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Harangody ataca el aro ante la defensa de Derrick Brown. :: lokomotiv kuban
Krasnodar sigue estando maldita

Krasnodar sigue estando maldita

El Valencia Basket pierde en Rusia y vuelve a casa con dos lesionados más

JUAN CARLOS VILLENA

Jueves, 15 de enero 2015, 00:00

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El deporte profesional de vez en cuando ofrece estadísticas tan sorprendentes como reveladoras. El Valencia Basket ha viajado dos veces a Krasnodar en toda su historia, y entre los dos desplazamientos acumula cinco lesionados. Un dato sin precedentes. Si hay un jugador que no olvidará esos dos partidos es Bojan Dubljevic, que ayer volvió a acabar sin oxígeno sobre el parquet. Como el 26 de marzo de 2013. Aquel día no acabaron el encuentro Doellman, Lishchuk y Pietrus. Ayer Loncar no llegó a vestirse al no superar una lumbalgia que se le agravó en el largo viaje a Rusia (no Euroliga, no charters) y Aguilar se quedó enganchado de la zona lumbar a los cuatro minutos de estar en pista y ya no volvió a jugar. El Valencia Basket perdió ante el Lokomotiv y volvió a casa con dos lesionados más y sin un plazo claro de recuperación. Una circunstancia que hizo que saltara por el aire la primera decisión de la entidad de no fichar tras la lesión de Lishchuk y confiar en los cuatro pivots sanos. Desde ayer de los cuatro quedan dos, con lo que la entidad ya no puede acogerse a ese argumento y deberá encontrar soluciones.

El coraje del grupo que entrena Perasovic, es su mejor arma esta temporada, permitió al conjunto taronja no tirar la toalla en la lucha por la primera plaza del Grupo N. Algo que parecía una quimera con el 70-50 a cuatro minutos del final. Un parcial de 4-12, con casta a falta de acierto en el tiro, puso en el marcador un 74-62 que no dejó contento a Bazarevich. El técnico ruso, que las vivió de todos los colores como jugador, sabe que esos ocho puntos pueden tener su peso en oro.

Pretender ganar con tan sólo Dubljevic como cinco puro a un equipo que presenta a una batería con Brown, Hendrix y Randolph es una quimera. Y si uno de ellos, el NBA Randolph, acaba el partido con 18 puntos, 12 rebotes, 5 robos, 5 asistencias, 3 tapones y 36 de valoración, parece imposible. El partidazo de Dubljevic, 38 minutos jugados, 20 puntos y 13 rebotes, y de Harangody, 34 minutos, equilibró.

El Valencia Basket, lesiones aparte, tiró sus opciones de victoria en un segundo cuarto para olvidar, y más teniendo en cuenta que venía de diez minutos donde había desplegado un baloncesto serio e incómodo para un equipo que basa su poderío en la calidad técnica y física de sus jugadores (19-16). La falta de acierto (parcial de 22-10 en el segundo cuarto) condenó a los valencianos al mismo tiempo que Randolph y Delaney decidieron reinar sobre el parquet. Hay un dato que lo dice todo del juego exterior taronja; entre Ribas, Nedovic, Sato y Martínez acabaron con una valoración de -9. Unos números con los que es imposible ganar a un equipo de primer nivel, y más con tres bajas interiores. Sinceramente, viendo todos los datos es ponderable que la derrota fuera sólo por doce.

Aunque en los últimos dos partidos fuera de casa es cierto que el Valencia Basket ha mejorado la imagen, los datos objetivos siguen dejando helado al más optimista. El equipo sigue sin ganar un partido lejos de la Fonteta en Europa y el acumulado de la temporada fuera de casa es 2-13. Mientras Chechu Mulero busca un interior al vestuario le vendrá como agua de mayo una semana de partidos en casa. Es el mínimo consuelo. Mínimo.

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