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El camino acaba con victoria
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El camino acaba con victoria

Valencia Basket consigue en Santiago el tercer triunfo en la gira de cuatro partidos fuera de casa

JUAN CARLOS VILLENA

Domingo, 8 de febrero 2015, 00:01

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El Valencia Basket terminó su particular Camino de Santiago con una victoria de prestigio en el Fontes do Sar, donde esta temporada ya había caído el FC Barcelona y el Obradoiro había sacado ocho de sus nueve partidos. Un triunfo que, además, fue el mejor símbolo para acabar una gira de dos semanas fuera de casa con un muy buen balance de tres victoria y una derrota (el resbalón de San Pablo). Cuando un equipo se muestra incapaz de vencer lejos de sus aficionados y en catorce días cargados de viajes, aviones, autobús y poco descanso enlaza tres triunfos deja bien claro que está en pleno proceso de recomposición. Es cierto que el baloncesto, ni en Nancy ni ayer en tierras gallegas, ha sido el más brillante, pero a estas alturas de la película eso no importa. El equipo tenía que reaccionar, y con el triunfo ante el Río Natura la entidad valenciana cierra un ciclo de dos meses sin ganar lejos de la Fonteta.

Uno de los artífices de la reacción es Carles Duran. El técnico catalán cogió las riendas del equipo tras el despido de Perasovic hace cinco partidos y presenta un balance de 4-1. Aunque el club quiere respetar los plazos, y sus procedimientos internos, y ninguna fuente oficial de la entidad quiso confirmar a esta redacción que la decisión está tomada, Duran vuelve hoy a Valencia con un puesto de trabajo ganado a pulso a falta tan sólo de la ratificación oficial. En el vestuario ya se ha ganado esa confianza, y el club lo sabe, no sólo por las victorias sino porque la plantilla está observando que desde el primer día no se ha comportado como un técnico interino sino como un entrenador. En los próximos días, la intención es que sea antes del partido del miércoles ante el Lokomotiv, el club negociará con Duran los nuevos términos de su relación, al menos, hasta final de temporada.

La victoria, basada en un trabajo defensivo muy serio en la segunda parte y el acierto del juego exterior, permite al Valencia Basket afrontar el último partido antes del parón de la Copa del Rey, donde recibirá el domingo al Real Madrid en la Fonteta, con opciones reales de luchar ser cabeza de serie en el playoff en los partidos que restan en la segunda vuelta. Es cierto que la mala racha fuera de casa, pese al triunfo en el Fontes Do Sar el balance es de 3-7, había lastrado buena parte de esas opciones, pero con campo abierto y si los taronja encuentran la regularidad en su juego y no vuelven a perder jugadores por lesión le pueden disputar de tú a tú a Joventut y Bilbao (los dos equipos comenzaron la jornada con tres triunfos de ventaja) un puesto entre los cuatro primeros, ya que también es de esperar la reacción del Barça en el último tramo de la temporada.

Duran jugó muchas fases del partido con tres pequeños, la lesión de Aguilar obligó a Lucic a jugar de cuatro en la segunda parte, y el efecto fue devastador para los exteriores de Moncho Fernández, que en ningún momento pudieron parar la ofensiva de Pau Ribas o Nedovic. Aunque el Valencia Basket nunca pudo romper el partido, Obradoiro es un equipo que nunca entrega la cuchara, la sensación que se vio sobre el parquet fue de que nunca peligró la victoria taronja a partir del segundo cuarto. El trabajo defensivo, y la paciencia para sobreponerse a algunas pérdidas absurdas de balón, fueron dos aspectos decisivos para que el triunfo cayera del lado visitante.

El conjunto valenciano fue de menos a más en la primera parte, despertando de forma paulatina a partir del tercer minuto. Hubo un dato que simbolizó ese despertar, con 14-8 la valoración del partido era 21-0, y al descanso 42-50. En esos 17 minutos siguientes la valoración total fue 21-50, con un Valencia Basket que se mostró mucho más equipo que su rival. El gran problema para los taronja es que ese dominio virtual no se tradujo en el marcador, con un 39-44 tras el triple final de Sato que no dejó ni mucho menos el partido encarrilado al descanso.

Pero el gran problema antes de afrontar el tercer cuarto fueron los problemas de intendencia. Aguilar pidió el cambio tras caer sobre Chagoyen al anotar con un mate el 25-27, con mucho dolor en su tobillo izquierdo. Vives y Nedovic, que anotaron cuatro triples entre los dos en la primera parte, afrontaron el inicio de la segunda con tres faltas. Un problema añadido si tenemos en cuenta que Van Rossom sigue recuperándose de su lesión e intentando llegar a la Copa del Rey de Las Palmas dentro de semana y media. La mejor solución a todos esos problemas fue volver a los orígenes, bajar las piernas y defender como no se había visto hacer a los valencianos fuera de de casa en lo que va de temporada, dejando en 23 puntos al Río Natura en la segunda mitad.

Los taronja volvieron muy fríos del paso por vestuarios, con tres pérdidas de balón consecutivas. Un triple de Harangody (43-47) sirvió para disipar esa bruma. Nedovic y Ribas volvieron a pegar un acelerón para llevar al partido la máxima renta hasta entonces (47-57). Pero el Río Natura volvió a demostrar que no iba a entregar su rendición a las primeras de cambio, con un 'mini parcial' de 7-2 que dejaba el partido abierto al inicio del último cuarto (54-59).

Una antideportiva de Loncar sobre Triguero amenazó con un nuevo conato de remontada de los gallegos, pero el valenciano falló los dos tiros libres y su equipo el ataque posterior. Una gran asistencia de Rafa Martínez a Loncar puso la puntilla al partido (55-68) por más que el Obradoiro quisiera tirar de orgullo para darle una emoción ficticia al partido en los últimos dos minutos. La realidad es que al Valencia Basket nunca le tembló el pulso y supo aguantar, con oficio, un triunfo que le permite quitarse de encima por unas semanas la maldición de no ganar fuera de casa en ACB. Duran selló su puesto de trabajo en tierra santa, en casa del Apostol.

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