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Á. MOHORTE
Viernes, 11 de agosto 2017, 00:06
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Valencia. La entrada del equipo del fondo Atitlan en la gestión del Grupo Obinesa, la antigua Lubasa, tras adquirir el 55% de la compañía, ha venido precedida de una serie de cambios en la cúpula de la compañía, según refleja el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme). El nombre más relevante que se desprende de poderes es el de Felicidad Reigada, esposa de Luis Batalla, con el que compartía un 3,6% de la empresa antes de la venta a Roberto Centeno y Aritza Rodero.
También destaca la revocación de poderes en la matriz de Manuel Giner, abogado de la empresa en asuntos de relevancia como los pleitos relativos al desarrollo del PAI de Mundo Ilusión Costa Azahar en el municipio de Cabanes, entre otros. Fuentes de la compañía desvinculan estos movimientos de la operación de compra, aunque conocedores del proceso insisten en que se trata de una reordenación en la paulatina transformación de la compañía en los puestos de máxima responsabilidad, donde Atitlan quiere dejar su impronta.
También se revoca a Alfonso Gil Gasset, que se mantiene en la constructora Becsa, después de haber dejado ya Durantia Infraestructuras y Automóviles Luis Batalla. Junto a él también dejan los poderes en la matriz tres hombres casi omnipresentes en los puestos de responsabilidad de las filiales del grupo como Antonio José Marco, Ignacio Beotegui y Juan Antonio Salvador. En situación parecido queda Luis Sánchez del Río, centrado ya en las actividades de su consultora y desvinculado ya de la empresa. El Borme también incluye las revocaciones de José Hernández y Luis Grijalbo.
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