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El fundador de Inditex y uno de los hombres más ricos del mundo, Amancio Ortega.

Las entretelas de Amancio Ortega

Zara es la base de la fortuna del que fue durante horas el hombre más rico del mundo

ana barandiaran

Jueves, 5 de noviembre 2015, 20:44

Es bien conocida la aversión que siente el empresario Amancio Ortega por los focos. Evita los actos sociales, no concede entrevistas y son contadas las fotos que hay de él. Pero el éxito de la fórmula que ha inventado, muy resistente al paso del tiempo -Zara, el buque insignia de Inditex, acaba de celebrar su 40 aniversario-, hace que continuamente salte al primer plano de la actualidad. La última vez fue el viernes 23 de octubre, cuando se colocó como el hombre más rico del mundo en la lista de Forbes, por encima de Bill Gates, el creador de Microsoft. Fue solo por unas horas, debido a la fluctuación de la cotización bursátil, pero este nuevo hito vuelve a reflejar el alcance de su obra.

El inmenso patrimonio de Ortega, tasado por Forbes aquel viernes en 72.330 millones, está estrechamente ligado a la pujanza de Inditex. El empresario gallego -se le considera como tal aunque en verdad nació en León- mantiene el 59,2% del capital en sus manos. Este elevadísimo porcentaje está valorado en Bolsa en 62.700 millones de euros. Además, con los dividendos que obtiene de esta participación -en 2014 recibió 961 millones- está tejiendo un imperio inmobiliario. A través de la compañía Pontegadea ha comprado más de 150 inmuebles que luego arrienda a firmas como Apple e incluso a competidores como Primark. Ya se ha convertido en todo un rey del ladrillo.

Pero la base de su fortuna está en Arteixo (La Coruña), la sede de Inditex. La empresa salió a Bolsa en 2001 y su evolución en el parqué ha sido impresionante. Empezó en 2,94 euros y al cierre del viernes estaba en 34,10 muy cerca de máximos históricos. Eso supone multiplicar casi por 12 su valor; o sea, que una persona que invirtiese 1.000 euros en la compañía ese año ahora tendría 12.000. "Resulta especialmente impresionante la evolución desde 2009", señala David Galán, director la consultora gallega Bolsa General.

Una empresa muy familiar

  • Amancio Ortega empezó su actividad emprendedora con su hermano Antonio, su cuñada y su primera mujer, Rosalía Mera, fallecida en 2013. Inditex es hoy el líder mundial de su sector pero no ha perdido ese carácter familiar. Ortega mantiene un 59% de las acciones y los hijos de su primer matrimonio otro 5%. En el consejo de administración se sienta su actual mujer, Flora Pérez. Se especula con que la hija de Amancio y Flora, Marta, está llamada a relevar a su padre al frente de la compañía.

El secreto de su éxito en Bolsa es el mismo que hace que vayamos con frecuencia a sus tiendas para adquirir las últimas novedades. Su modelo de negocio es único en el sector. Consiste en priorizar sobre todas las cosas la velocidad de respuesta a las nuevas tendencias en moda y a la demanda de los clientes. Otros competidores como H&M o Primark siguen poniendo más esfuerzo en reducir los costes a través de economías de escala. Eso les obliga a realizar un gran volumen de pedidos antes de cada temporada que se fabricarán, en gran medida, en países lejanos y de mano de obra barata. Inditex apuesta por colecciones más pequeñas para cambiar sobre la marcha y manufactura más próxima. Esa capacidad para adaptarse al último grito en tiempo récord es lo que explica que Zara no haya pasado de moda pese a estar ya en la cuarentena.

¿Cómo consigue esa flexibilidad? Pues con una maquinaria perfectamente engrasada para que una prenda pueda pasar del lápiz del diseñador a las perchas de las tiendas en dos o tres semanas. Las tiendas de Inditex reciben nuevo género dos veces por semana con los últimos musts que los ojeadores han detectado en los desfiles internacionales, la tele o el cine. En todo este engranaje juega un papel esencial la logística, concentrada al 100% en España, donde están ubicados los nueve centros de distribución. Todo lo que se fabrica y vende, pasa en algún momento por uno de estos puntos, en los que se ejerce un estricto control. Otra clave reside en la fluidez con la que la información va desde las tiendas a las centrales de cada marca para que se sepa lo que funciona y lo que no.

Este sistema requiere que una parte importante de la producción -en torno al 55%- se fabrique en países próximos (considera como tales a España, Portugal, Marruecos y el resto de la UE). Lo que corre menos prisa y no está tan vinculado a la última moda se manufactura en países más lejanos -Turquía, China, India o Bangladesh-.

Diversificación geográfica

Inditex fabrica menos que sus rivales en Asia pero vende más que ellos allí, lo que le ha ayudado a sortear la crisis. Así, el porcentaje de ventas en esa zona se ha disparado del 2% al 16% en la última década y si se incluye la facturación en Rusia y el Este de Europa la cuota alcanza el 32%. China, con el 7%, es su segundo país-cliente por detrás de España, con el 19%. "La apuesta por Asia ha sido acertadísima porque allí hay una clase media creciente", señala Galán. No obstante, tampoco ha descuidado a los países más desarrollados, donde se ha apuntado en estos a la moda de los megastores, tiendas cada vez más grandes.

Los analistas no creen en absoluto que el modelo Zara esté agotado. Al contrario, ven potencial de crecimiento para años. "Todavía falta mucho para que Inditex alcance en otros países la cuota que tiene en España (las estimaciones de esta varían entre el 11% y el 22%). A ello se suma el segmento online, que puede dar mucho recorrido en mercados como el norteamericano", apunta Sara Herrando, de Norbolsa.

Quizás una de las pocas sombras en el horizonte sea la posibilidad de que suban los alquileres, aunque Ortega también podría sacar ventaja de ello dada su posición en el mercado inmobiliario. Pontegadea es ya la sociedad con más activos en España -su balance total suma 5.593 millones de euros-, y también ha experimentado una notable expansión en el exterior.

Dicen que en esta etapa de su vida acumular inmuebles es lo que más le divierte tras haber dejado la gestión de Inditex a Pablo Isla, que asumió la presidencia del grupo en 2011. Aunque también dicen que sigue acudiendo todas las mañanas a Arteixo a trabajar, algo que también hizo aquel viernes en el que fue el hombre más rico del mundo. Se habla mucho de él pero hay pocas citas suyas reales. En una de ellas afirmaba: "No vale la pena ser empresario para ser rico. El dinero solo tiene sentido para mí si se orienta a conseguir objetivos".

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