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Imagen del logo de la compañía aérea del grupo. LP

La quiebra del turoperador Thomas Cook sacude el turismo de la Comunitat

La Costa Blanca, entre los destinos afectados por una caída que depara la mayor repatriación de británicos desde la II Guerra Mundial

J. G. / S. Z. / E. R.

Madrid / Valencia

Lunes, 23 de septiembre 2019

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Seiscientos mil turistas de todo el mundo han quedado varados en sus lugares de vacaciones a la espera de que alguien los ayude a volver a casa. Cuando salieron de sus hogares lo hicieron de la mano de la agencia de viajes Thomas Cook, un gigante empresarial que durante 178 años ha llevado a medio planeta al otro medio, pero ayer despertaron huérfanos y desamparados. Se desayunaron con la noticia de que ya no son turistas sino náufragos a los que hay que repatriar.

La quiebra de Thomas Cook también pasa factura a la Comunitat Valenciana, con cerca de 500 turistas que esperan ser repatriados desde Benidorm, según estima la patronal Hosbec. Además, el cierre de la compañía británica deja una deuda de 1,5 millones de euros a los empresarios de la Costa Blanca y anula un total de 13.000 paquetes turísticos, según indica el presidente de la asociación, Antonio Mayor.

El grupo de viajes entró en suspensión de pagos al no prosperar el pasado domingo las negociaciones de emergencia con su principal accionista, el conglomerado chino Fosun, después de que los bancos exigieran un fondo adicional de 227 millones de euros para afrontar los meses de invierno.

«Hay un plazo de 48 horas para que sean devueltos a su país», indica Mayor a LAS PROVINCIAS. En ese sentido, explica que los turistas instalados actualmente en alguno de estos hoteles cuentan con seguros que les llevarán de vuelta a su país, sin ningún coste extra. A aquellos que tenían un viaje contratado, se les devolverá el depósito que aportaron para la reserva, unas 50 libras de media. Además, Mayor añadió que otros touroperadores están trabajando para satisfacer la demanda que ha dejado en el aire la firma británica.

En España, los responsables de las principales organizaciones del sector no ocultaban ayer su desazón por las consecuencias de la desaparición de una empresa que transportaba anualmente a nuestro país a siete millones de visitantes, cerca de 10% del total de los que recibe. «Es un mazazo», «un desastre», «el 11-S del turismo», «lo que supuso la caída de Lehman Brothers para las finanzas», respondían entre reunión y reunión.

La debacle se confirmó a primeras horas de ayer cuando, tras un frenético fin de semana de negociaciones infructuosas, la empresa anunció en un comunicado la apertura de un «proceso de liquidación con efecto inmediato».

El cierre afecta a 22.000 trabajadores, de los que 9.000 son británicos. El grupo Thomas Cook tiene en España varias decenas de hoteles en propiedad o bajo contratos de gestión, localizados principalmente en Canarias y Baleares. La empresa administra hoteles, resorts y aerolíneas para 19 millones de personas al año en 16 países. La quiebra provocó la inmediata cancelación en España de 46 vuelos programados por la compañía en Canarias y Baleares. La repatriación de británicos prevista será la mayor registrada desde la II Guerra Mundial.

La ministra de Industria, Comercio y Turismo en funciones, Reyes Maroto, explicó que la crisis afecta fundamentalmente a la industria turística de los dos archipiélagos, donde más de 30.000 personas se han encontrado sin billete de vuelta y, en menor medida, a Andalucía y Cataluña. La ministra se reunirá hoy con representantes de estas cuatro comunidades autónomas.

«Llevamos desde las seis de la mañana siguiendo los acontecimientos», detallan desde una asociación empresarial. El desánimo en el sector se fue haciendo cada vez más evidente.

Para Rafael Gallego, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes, la caída de la turoperadora británica es «el mayor golpe que jamás ha sufrido el turismo en Canarias en toda su historia» y se une a las complicaciones que este destino ya estaba afrontando por el impacto de los destinos competidores en el Mediterráneo». «Va a provocar un gran roto en la economía de las islas, donde la temporada se puede dar por perdida», recalcó. En una entrevista radiofónica, el presidente de la Federación de Empresarios de Hotelería y Turismo de Las Palmas, José María Mañaricúa, señaló que la quiebra de Thomas Cook dejará un reguero de «facturas sin pagar a los hoteles que han alojado a sus clientes, lo que supone una importante cantidad de dinero». Además, recordó que las cancelaciones de viajes para el invierno harán que «en los hoteles que tenían exclusividad en garantía las reservas pasen de un 90% de ocupación a un 30%».

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