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Citricultores de Les Alqueries (La Plana) con chalecos 'naranja' al inicio de la manifestación, frente a la Estación del Norte.

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Citricultores de Les Alqueries (La Plana) con chalecos 'naranja' al inicio de la manifestación, frente a la Estación del Norte. J. Signes

Los agricultores llevan al centro de Valencia el drama de la naranja

Cuatro mil citricultores exigen que la UE cumpla la preferencia comunitaria y que no dé ventajas para que entre fruta de fuera

Vicente Lladró

Valencia

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Domingo, 7 de abril 2019

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Bajo el lema «Per la defensa de la nostra citricultura», unos cuatro mil agricultores tomaron ayer por la mañana las calles del centro de Valencia, en una manifestación convocada para hacer patente su malestar por la crisis que sufre el sector y reclamar una vez más decisiones eficaces que pongan remedio a los problemas.

La protesta, convocada por la Plataforma per la Dignitat del Llaurador y La Unió de Llauradors, empezó con una concentración frente a la Estación del Norte, discurriendo a continuación por la plaza del Ayuntamiento, para dirigirse hasta la Delegación del Gobierno, en la calle Colón, donde se procedió a leer un manifiesto con las principales reivindicaciones, que serán trasladadas a todos los partidos políticos con la intención de que las incorporen en sus programas electorales y asuman una clara defensa de los intereses citrícolas valencianos.

La manifestación contaba con el apoyo de 103 municipios con producción citrícola, preferentemente de las comarcas de La Plana de Castellón y de La Ribera, en la mayoría de los cuales se han venido realizando en los últimos meses concentraciones de protesta por el mismo motivo.

Los agricultores exhibían múltiples carteles en los que expresaban que están 'Fotuts i indignats', 'Les clementines penjant, i ara què?' o 'El llaurador valencià exigix a Europa respecte i dignitat'.

La 'Associació de Llauradors de Nules', una de las más activas, llevaba una gran pancarta en la que indicaba que «Los acuerdos agrícolas son una ruina», en clara referencia a los tratados ventajosos de países terceros con la UE, que están provocando una situación de competencia desleal, con una creciente afluencia de cítricos baratos a los mercados europeos, lo que desplaza en buena parte a la producción valenciana y ocasiona el actual desastre que es origen de las protestas.

Los productores exigen compensaciones y la suspensión de las importaciones

La misma pancarta de Nules pedía «que no entre en Europa fruta de fuera» y enviaba este mensaje: «Señores políticos, defiendan lo nuestro.»

Ahí estriba uno de los principales puntos de descontento. Existe el convencimiento generalizado de que la clase política ha dejado de lado los intereses del sector naranjero y de toda la agricultura valenciana, por lo que se reclama un urgente cambio de actitud por parte de los representantes públicos, especialmente en el caso de los eurodiputados españoles.

Decálogo de peticiones

En el manifiesto leído al final de la manifestación, y para el que se están recogiendo ahora firmas para presentarlo a las más altas instancias de la Administración española y comunitaria, se resumen las diez principales exigencias del sector:

-Ayudas directas para los pequeños citricultores si se han visto afectados negativamente esta campaña con pérdidas.

-Revisión y negociación de todos los acuerdos firmados por la UE con países terceros en lo que afecta a las concesiones favorables a las importaciones de cítricos. Aplicación de la cláusula de salvaguarda.

-Garantía absoluta para la salud de los consumidores europeos en relación con los cítricos importados de países terceros.

-Etiquetado claro para los consumidores europeos en los productos importados de países terceros, informando de los productos fitosanitarios prohibidos en la UE con los que han sido tratados.

-Garantía medioambiental absoluta, con máximas cautelas y controles a las importaciones citrícolas de países terceros, con un registro común de inspección fitosanitaria unificada e independiente para todos los puntos de entrada de cítricos en la UE. Establecimiento de inspectores europeos en los puntos de origen de los cítricos importados para evitar la salida de producciones con plagas o enfermedades.

-Reciprocidad con todos los países. Iguales exigencias a las que tienen los productos de la UE en materias fitosanitarias y de seguridad alimentaria, obligaciones laborales, comerciales, medioambientales...

-Obligación de tratamiento en frío para todas las importaciones de países terceros que tienen plagas o enfermedades de cuarentena.

-Cumplimiento de la ley para mejorar la cadena agroalimentaria, garantizando los derechos de los productores frente a la distribución comercial. Prohibición de ventas a pérdidas en toda la UE.

-Inspecciones para controlar el correcto etiquetado de los cítricos en los comercios en España, para evitar fraudes.

-Debido a que no se cumple ninguna de las condiciones anteriores, medidas compensatorias para los citricultores españoles y suspensión de las importaciones mientras no se revisen los acuerdos comerciales y se den garantías absolutas.

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