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Indigestión de turistas

El mercado barcelonés de la Boquería limitala entrada de grupos numerosos. «Ahuyentan al cliente de toda la vida». Y los tiene tan importantes como Adrià

mónica bergós

Lunes, 13 de abril 2015, 12:40

El turismo nos ha ayudado, pero llega un momento en que es demasiado. Nos avasallan». Jesús Puente lleva toda una vida en la Boquería: «Más de cuarenta años, empecé a trabajar aquí a los quince así que echa cuentas». Su parada de frutas y especias es una de las más espectaculares del mercado, con una muestra espléndida de sabores y olores de los orígenes más insospechados: el tamarindo tailandés, la francesa patata vitelotte de color violeta, pétalos de rosa para el gin-tonic, semillas de amapola tan de moda entre los panaderos... Las coloridas, centelleantes, ristras de chiles captan la atención de todos los flashes, pero el turista que cámara al cuello se acerca entusiasmado al puesto se encuentra con un cartel tajante: Fotos no. «El problema es que estas hordas, que lo único que quieren es llevarse una imagen me bloquean la parada y ahuyentan al cliente de toda la vida que sí hace gasto».

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Jesús, como la mayoría de tenderos del emblemático mercado, ve con buenos ojos la medida que el Ayuntamiento ha adoptado con el fin de evitar las aglomeraciones, y que da respuesta a las quejas de los vendedores, abrumados y colapsados por la afluencia masiva de visitantes, que en un solo día pueden llegar a 60.000. A partir de mañana, todos los viernes y sábados, los días con mayor actividad, los grupos organizados de más de 15 personas tendrán prohibida su entrada hasta las tres de la tarde.

Desde el siglo XIX

  • 60.000 visitantes. diarios soporta en la actualidad el mercado. Viernes y sábados son los días más fuertes.

  • 500 puestos de comida.

  • Su origen Es medieval. En esa zona, junto a lo que hoy son las Ramblas, vendían al aire libre sus productos los labradores de los pueblos cercanos. Luego se construyó el mercado sobre las ruinas del convento de Sant Josep, incendiado en 1835.

  • Clientes célebres Ferran Adrià, Manuel Vázquez Montalbán, Steven Spielberg...

  • La normativa. No permitirá el acceso a los grupos superiores de 15 turistas los viernes y sábados hasta las 15.00 horas.

¿Cómo se aplicará la normativa? Se colgarán avisos y personal de seguridad regulará la entrada de los visitantes, con la formación necesaria para bloquear el paso a los grupos más numerosos, aunque los comerciantes dudan de que el decreto pueda tener una aplicación real. «La puerta principal sí se puede controlar, pero hay otras muchas entradas. Además los grupos pueden decidir disgregarse y luego encontrarse dentro», advierte el tendero con clientela tan distinguida como Ferran Adrià. «Recientemente vino a comprar unos guisantes pelados». Su género también atrae a otros cocineros de altura como Carme Ruscalleda, la cocinera con más estrellas Michelin del mundo (siete).

Y es que la Boquería, a pesar de las aglomeraciones y los momentos de caos que pueden provocar las riadas de cruceristas, sigue siendo una atracción única para los amantes y profesionales de la gastronomía. Un mercado en el que es posible encontrar prácticamente de todo. Hasta 73 clases de sal y 280 tipos de vinagre pueden adquirirse en sus 500 puestos y a lo largo de sus 2.500 metros cuadrados de superficie, que acogen frutas y verduras frescas llegadas de todos los países, además de una sensacional variedad de pescados y carnes. Pregunte por cualquier tipo de ave y lo encontrará aquí: desde la exquisita perdiz blanca de Dinamarca hasta el faisán o el capón. La guayaba brasileña, el kumquat sudafricano, la pitajaya blanca de Vietnam y el maracuyá colombiano tienen su sitio en este impresionante festival de colores y sabores.

El libro El Mercado de la Boquería (Península) de Isabel Obiols, con fotografías de Pere Ferrer, recoge buena parte de la historia del mercado que hunde sus raíces en la Edad Media. Los vendedores ambulantes y labradores de los pueblos próximos ofrecían sus productos al aire libre junto a lo que hoy son las Ramblas y no tuvieron un techo hasta mediados del siglo XIX. Para la construcción del edificio se escogió un emplazamiento peculiar: el solar de un antiguo convento, incendiado en un motín anticlerical que había empezado con una mala tarde de toros en la Barceloneta el día de San Jaime de 1835. «El convento se llamaba Sant Josep, por eso al mercado se le conoce también con ese nombre», explica Obiols.

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Los Rolling y Spielberg

Es uno de sus tantos apelativos, pues originalmente recibía el nombre de Bocatería, una palabra que ya aparece en un documento del siglo XIII, donde el rey concedía el permiso a un vendedor para apropiarse de una tabla de cortar carne en el mercado. El vocablo deriva a su vez de boc, que en catalán se traduce como macho cabrío, por lo que Boquería significaría mesa de cortar carne o carnicería.

El protagonismo del mercado en la vida cotidiana de los barceloneses a lo largo de la historia ha quedado reflejado en la literatura. Teresa, la protagonista de Mirall trencat de Mercè Rodoreda, trabajaba como pescadera de la Boquería. Y el emblemático detective Carvalho de Vázquez Montalbán era un amante empedernido de sus puestos y su comida. «Tanto como el propio escritor», puntualiza Obiols. El novelista se encuentra entre los muchos clientes célebres que lo han frecuentado. El propietario del Pinotxo, un clásico de los restaurantes sobre taburete que también tiene su espacio en las instalaciones centenarias, asegura que en su barra han comido los Rolling Stones, Steven Spielberg y Jean Paul Gaultier.

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