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Tierra quemada en Ploiesti

Tierra quemada en Ploiesti

El Valencia Basket renace en la Eurocup con un acierto anotador arrasador

JUAN CARLOS VILLENA

Miércoles, 28 de enero 2015, 23:59

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Misión cumplida. O mejor dicho, todas las misiones cumplidas. El Valencia Basket comenzó el martes su viaje a Rumanía buscando renacer en la Eurocup tras la debacle en la Fonteta ante el Asesoft, ganar su primer partido europeo fuera de casa de la temporada tras seis derrotas consecutivas, acabar con una racha de dos meses sin ganar a domicilio y seguir recuperando la sonrisa. Todo conseguido. ¿La defensa? Es complicado explicar a alguien que no haya visto el encuentro de anoche que el nivel atrás subió en la segunda parte pese a encajar 84 puntos. Eso sí, en Sevilla deberá subir la dureza para seguir progresando.

El mejor premio que hoy meterá el conjunto valenciano en la maleta, porque sueño acumulado tendrá a toneladas ya que la plantilla habrá salido del hotel a las cuatro y media de la mañana, es recuperar las opciones de pasar de ronda. Si el Valencia Basket vence en Nancy el miércoles, estará matemáticamente en octavos. Eso sí, como segundo, ya que parece una utopía pensar que el Asesoft venza en Krasnodar.

Carles Durán debutó con victoria en Europa, en un partido donde los taronja se la jugaron en ataque. Una apuesta que puede parecer suicida pero que fue práctica, ante uno de los equipos más anárquicos que se recuerdan en el baloncesto europeo. No todos los días, ni dos seguidos, se puede jugar 'al que meta más', pero la estrategia salió perfecta. Poco más hay que decir.

El primer cuarto disputado ayer en Ploiesti ya forma parte de la historia de la Eurocup. Los 72 puntos de ambos equipos (30-42) es la mayor anotación conjunta en un cuarto de cualquier partido. Los 42 puntos del Valencia Basket es la más elevada de un equipo en un primer cuarto y la segunda mayor en cualquiera de ellos (el récord lo sigue manteniendo el Hapoel Jerusalem, que anotó 44 frente al Galatasaray en la temporada 09-10). Una auténtica borrachera anotadora, con un 8 de 8 en triples para los valencianos, que a los únicos que dejó con cara de cabreo en todo el Olimpia Arena fueron a los dos entrenadores. El gesto de Carles Durán fue un poema, y no lo abandonó hasta visionar el resultado al final de la primera parte (49-61).

Los dígitos en ataque del conjunto valenciano eran de esperar tras el brutal arranque del partido, donde el quinteto que puso en pista Durán saltó con rabia, con sangre en los ojos (8-21 a 5.36 del final del primer cuarto). La sorpresa en ese momento llegó atrás, puesto que se pasó de dejar el partido prácticamente finiquitado a un marcador histórico que no daba a los taronja el premio que buscaban en Rumanía, que no era otro que la clasificación para los octavos de la Eurocup. Las pérdidas visitantes y los robos de balón del Asesoft (7 y 6 respectivamente al inicio del segundo cuarto) lastraron cualquier atisbo de sentencia.

El Valencia Basket saltó al tercer cuarto con la lección aprendida, cerrando filas en defensa y dejando de atacar en los doce primeros segundos de posesión. Al Asesoft le costó entender esa variante, y se ahogó en sus propias dudas. La solidez del conjunto español, muy superior técnica y físicamente al rumano, rompió definitivamente el partido (51-72 tras canasta de Sato).

El aliciente del último cuarto fue esperar que cayera otro récord. Los valencianos llevaban 16 triples anotados a falta de diez minutos, el máximo en Eurocup de un equipo eran 20. La marca no cayó, ni siquiera la del Valencia Basket, que anotó 19 al París Levallois la pasada temporada y ayer 17, pero la sonrisa volvió a aparecer en las caras de los jugadores. «En diez días ha habido un cambio total de actitud», dijo Paco Raga al final del choque. Una verdad como un templo.

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