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Un tractor tritura un campo de cebollas de la huerta valenciana. ava
Las cadenas compran al fin cebollas y patatas valencianas tras agotar las importadas

Las cadenas compran al fin cebollas y patatas valencianas tras agotar las importadas

La falta de demanda en el campo durante meses ha obligado a muchos agricultores a destruir las cosechas o a entregarlas 'a resultas', que es una práctica comercial ilícita

VICENTE LLADRÓ

VALENCIA.

Sábado, 20 de junio 2020, 00:27

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La convocatoria de protestas de los agricultores, por la desastrosa situación del mercado de cebollas y patatas en el campo valenciano, ha coincidido con una súbita reactivación de las compras de estas hortalizas por parte de las grandes cadenas de distribución comercial, que hasta ahora se abastecían de género importado y dejaron al margen la producción local.

AVA-Asaja y Unió de Llauradors han anunciado para el próximo día 26 una concentración de productores ante la sede de la Conselleria de Agricultura, con objeto de expresar una vez más el lamento del sector por su ruina y por la ineficacia de los teóricos remedios de la Administración.

Más de dos meses después de denunciarse lo que estaba ocurriendo, se ha cumplido de sobra lo que era de temer. Las importaciones masivas de cebollas, en puertas de iniciarse la recolección de la cosecha valenciana, hundieron por completo las cotizaciones de aquí, lo que ha obligado a que infinidad de agricultores hayan tenido que destruir sus producciones al no tener ninguna oferta de adquisición, o, a lo sumo, en algunos casos, la han entregado 'a resultas', una práctica comercial que es ilícita.

Las organizaciones agrarias que convocan ahora nuevas protestas por la situación desastrosa ya denunciaron en abril la sinrazón de las importaciones masivas de cebollas de Perú, Nueva Zelanda y Holanda a precios elevados y señalaron que tal estrategia iba a tener una consecuencia bien clara y acostumbrada: hundir los precios de la cosecha nacional.

La Asociación de Supermercados de la Comunitat Valenciana (Asucova) acogió tales denuncias con evidente disgusto y su portavoz, Pedro Reig, indicó que había sido necesario importar porque había menos producto local y las cadenas de supermercados necesitaban asegurar el normal abastecimiento a los consumidores, por lo que criticó las acusaciones de las organizaciones agrarias y tachó sus manifestaciones de «desproporcionadas e insolidarias».

Lo cierto es que nadie puede reiterar hoy que hubiera fallo de oferta valenciana de cebollas para justificar importaciones apresuradas, porque la evidencia muestra que una gran parte de la cosecha se ha perdido en los campos o se ha entregado 'a resultas' o a precios irrisorios (5 o 6 céntimos el kilo), tras aducir los comerciantes supuestos problemas de calidad que resultan incomprensibles para el productor y el consumidor. Y lo mismo en patatas: también se han destruido producciones en los campos por falta de compradores mientras se traían de lejos.

Pero no son únicamente los agricultores quienes resultan perjudicados. Los consumidores se han visto obligados a pagar precios altos (1,25-1,80 euros el kilo) por las cebollas y patatas importadas cuando en los campos de al lado se dejaban perder las cosechas sin que ninguna instancia competente moviera un hilo.

Entre tanto surgió la iniciativa de AVA de intentar 'casar' a productores y proveedores de los supermercados, lo que, desafortunadamente, no ha podido cuajar, probablemente por falta de convencimiento y de rigor de unas partes y otras.

Y ahora que finalmente se agota lo importado a precios caros, con el mercado valenciano totalmente hundido, se anuncian de nuevo reactivaciones compradoras en el campo, aunque apenas se ofrecen al agricultor 6 o 7 céntimos por kilo de cebollas y entre 8 y 13 céntimos en el caso de las patatas, en ambos casos muy por debajo de los costes de producción, lo que va en contra de lo que establece la rimbombante ley de la cadena agroalimentaria.

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