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J. M. SEGARRA
Jueves, 28 de julio 2016, 23:46
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valencia. El Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Sevilla adjudicó ayer la explotación de la terminal de contenedores de la dársena del Batán a Terminal Marítima del Guadalquivir.
El consejo directivo de la Autoridad Portuaria de la capital hispalense propuso ayer a esta sociedad compuesta por Boluda en un 75% y por el grupo alemán OPDR en un 25%, la gestión del tráfico de contenedores de esta parte del Puerto de Sevilla durante los próximos 30 años.
Este contrato nuevo es sustancialmente superior al contrato con el que ha funcionado la naviera valenciana en el Puerto de Sevilla durante las tres últimas décadas.
Desde los años ochenta Boluda ha explotado los muelles de la capital andaluza junto a la compañía madrileña Contenemar y la menorquina Metramar, si bien entonces solamente controlaban una parte cuatro veces menor que la que van a controlar a partir de Enero de 2017, fecha en la que se espera que se ponga en marcha la nueva concesión, en la que también se incluye la terminal ferroviaria del Muelle del Centenario.
Esta adjudicación se ha llevado a cabo por concurso, en el que Terminal Marítima del Guadalquivir era la única licitadora ya que fue la única empresa que volvió a pujar por la concesión. Y es que como contó LAS PROVINCIAS, el hasta entonces único rival de la sociedad capitaneada por Boluda para la explotación del puerto, -una sociedad controlada a medias partes por Termisur Eurocargo SA y Terminales Marítimas de Sevilla SAU Unión de Empresas-, decidió no volver a presentar su oferta después de que la autoridad portuaria andaluza impusiera unas condiciones más exigentes para evitar la anulación del concurso.
La alianza de la empresa que preside Vicente Boluda con la compañía germana abre un amplio abanico de oportunidades que se resume más allá de operar en el puerto hispalense. OPDR es filial de CMA-CGM, la tercera multinacional marítima del mundo. La firma, de origen francés, lidera el mercado Atlántico; gestiona el puerto de Tánger, conocido como «la puerta de Europa», así como el de Casablanca o el de Hamburgo, ciudad en la que la naviera tiene su sede. De este modo, la corporación valenciana crea un vínculo con una de las empresas más pujantes del sector, ya que la compañía francesa también es la más predominante en cuanto al tráfico de contenedores en el eje Canarias-Sevilla-Madrid.
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