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Instalaciones de Thyssen Ros Casares en su centro de producción de El Puig.

Los administradores proponen al juez repartir Ros Casares entre Thyssen y el fondo JZI

La compañía alemana obtendría la planta de la firma en el Puig, y el otro aspirante, la de Sagunto y el resto de centros por los que presentó oferta

Álvaro Mohorte

Martes, 24 de noviembre 2015, 21:00

Los administradores del concurso de acreedores sobre el grupo Ros Casares van a proponer al juez de lo Mercantil número 1 de Valencia la división de los activos de la firma entre las dos aspirantes a su adquisición, la alemana Thyssen y el fondo JZ International junto a la española Gedesco. Esta decisión salomónica, que ha sido transmitida a los trabajadores para que en diez días expongan su impresiones, establece la división de los activos que han despertado el interés de los participantes en la subasta, convocada el pasado mes.

La propuesta de los administradores pasa por que Thyssen obtenga el centro de producción de Thyssen Ros Casares de El Puig, la joya de la corona de la puja, mientras que el fondo JZ International y Gedesco obtendrían el centro de Thyssen Ros Casares en Sagunto y el resto de activos por los que han manifestado interés. La participación de los trabajadores en esta decisión no es extraña, ya que los comités de empresa han tomado la palabra para señalar a sus compradores preferidos, como informó LAS PROVINCIAS.

Mientras que en los comités de los centros de Thyssen Ros Casares se comparte la inclinación por que la compañía germana sea la nueva propietaria, desde el resto de sociedades del grupo se ha remitido una carta conjunta al juez para que opte "por la oferta que respete un mayor número de puestos de trabajo y la continuidad de unidades productivas", lo que significa señalar la opción del fondo JZ International y Gedesco, que plantea recuperar hasta a trabajadores afectados por el expediente de regulación de empleo (ERE) aprobado recientemente en la empresa ante el descenso de la actividad.

Fuentes sindicales consultadas se muestran optimistas sobre la pronta resolución del concurso en unas condiciones satisfactorias, pero no ocultan su preocupación ante la posibilidad de que el fondo JZ International y Gedesco opten por un "o todo o nada" y retiren su propuesta de adquisición. De hecho, son los principales activos, que se reparten en los nueve lotes que forman las plantas de producto plano (destinado a carrocerías de automoción) situados en El Puig, Puerto de Sagunto y Vitoria, los que habían merecido para el fondo JZ International y Gedesco una valoración global de 11,9 millones.

Por su parte, Thyssen había presentado otra de 7,5 millones, aunque limitada a los centros valencianos de los que es socia al 50% con la propia compañía Ros Casares, más una de las plantas de producción de energía fotovoltaica. Los otros tres aspirantes que se han interesado por unidades productivas ajenas al negocio principal de la compañía quedarían al margen de esta operación. Concretamente, la empresa de distribución Logiberia Trans, que ofrecería 1,2 millones por el centro logístico que Ros Casares tiene en Vitoria, y Solenza Energy e IT Sun Energy, que ofrecen 700.000 euros por dos plantas fotovoltaicas.

Entre las mejoras de tipo social que han hecho que los sindicatos se repartan entre una y otra opción, el fondo se compromete a recuperar al medio centenar de trabajadores despedidos e invertir 3,8 millones en los centros por los que ha pujado, cantidad ya incluida en los 11,9 millones de su oferta. Por su parte, Thyssen no prevé modificar las condiciones del ERE en marcha, ya que fue ella misma, junto a Ros Casares, quien entendió que era la mejor solución negociable con los sindicatos para el mantenimiento de la actividad productiva en los centros de El Puig y del Puerto de Sagunto.

Thyssen Ros Casares se constituyó en El Puig el año 1990, fruto de un acuerdo de riesgos compartidos entre la empresa española Francisco Ros Casares, S.A. y la alemana Thyssen Handelsunion AG. Sin embargo, no sería hasta 1995 cuando adquiriera la estructura actual, al absorber Servicios Siderúrgicos de Corte y Aplanado S.A. (Sersider), situada en Puerto de Sagunto y perteneciente ya antes a Francisco Ros Casares S.A.

El enfrentamiento entre los socios se produjo cuando Thyssenkrupp cerró la planta de Galmed en Sagunto, proveedora de materia prima para la empresa mixta. La situación llegó a tal punto que los tres consejeros de la firma alemana dimitieron de sus cargos y dejaron al consejo de administración inutilizado para tomar decisiones, ya que los otros tres consejeros de Ros Casares no podían tomar decisiones al sumar sólo el 50% de las acciones.

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