De La Malvarrosa a debutar en la Eurocup
Cotano formaba parte del primer Valencia Basket en 2014 y junto a Garí y Tirera, son las tres supervivientes del equipo del ascenso a la Liga Femenina que jugaron ante el Cegled
En la Navidad de 2013 el Valencia Basket recibió un mensaje de auxilio que lo cambió todo. Manolo Real trasladó en la Fonteta que los equipos de la cantera del Ros Casares, rescatados tras la desaparición del club en verano de 2012, se iban a quedar sin ese pequeño colchón de financiación el 1 de enero de 2014. Dentro del club ya se trabajaba con el proyecto de L'Alqueria del Basket, que tres años después se hizo realidad. Las piezas encajaron y Juan Roig dio el paso. Desde entonces, nació el Valencia Basket femenino puesto que para jugar en competiciones de base era necesario un equipo senior. Ahí comenzó todo, en Primera Nacional. Rebeca Cotano, que había tenido que emigrar al Siglo XXI tras la desaparición del Ros, volvió con 19 años para integrar aquel equipo. En cinco años ha pasado de jugar en el pabellón de La Malvarrosa con los familiares de público a debutar el jueves en la Eurocup. Todo comenzó con un cuento de Navidad.
Una de las claves de la celeridad en este lustro de crecimiento, más allá del apoyo económico que ha sido fundamental, reside en la calidad de todos los técnicos y trabajadores que se han implicado en el proyecto. Muchos de ellos históricos, como Esteban Albert. El de Ontinyent no pudo contener las lágrimas en el vestuario de Cegled tras el primer triunfo en la Eurocup. No era para menos. El arquitecto de la sección femenina del Valencia Basket ha vivido todas la etapas de gloria del basket femenino en la ciudad, desde aquel Dorna Godella de Miki Vukovic al Ros Casares. Fue imposible no acordarse del gran maestro, al que la salud le obliga a jugar un partido constante.
Irene Garí es otro episodio del cuento de Navidad. La alero de Oliva vivió desde Estados Unidos la desaparición del Ros Casares y, por ende, la imposibilidad para toda una generación de jugadoras valencianas de defender a un equipo de su tierra. Hasta que llegó el rescate. Garí se incorporó al proyecto en el segundo año en la Liga Femenina 2, con lo que vivió el ascenso junto a Meiya Tirera, que también se enroló en la plantilla que conquistó el hito del regreso a la Liga Femenina. La foto de Cotano, Garí y Tirera en Hungría, las tres supervivientes del ascenso, ya forma parte de la historia del club.
El vetusto vestuario de Cegled, un recuerdo en toda regla para La Malvarrosa cinco años antes, fue pasto de las emociones tras la histórica victoria en el estreno de la Eurocup por 51-77. Con Esteban Albert y José Puentes, el director de operaciones del Valencia Basket que no quiso perderse la cita, con los ojos vidriosos un abrazo sentido con Irene Garí fue el inicio de los recuerdos, evocando anécdotas de la Liga Femenina 2, donde participaron Rubén Burgos o el delegado Andreas Farakos. En el autobús contactaron con Esther Díaz, Leles Muñoz y Begoña Pallardó, otras tres históricas en la meteórica trayectoria de las taronja. La mítica canasta de Pallardó frente al Canoe en el último segundo de la final de Primera Nacional en 2016 fue el inicio del proyecto profesional. Las personas siempre tienen que cumplir su palabra. La del Valencia Basket con su proyecto femenino siempre fue que respetaría lo que el equipo se ganara en la pista. ¿Siguiente parada, Euroliga?.