Nedovic lanza a canasta ante Will Thomas. :: acbmedia
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Perasovic, al límite

El Valencia Basket trasladará al croata que debe recuperar a la plantilla el viernes ante Galatasaray para evitar medidas drásticas

JUAN CARLOS VILLENA

Lunes, 24 de noviembre 2014, 00:07

Juan Roig abandonó la Fonteta al filo de las diez de la noche, más de una hora después de que sonara el bocinazo final de la derrota más dolorosa de la temporada para el Valencia Basket. Por las formas y por la impotencia que reinó en el ambiente. El dueño del club se reunió de urgencia con su directiva tras la derrota, sin la presencia de Perasovic. El consejero delegado, Paco Raga, se citará hoy con el técnico para trasladarle la preocupación de la entidad e instarle a cambiar la imagen en la pista el viernes frente al Galatasaray en Euroliga . «Las decisiones no se toman en caliente, pero tiene que recuperar a la plantilla para evitar decisiones drásticas», esa fue una de las frases que se escucharon anoche en esa reunión.

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El Valencia Basket perdió ayer su cuarto partido consecutivo, tras Klaipeda, Barcelona y Atenas. Un resultado que le deja con un balance de 4-4 en Liga Endesa y con la primera derrota en Liga Regular en la Fonteta en los últimos once meses. Hasta ayer el balance era de 24-1 en los últimos 25 partidos. Todos ellos con Perasovic en el banquillo. Esa hemeroteca, el técnico recibió una ovación cerrada antes del partido al recibir el galardón al mejor entrenador del año en la pasada temporada, es lo que aún le da margen al croata. Si el técnico hubiera llegado nuevo este verano posiblemente estaría hoy cesado, pero la entidad no olvida que hace tan sólo unos meses se estaba celebrando un título europeo con el croata renovado. Es por eso que agotarán todos los plazos para evitar un despido que nadie quiere, tal y como declaró Chechu Mulero el jueves en LAS PROVINCIAS. Juan Roig fue el gran valedor de Peras en su dos momentos límites anteriores, antes de la Copa de Vitoria de 2013 con las cuatro derrotas consecutivas en ACB y frente al Bilbao en la Fonteta en Eurocup (60-61) y unos meses después tras caer frente al CAI en los cuartos del playoff. En aquellas dos ocasiones la apuesta por la calma le salió buen al club, el viernes Peras vivirá una situación similar frente al Galatasaray. La decepción anoche en el rostro del dueño de la entidad evidenciaba la decepción tras el batacazo, tras la buena imagen en Atenas nadie lo esperaba. Roig no sólo señala al croata, sabedor de que muchos de sus jugadores no están rindiendo ni al 50% de su nivel.

El Valencia Basket magnificó sus errores más repetidos en lo que va de temporada, llegando a provocar un sentimiento de desidia en la grada que hacía años que no se sentía. A falta de más de seis minutos para el final del partido fueron cientos los seguidores que optaron por marcharse, y los miles que se quedaron no quisieron que la última postal fuera una pitada histórica. Ese respeto por lo conseguido en la última temporada fue un símbolo parecido a lo sucedido unos minutos después dentro del palco con los directivos, ese margen es el que le queda a Perasovic para continuar al frente de la nave. Si logra revertirlo habrá vencido una final más, si no lo hace nadie en el club aseguró anoche a este periódico que la situación se pueda aguantar mucho más.

Los valencianos fueron ayer víctimas de todos sus miedos; el del tiro (un 5 de 21 en triples como símbolo), el del rebote (siempre se pierde con el rival en este aspecto), el del juego interior (con Loncar desaparecido de la rotación y donde Lucic alternó el puesto de tres con el de cuatro durante todo el choque) y el de los 'olvidados' por el técnico (con Aguilar y Loncar como mejores ejemplos). Lo último puede ser lo más preocupante, puesto que los avisos de que el 'látigo' está saturando cada vez son más evidentes, y comienzan a salir del vestuario los primeros mensajes al respecto. El camino sólo tiene dos finales, o Perasovic reconduce la situación como ya hizo en 2013 o correrá el mismo destino que otros antecesores en el cargo como Olmos, Katsikaris o Comas.

El triple inicial de Rafa Martínez fue un espejismo. En el siguiente ataque Sato se produjo un esguince de tobillo, aunque eso no impidió al africano volver en la primera mitad tras la que ya no volvió a salir (esperemos que no acabe hoy con el mismo resultado que la vuelta de Van Rossom al partido del Palau). Unicaja comprendió muy pronto que podía hacerle mucho daño a su rival en el juego interior, con Green y Thomas como puñales (3-12 de parcial). El Valencia Basket reaccionó con un parcial de 19-7 con Nedovic, Ribas y Dubljevic de estiletes. El drama es que tras el 24-19 al inicio del segundo cuarto, con una canasta a aro pasado del serbio, se acabó la película. Triste, pero cierto.

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En los siguientes doce minutos de partido, con el agravante de que el descanso no acabó con la sangría, el parcial fue 11-30 para Unicaja. La sensación de impotencia para los valencianos fue tal que ni los cambios defensivos, la zona que ahogó a Olympiacos ayer fue un juego de niños para los hombres de Plaza (el catalán le ganó la partida a Peras), impidieron el desastre. Los últimos minutos tan sólo sirvieron para ver las caras de impotencia de los jugadores taronja. Al desastre se sumó el colegiado debutante Fernández Sánchez, sin nivel para pitar en ACB. Fue una tarde para llorar.

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