella no ha ocupado ninguna noticia de portada de ningún medio», critica Segura.

En cuanto a la gestión que se está haciendo de esta enfermedad por parte de las autoridades valencianas -se arrancan los árboles enfermos-, el catedrático asegura que «se está gestionando bien» y que «es un tema muy complejo». En ese sentido, indica que en Valencia se está gestionando «como se tiene gestionar», del mismo modo que en Baleares también lo realizan adecuadamente, aunque lo hagan distinto. «El problema probablemente es que seguimos teniendo falta de medios. Los afectados están cabreados por la lentitud en la resolución de problemas derivada de la falta de medios», denuncia. En concreto, Segura hace referencia a la escasez de personal en el campo, pero también en laboratorios, donde se analiza esta patología que tanto cuesta de detectar.

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