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Laia Palau, durante el stage de Valencia. jesús signes
«La desaparición del Ros fue el reflejo de lo que pasaba en el país»

«La desaparición del Ros fue el reflejo de lo que pasaba en el país»

La capitana pondera el proyecto del Valencia Basket: «Si se van dando los pasos creo que la intención del club es ir yendo hacia Europa»

JUAN CARLOS VILLENA

VALENCIA.

Lunes, 3 de septiembre 2018, 00:10

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A Laia Palau le costó salir de la Fonteta tras la victoria de España ante Francia. Fue la última jugadora en hacerlo porque, de largo, fue la más solicitada por la afición valenciana. Fotos y firmas como una estrella del rock, recordando los baños de gloria de su etapa en el Ros Casares entre 2006 y 2012 donde conquistó una Euroliga, cinco Ligas y cuatro Copas de la Reina.

-Visto el cariño que le tiene la afición se entiende lo que dijo sobre emocionarse tan sólo con ver los azulejos del pasillo de la Fonteta. -Es que fue verdad. Al entrar en el pasillo de vestuarios de la Fonteta tuve un sentimiento especial, me vinieron a la mente muchos recuerdos de aquellos años en el Ros. Seis años haciendo ese recorrido dan para muchas mañanas y tardes.

-¿Qué ha supuesto para usted volver a entrenar en Valencia dos semanas con la selección?

-Ha sido muy especial. A la ciudad había vuelto pero no había vuelto a sentir el baloncesto desde que desapareció el Ros. Poder trabajar en L'Alqueria y jugar de nuevo en la Fonteta con la selección ha tenido mucho encanto.

-¿La desaparición del Ros Casares fue el símbolo deportivo de la crisis económica que vivió España durante aquellos años? Fue un equipo que gana una Euroliga y pocos días después desaparece.

-Totalmente, fue el reflejo de lo que pasaba en el país. Nos decíamos somos muy potentes, somos muy potentes y de un día para otro descubres que a lo mejor no lo éramos tanto, que no se podía sostener y se tenían que ir cerrando grifos. En mi caso personal me encontré que de repente no tenía equipo. Me quedé huérfana de equipo, fue un choque personal porque de repente me cambió la vida.

-¿Es fácil imaginar que el Valencia Basket cogerá el testigo de equipo grande del Ros o el Dorna?

-Creo que esa es la intención. La gente que está detrás, como Esteban Albert, son profesionales del baloncesto valenciano de toda la vida y creo que eso es un seguro. Conocen el baloncesto y tienen muy claro que hay que hacer las cosas con tranquilidad. Creo que han hecho una buena configuración de la plantilla, con jugadoras nacionales y valencianas, pero ahora tienen que asentarse en la Liga Femenina. Si más o menos se van dando los pasos creo que la intención del club es ir yendo hacia Europa.

-¿Le sorprendió todo el cariño que ha recibido desde que se anunció su fichaje por el Girona?

-Sí, la verdad es que me sorprendió gratamente y creo que había un componente del regreso de una jugadora de la selección porque es verdad que muchas jugadoras llevamos mucho tiempo jugando fuera.

-Ese es otro símbolo de la crisis que azotó al baloncesto femenino en España. El éxodo.

-Nos fuimos casi todas, la Liga bajó de nivel porque en aquellos años éramos un país referente en Europa y estoy muy contenta con mi decisión de haber vuelto.

-¿Volveremos a ver alguna vez en la Liga a las estrellas españolas?

-No creo que ahora se pueda conseguir. A día de hoy Alba Torrens, Anna Cruz o Marta Xargay están instaladas en la elite. No creo que ahora mismo España pueda ofrecer un proyecto deportivo a ese nivel para convencerles, no hablo ya de dinero.

-¿Le queda cuerda para probar el proyecto taronja como jugadora?

-(Se toma unos segundos antes de responder). A ver, tengo firmado un contrato de uno más uno en Girona y no sé lo que daré de sí. No vaticino. Me quedo con el presente, con el Mundial y este primer año en Girona. Luego ya veremos pero con Valencia tengo ese gran vínculo, de jugadora o pasando la mopa. L'Alqueria es el Disney del baloncesto, viviría en ese recinto.

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