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El presidente de Cierval, José Vicente González, ayer en la sede de la patronal en Valencia. :: j. monzo
Cierval culpa del preconcurso a Coepa y CEC  y les exige implicación para evitar la quiebra

Cierval culpa del preconcurso a Coepa y CEC y les exige implicación para evitar la quiebra

La patronal se da cuatro meses para «arrimar todos el hombro», sacar adelante la refundación y presentar «un plan de viabilidad creíble»

INÉS HERRERO

Viernes, 16 de diciembre 2016, 23:56

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La patronal autonómica presentará el lunes el preconcurso de acreedores, tras elevar de 900.000 euros a millón y medio las pérdidas de 2015 por los impagos de cuotas y las deudas asumidas, o que deberá asumir Cierval, en nombre de las provinciales Coepa (Alicante) y CEC (Castellón). Su presidente, José Vicente González, reivindicó ayer que la confederación «tiene un problema financiero serio, pero no producido por la propia Cierval, sino producido por la gestión de la CEC y de Coepa», en las que también puso el foco cuando apeló a que «todo el mundo arrime el hombro por igual y nadie se quede a mirar los toros desde la barrera» en los cuatro meses de los que disponen para presentar «un plan de viabilidad creíble» y evitar el concurso de acreedores, por el que primero pasó la patronal de Alicante, que logró que le perdonasen un 95% de la deuda y, actualmente, la CEC.

González defendió que «en circunstancias normales, Cierval funciona con normalidad e incluso da un ligero beneficio» pero sus cuentas, aprobadas con tres abstenciones de Coepa y que el miércoles someterá a la asamblea, se tiñen de rojo al tener que «asumir deudas por Castellón y Alicante, de cuotas que no han pagado o de dinero que tenían que devolver a la Generalitat por mala ejecución» de acciones de formación y prevención de riesgos, como los 600.000 euros que vencen el martes y que precipitaron el camino de la patronal hacia el juzgado de lo mercantil, una vez denegado el aplazamiento del pago.

Tras la decisión unánime de sus órganos de gobierno de presentar el preconcurso, se abre una etapa de negociación que podría alargarse hasta Pascua y en la que González espera «que todo el mundo se dé cuenta de que hace falta arrimar el hombro» para evitar la quiebra. A su juicio, el plan de viabilidad pasa por sacar adelante la reforma estatutaria que preveían aprobar el día 21, en una asamblea extraordinaria que se desconvocó esta misma semana por las reticencias de Coepa.

La clave de esa refundación es el nuevo reparto de poder, en el que las provinciales diluirían su peso hasta un 10% gratuito cada una, ampliable a un máximo del 30% previo pago, para dar entrada a empresas (30%) y entidades sectoriales (40%), a razón de «una cuota, un vocal».

Esa reforma estatutaria, anunciada hace un mes por los entonces «eufóricos» dirigentes patronales, y dada por imposible por los órganos de gobierno de la CEV, requiere un acuerdo de las tres provinciales -tres cuartas partes de la asamblea- que ahora se antoja complicado.

«Al final siempre nos toca a los mismos torear», reprochaba ayer González que, preguntado por el futuro plan de viabilidad de Cierval, replicó que incluirá, «entre otras cosas, esas sorpresas de última hora de los 600.000 euros que te caen del cielo», en alusión a las nuevas pérdidas contabilizadas por la patronal.

«Esto es un sinvivir»

«Esto es un sinvivir, cada día aparece una cosa nueva, generalmente de Castellón», agregó el presidente de Cierval, que confía en que el riesgo de quiebra propicie un acercamiento entre los socios de la confederación para dar por buenos los 90 puntos en los que están de acuerdo y «trabajar en los diez» restantes.

Más allá del compromiso expresado en la reunión de ayer por todas las partes, fuentes empresariales señalan a LAS PROVINCIAS la complejidad de reeditar el pacto, sobre todo por las reticencias de Alicante a renunciar a parte de las ayudas de la ley de participación institucional al ver diluido su peso. De hecho, esa refundación a la que se vincula la viabilidad de Cierval también ha perdido apoyos entre ciertos sectores de la CEV que, tras varios intentos frustrados de solución, desconfían de sus socios y se oponen a que, tras años de impagos, cada provincia tenga un 10% exento de cuota.

Tampoco invita al optimismo que el presidente de Coepa, Francisco Gómez, reclamase la dimisión de González, aunque no inminente, y aconsejase «reducir estructura para encajar los gastos con los ingresos».

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