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Larry Abia saluda a los aficionados tras un partido del Leyma Coruña. LP
Un campeón en la lucha contra el racismo

Un campeón en la lucha contra el racismo

HISTORIAS DEL BASKET ·

Larry Abia es uno de los protagonistas de la campaña de la Euroliga Not in Our World, que denuncia la discriminación racial en nuestra sociedad | El campeón de la Eurocup con el Valencia Basket en 2014 lanza un mensaje claro: «Los inmigrantes no vienen a España a robar el trabajo a nadie, vienen a trabajar para sacar adelante a su familia»

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Sábado, 27 de marzo 2021, 01:44

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Larry Abia Sila (Valencia, 1993) puede presumir de ser uno de los seis jugadores valencianos en conseguir un título europeo defendiendo la camiseta del Valencia Basket. Él lo consiguió, junto a Juanjo Triguero, en 2014 con aquella Eurocup ganada en Kazán. Antes lo hicieron Rodilla, Luengo, Claver y Siméon. Tras salir del Leyma A Coruña de LEB Oro, donde jugó desde que se marchó de Valencia hasta 2019, se fue a La Roda de LEB Plata y al decretarse el estado de alarma en marzo de 2020 volvió a A Coruña. Desde el pasado verano está a la espera de algún contrato que le permita seguir con su etapa profesional. Su intención era probar fuera de España pero con la segunda y tercera ola de la pandemia decidió quedarse en Valencia y en la actualidad está jugando en el Alginet de Liga EBA a las órdenes de José Canales, que fue entrenador suyo en las categorías inferiores del Valencia Basket. «Me hacía falta estar un poco en casa, con mis hermanas, después de tantos años fuera Valencia», reconoce a LAS PROVINCIAS.

La Euroliga, junto a la Asociación de Jugadores, ha producido un documental en apoyo de Not in Our World, que pone el foco en los episodios de discriminación racial que han sufrido jugadores profesionales. Un foco para ampliar la lupa, dejando claro que los jugadores y jugadoras negros no dejan de sufrir la lacra del racismo. Esa condición de deportistas no les crea un escudo mágico. «Hice público mi caso por la rabia y porque a mi madre le pasó algo parecido en su momento en Valencia. Exploté. Estaba buscando piso en A Coruña y recuperándome de la lesión en la rodilla. Iba con muletas. Hablé por teléfono con la dueña del piso y todo perfecto, no tengo ningún acento extranjero y me dijo que iba a ser el primero en ver el piso. Llegué antes de la hora y me quedé esperando en el portal. Apareció la señora con su marido y al ver su reacción ya me olí algo. Pasaron por delante de mí sin decir nada y escuché al hombre decirle a la mujer que a él no que es negro, que es extranjero. Me giré y llamé a la señora por su nombre. Se quedó parada y la excusa fue que ya tenían el piso apalabrado, cuando por teléfono todo fue positivo y no me habían dicho nada unas horas antes. No me dejaron ni ver el piso cuando por teléfono me indicaron que iba a ser el primero en hacerlo», rememora con amargura.

Un episodio que, lamentablemente, se sigue produciendo puesto que esa semilla del racismo, mientras haya gente que la riegue, siempre va a existir en la sociedad: «A lo largo de mi vida he vivido tantas injusticias raciales que aunque suene duro al final te acabas hasta acostumbrando por mucha rabia que te de. Las faltas de respeto por desgracia siguen sucediendo. Como persona de raza negra he vivido situaciones de discriminación racial como miradas cuando entras a algún restaurante o a una tienda a comprar algo. Si cada vez que sientes algo así tuvieras que llamar a la policía...«.

Abia tiene claro que el inicio de su historia familiar en territorio español no tuvo aparejada el drama que a diario vemos en el Mediterráneo con familias que se juegan la vida, para muchos casos perderla, por llegar a Europa pero se muestra claro contra las personas que aún defienden el mantra de vienen a quitarnos el trabajo: «Mis padres vinieron a España cuando se firmó el tratado de cooperación con Guinea con lo que lo tuvieron más fácil pero en casos como el de Iñaki Williams, en el que sus padres tuvieron que saltar por Melilla, sí que piensas en que todo tiene mucho de azar y de destino. Mis padres lo que sí hicieron fue buscar una vida mejor en España, primero en Madrid y luego en Valencia. Lo que la gente tiene que comprender es que nadie deja su país si no es buscando unas mejores condiciones de vida. Mis padres no han dejado de trabajar desde que viven en España, buscando una mejor vida para sus hijos. Como hacen todos los padres, sean españoles o no. Los inmigrantes no vienen a España a robar el trabajo a nadie, vienen a trabajar para sacar adelante a su familia».

¿Dónde está la solución al problema del racismo? El valenciano lo tiene muy claro: «Es un tema de educación. Todo depende de la educación que te den en tu casa. Si en la escuela te dan unos valores de igualdad y de integración y convives con compañeros, tengan la raza que tengan o la nacionalidad que tengan, y luego en casa te inculcan valores racistas o de odio hacia el inmigrante, un niño va a acabar haciendo caso antes a su padre o madre que a su profesor. Eso es así de claro. Desde pequeños somos esponjas y hacemos lo que vemos y lo que nos enseñan. La única forma de acabar con esto es que se eduque en valores en todos los ámbitos».

El drama laboral en la actualidad para Larry Abia es el mismo que el de cientos de deportistas que se han quedado en esa tierra de nadie que existe por debajo de las grandes ligas cuando llega una crisis económica como la que ha generado la pandemia: «Proyectos como el de A Coruña, con un buen presidente y directiva, han podido mantenerse o el Granada con el patrocinio de Covirán que tampoco ha notado la crisis pero la mayoría sí lo ha notado. Si antes no había mucho dinero en la LEB Oro ahora es un drama. Desde hace años, hay muchos jugadores que se han ido a Francia, Islandia o Sudamérica. En España, de ACB para abajo está muy mal la cosa. Si hay equipos en ACB que lo están pasando mal es fácil imaginarse el resto».

Su doble nacionalidad le ha permitido estrenarse como internacional absoluto con Guinea Ecuatorial, que soñaba con el Afrobasket antes de quedar eliminada en un final polémico ante Guinea en febrero: «Me hizo ilusión cuando me llamaron de la absoluta. En categorías inferiores ya lo intentaron pero en esas etapas me apetecía mucho jugar para España y así lo hice. Desde el año pasado estoy con ellos porque me ofrecieron un buen proyecto. Estoy muy contento de la decisión. Todos los jugadores de la selección venimos del baloncesto europeo y allí todo es más físico, cuando jugamos contra selecciones del nivel de Senegal es cierto que aún lo pasamos muy mal pero luchamos por mejorar año tras año. Esperamos hacer historia para el país».

La sonrisa más amplia de la conversación le viene cuando se le recuerda aquella Eurocup de 2014, donde el Valencia Basket de Perasovic conquistó el tercer título continental de la historia del club con un imperial Justin Doellman como MVP de la final: «Es algo que siempre voy a recordar. Después de estar en todas las categorías del Valencia Basket el poder conseguir un título en mi única temporada con el primer equipo y encima una Eurocup fue algo inolvidable. Lo de Kazán fue muy emocionante porque te paras a pensar en todo lo que te ha pasado y para mí, con mis padres que llegaron a España como inmigrantes, fue una alegría tremenda aquel título». El recuerdo de la final... y de la histórica celebración en el vuelo de regreso durante toda la noche compartiendo con los aficionados del club que volaron con el equipo hasta Rusia. «Éramos un equipazo dentro de la pista y fuera de ella también (se ríe). Aquella celebración en el avión fue mítica porque además la compartimos con los aficionados que vinieron a Rusia. Jugaba poco pero esa noche lo disfruté como el que más. Fue por todo lo alto», rememora.

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