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Real Madrid-Valencia Basket.

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Real Madrid-Valencia Basket. EFE

Una lección para la Liga Endesa

El Valencia Basket no compite en el partido que no entrenó | El orgullo salva la peor derrota de la historia taronja, un -37 frente a Estudiantes de 2004, en la versión más gris y sin gasolina este año de los hombres de Ponsarnau

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Jueves, 6 de junio 2019, 20:26

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Arrancan las semifinales de los playoff de Liga Endesa. El Real Madrid recibe al Valencia Basket para disputar el primer partido de la serie, a las 21 horas en el Wizink Center.

El conjunto taronja llega a las semifinales sin descansar y sin entrenar ya que hace solo dos días que se ganó el billete tras vencer al Unicaja en el tercer partido de cuartos. Los de Pablo Laso llevan libres desde el domingo cuando superaron al Manresa.

Jaume Ponsarnau cuenta para el choque con: Vives, Sastre, San Emeterio, Tobey, Will Thomas, Abalde, Louis Labeyrie, Diot, Van Rossom, Dubljevic, Rafa Martínez y Doornekamp.

El técnico del conjunto blanco tiene a: Campazzo, Rudy Fernández, Taylor, Tavares, Randolph, Causeur, Felipe Reyes, Ayón, Yusta, Jaycee Carroll, Llull, Deck y Thompkins.

Sigue minuto a minuto el partido de los playoff de Liga Endesa en lasprovincias.es.

LA PREVIA de J.C. Villena

El Valencia Basket inicia esta noche en el WiZinc Center de Madrid la séptima semifinal de la ACB de su historia, donde buscará su tercera final de la Liga Endesa. Lo hará sin ningún entrenamiento táctico... por primera vez en todos esos precedentes. Si algo ha demostrado el conjunto taronja en las últimas temporadas es que son especialistas en superar retos en las eliminatorias por el título. Viene de desbloquear una pantalla, superar una serie que comenzó 0-1, y hoy comienza quizá el más complicado de todos. La semifinal tendrá un mínimo de tres partidos con lo que la entidad de Juan Roig va a disputar seis encuentros de playoff en diez días, los transcurridos desde el primero de los cuartos de final ante el Unicaja y el tercero de la semifinal, el lunes 10 de junio en la Fonteta. En el último precedente, el mágico 2017 donde levantó el título, fueron catorce días para cubrir los primeros seis partidos. Aquellos cuartos también se fueron al tercero, con lo que ese no ha sido el problema. El calendario aprobado por los 18 clubes, Valencia incluido, y la escaleta del playoff programada por Movistar Plus, han sido implacables con el ganador de esa parte del cuadro (Unicaja también lo hubiera sufrido en caso de haber ganado el martes).

«No lo considero como una falta de respeto sino como una enorme dificultad. Si esto sigue así tendremos que hacer no sólo plantillas más largas sino con superhéroes y no sólo jugadores de basket. Estamos trabajando científicamente para llevar el tema de las cargas lo mejor posible. Nos crea a todos una necesidad, la de hacer un avance. Si el marco sigue siendo éste es muy jodido para la salud de los jugadores». Así de claro se mostró Ponsarnau antes de subirse al AVE sobre el nulo descanso de su equipo a la hora de afrontar la semifinal.

El partido de hoy, el cuarto en seis días naturales para las piernas de los jugadores del Valencia Basket, estará determinado por ese desgaste. Los más frescos de la plantilla en este tramo de temporada, como Labeyrie, Abalde o Tobey (pese a volver a sufrir un golpe en el hombro) tendrán mayor importancia en la rotación, mientras el cuerpo técnico sigue haciendo ecuaciones con los jugadores que están al límite físico, algunos con riesgo de lesión muscular según los parámetros médicos, como Van Rossom, Dubljevic o Will Thomas. El gran momento deportivo de San Emeterio será otra de las claves para un Valencia Basket que buscará el mismo golpe de efecto que en la última ocasión en la que visitaron el WiZinc Center en playoff, la victoria 79-86 en el segundo partido de la final de 2017. El balance taronja en el Palacio en partidos por el título es de 2-8 y el global de 8-30.

El conjunto blanco lleva esperando el inicio de la serie desde el domingo, tras doblegar por 2-0 al Manresa, con la única duda de Rudy Fernández por un proceso febril. El conjunto de Laso, tras la decepción de la Final Four, se ha agarrado al poder interior de Tavares y Ayón junto al gran momento de forma de Campazzo, para colgarse el cartel de favorito para reeditar el título. Llull mandó ayer un aviso para el que pueda pensar que será una semifinal sencilla para su equipo: «Si les quitas presión son mejores todavía. La gente nos pone a nosotros siempre como favoritos en semifinales, pero hay que jugar los partidos. Debemos no dejarles jugar cómodos si queremos ganar».

Nadie podía imaginar que el primer partido de la semifinal de la ACB entre el Real Madrid y el Valencia Basket fuera a alcanzar un pico de 72-38 en los compases finales del tercer cuarto. Esa no es la diferencia real entre los dos equipos. No ahora, que los taronja se sientan en la mesa de los equipos que ganan títulos, sino en las últimas décadas. La victoria más abultada de los madrileños contra los valencianos es de +33, en diciembre de 1993, con Sabonis de estrella. Lo ocurrido anoche no tiene nada que ver con el nivel de los dos equipos. La culpa, aunque el Valencia Basket no quiera quejarse de forma pública por aquello de no morder la mano que da de comer (poco), hay que buscarla en la previa. Para la hemeroteca quedará lo ocurrido en el único partido de la historia del Valencia Basket en el playoff al que llegó sin entrenar. Ningún equipo, se llame como se llame, puede jugar al nivel que se merece la competición cuatro partidos de eliminatorias por el título en 146 horas. La ACB no es la NBA. Ni las plantillas tienen los mismos jugadores ni la televisión reparte el mismo dinero. El partido que nunca debió jugarse acabó de forma lógica, con victoria blanca.

La paliza fue dolorosa pero supone un 1-0 en la serie. No un 3-0. Conviene no enterrar a un equipo que ha demostrado de forma sobrada que tiene orgullo. Pocas fuerzas a estas alturas, pero orgullo. Ponsarnau lo resumió nada más terminar el encuentro: «Ahora empezamos de cero, el segundo partido vamos a trabajar para que no pese si nos recuperamos física y mentalmente». Además del físico los valencianos tendrán que mejorar muchos aspectos de baloncesto. No hay que lamerse sólo las heridas. El tercer cuarto fue decepcionante por mucho que el marcador fuera duro y las piernas fallaran. La bajada de brazos en defensa, la segunda falta de equipo llegó a diez segundos del final, se reflejó en un parcial de 26-13 en un marcador que llovía sobre mojado (74-46). El partido ya había acabado unos minutos antes, cuando Taylor hizo un mate con giro completo en el aire (60-38).

Real Madrid

Randolph (24), Rudy (5), Campazzo (5), Tavares (2) y Taylor (10) -equipo inicial-, Causeur (11), Ayón (6), Reyes (4), Llull (9), Carroll (8), Deck (2) y Thompkins (8)

94

-

72

Valencia Basket

Thomas (10), Tobey (5), Vives (8), San Emeterio (6) y Sastre (5) -equipo inicial-, Abalde (2), Labeyrie (2), Diot, Van Rossom (3), Dubljevic (8), Martínez (8) y Doornekamp (15)

  • PARCIALES: 26-18, 22-15 (48-33), 26-13 (76-46) y 20-26 (94-72)

  • ÁRBITROS: Daniel Hierrezuelo, Carlos Cortés y Juan de Dios Oyón. Sin eliminados

  • INCIDENCIAS: Partido correspondiente al primer choque del playoff de semifinales de la Liga Endesa disputado en el Palacio de Deportes (WiZink Center) de Madrid ante 8.733 espectadores

El Real Madrid leyó los condicionantes del encuentro a la perfección, castigando desde el primer minuto a un equipo que llegaba, como suele decirse, con el gancho puesto. Los triples de Randolph abrieron un primer hueco en el marcador (20-7) que fue contestado por un parcial de 4-11 con la entrada de la segunda unidad (24-18). Fueron los mejores momentos del Valencia Basket en el primer partido de la serie pero se quedaron en eso, en un intento de remontada que se terminó al final del primer cuarto (26-18).

En el segundo, el conjunto de Laso amasó una renta de quince puntos (36-21) que supo defender hasta el descanso con un pico de +18 (41-23). Un triple de Rafa Martínez sirvió para que lloviera un poco menos en el partido pero una canasta más adicional de un inédito Felipe Reyes permitió al Real Madrid volver a esa renta cómoda con la que se llegó al paso por vestuarios (48-33). Lo que nadie podía imaginar, Ponsarnau reconoció en sala de prensa que fue el gran error de su equipo (y el suyo) fue que el quinteto que comenzó el tercer cuarto no tuviera una respuesta ni física ni anímica para afrontar el empuje de un equipo que tenía ganas de sangre.

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