En los partidos de la semifinal de la Eurocup contra el Hapoel hubieron protestas propalestinas. irene marsilla

Tres partidos con la Fonteta abierta en pleno conflicto con Israel atacando Palestina

En 2023 el informe policial no recomendó jugar a puerta cerrada el duelo contra el Maccabi de la Euroliga pese al refuerzo de la Alerta Antiterrorista y el reciente atentado de Hamás

Miércoles, 15 de octubre 2025, 00:13

La hemeroteca más cercana ofrece dos ejemplos que hacen que sea complicado entender todo lo que ha ocurrido en los últimos días. Al menos desde ... la clave valenciana, puesto que si el objetivo en los tres partidos en suelo español de esta semana contra equipos de Israel era calcar el mismo dispositivo de seguridad eso se ha conseguido. En 2023, poco después del brutal atentado de Hamás, el Maccabi jugó un partido en la Fonteta donde se reforzó la Alerta Antiterrorista de Nivel 4, vigente desde 2017, que permitía sacar a la calle en tiempos de paz armamento militar, y no hubo recomendación de la Policía Nacional de disputar el partido a puerta cerrada. Lo único que ocurrió es que, declarado el partido de alto riesgo por parte del CSD, las medidas de seguridad fueron extremas por ese refuerzo de la Alerta Antiterrorista aprobada por el Gobierno.

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Las imágenes de la previa de aquel partido, donde si no se llenaron las gradas fue porque miles de aficionados del Valencia Basket decidieron quedarse en casa ante la incertidumbre de la seguridad, incluyeron el corte total de la Avenida Hermanos Maristas en ambos sentidos cuando llegó el autobús del Maccabi, la colocación de arcos de seguridad para la entrada de los aficionados (con su scanner para objetos incluido), la revisión del alcantarillado en los días previos, la escolta de un helicóptero de la expedición israelí desde su hotel en El Saler y la presencia de efectivos policiales de cuerpos de élite con pasamontañas y fusiles de asalto. Con un aviso falso de bomba incluido en la mañana del partido en la Universidad Politécnica, nunca estuvo sobre la mesa la recomendación de jugar a puerta cerrada.

Hace seis meses se jugó un doble duelo contra el Hapoel Tel Aviv en las semifinales de la Eurocup. El segundo de ellos fue el más tenso, puesto que venía de la actitud impresentable que tuvo que soportar la expedición taronja en Samokov, con gritos en español de los 2.000 aficionados del Hapoel de «¡Valencia, hijos de puta!», salivazos a algunos miembros de la expedición, gestos racistas en el calentamiento del descanso de un ultra con camisa negra a Brimah y nula presencia policial dentro del pabellón. En Bulgaria tampoco hubo puerta cerrada. En el tercer partido de la final, los 8.000 aficionados que llenaron la Fonteta se cruzaron con las protestas en Hermanos Maristas propalestinas denunciando una masacre en Gaza que estaba en marcha. No hubo incidentes. ¿Por qué ahora, en pleno proceso de paz, la recomendación fue la de cerrar el Roig Arena? Es una pregunta que sería interesante que alguien contestara, puesto que hay tres precedentes en dos años de partidos contra equipos de Israel en Valencia que se celebraron con normalidad. El informe clave que cerró el Roig Arena elevó en cinco el nivel de riesgo con respecto a abril.

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