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V. LLADRÓ
VALENCIA.
Lunes, 30 de julio 2018, 00:37
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El comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, el lituano Vytenis Andriukaitis, ha revelado que «ningún Estado miembro de la UE ha puesto en duda las medidas propuestas por Sudáfrica» para autocontrolar por sus medios el estado fitosanitario de los cítricos que exporta a Europa.
Por tanto, si ningún Estado dijo nada en contra, el Gobierno de España tampoco objetó nada, le parece bien confiar en la buena voluntad de los exportadores sudafricanos y no cuestiona la falta de controles europeos eficaces para evitar la entrada de plagas y enfermedades de cuarentena, en contra de lo que se viene reclamando desde el propio sector citrícola español, que se queja además de no ser informado.
El comisario ofrece esta explicación en su reciente respuesta a una carta firmada por las organizaciones agrarias y citrícolas de España, Italia y Francia, en la que le exponen una vez más la creciente preocupación por las laxas inspecciones sobre los cítricos importados, advierten de los graves riesgos que se corren y reclaman de nuevo que no se dé por válido que Sudáfrica se limite a decir que sus frutas están sanas y se apliquen férreos controles para evitar tales peligros, al igual que otros países imponen a los cítricos que España exporta.
En la carta del 'Comité Mixto Hispano-Italo-Francés' (la firman representantes de los productores de Córcega, de diversas formaciones agrícolas y de cooperativas de Italia, y por parte de España, de UPA, Asaja, COAG, Cooperativas Agroalimentarias, Ailimpo y Comité de Gestión de Cítricos) se plantea al comisario la «gran inquietud» que vive el sector por la posible «contaminación de peligrosas enfermedades», al considerar que «las medidas establecidas por la UE no son suficientes para protegernos de dicho peligro».
Se incide de manera especial sobre los riesgos de que se puedan propagar en los cítricos de Europa la 'mancha negra' ('Phyllosticta citricarpa', Guignardia o Citrus Black Spot-CBS) y la 'Thaumatotibia leucotreta'. Ninguna de las dos afecta (todavía) a las plantaciones europeas, pero en los últimos años han sido numerosos los casos en los que se ha detectado su presencia en cítricos llegados de Sudáfrica, lo que llevó a que la UE pidiera a dicho país que hiciera algo al respecto, tras lo cual respondieron los sudafricanos con su propuesta de un tratamiento en frío muy peculiar, que en realidad es un sucedáneo de lo que debiera ser, nada parecido a lo que obligan EE UU, China, Japón..., y que, sorprendentemente, Europa lo da por bueno.
Esta es la clave de la cuestión. Ante unas amenazas gravísimas, la UE insiste en que la citricultura europea «está protegida»; es decir, se limita a echar balones fuera. Desoye las peticiones de mayor rigor, acepta que el país importador decida cómo controlar aparentemente la sanidad de sus cítricos (el zorro a cuidar del gallinero), y encima el Ministerio de Agricultura de España, primer país productor de la UE, líder exportador y principal interesado, no dice nada al respecto, transige con lo que le dan, en contra de lo que le están señalando desde el propio sector.-
Por cierto, al frente de la Sanidad Agraria, en el ministerio, siguen los mismos altos cargos, tanto en el Gobierno del PP como del PSOE.
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