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Mata intenta taponar el tiro de Sato en un lance del encuentro de ayer.
Para empezar, un paseo
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Para empezar, un paseo

El Valencia Basket aprieta el acelerador tras el descanso para adelantarse en el playoff

Toni Calero

Viernes, 30 de mayo 2014, 11:30

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Con la tarea bien aprendida después del batacazo ante el CAI Zaragoza la pasada temporada, el Valencia Basket no dio opción a la sorpresa en este inicio del playoff. Ejerció de equipo grande frente a un batallador pero inexperto Cajasol para poner el 1-0 en la eliminatoria y quedarse a un sólo paso de las semifinales de la ACB. Sudó de lo lindo el ejército de Velimir Perasovic en un primer cuarto en el que no acabó de encontrarse cómodo para sacar los tanques en los tres parciales siguientes. Con una Fonteta entregada, el Valencia Basket ya tiene lo que quería: un pez chico a punto de besar la lona y zarandeado por un rival que este año sí, no falla en los momentos decisivos.

El primer y más directo responsable del triunfo taronja fue Sam Van Rossom. Decía Pablo Aguilar apenas 24 horas antes del encuentro que los premios se los han llevado dos monstruos como Sato o Doellman, pero quedaban en la rotación valenciana varios ejemplares que acumulan a sus espaldas una temporada que ralla el sobresaliente. Uno de ellos, el base belga. Incisivo y anotador (13 puntos), Van Rossom aprovechó la lesión de Josep Franch para castigar a Satoransky, la última perla que ha cultivado Aíto. Sin un relevo de garantías para el base checo, el Cajasol fue perdiendo en clarividencia con el paso de los minutos. Ahí olió la sangre Perasovic y lo interpretó a las mil maravillas Van Rossom para erigirse como el mejor de este primer partido del playoff.

Ante un equipo alto y físicamente poderoso aceptó el pulso el Valencia Basket. Y las primeras heridas en el Cajasol las provocó Dubljevic, otro de los actores principales al que los focos quizás no hayan apuntado lo suficientes este curso. El montenegrino, carne de NBA, apareció para frenar a base de puntos en la pintura el fulgurante inicio de partido, que llegó al final del primer acto igualado (19-17).

Un desbocado Álex Urtasun mantenía a los sevillanos, pero Perasovic había encontrado su caballo de Troya: las penetraciones de Dubljevic buscando al exterior librado. Ahí apareció el MVP de la Liga, Justin Doellman, para ir abriendo brecha. Poco a poco. Al descanso, el físico del Cajasol menguaba y el saber hacer taronja daba sus frutos (37-29, minuto 20).

Aún no había dicho Van Rossom su última palabra. El tercer cuarto fue cosa suya, mandando en los dos lados de la pista, anotando un triple y un dos más uno que casi definitivamente decantaba el partido del lado local (53-40, minuto 26).

Como haya ocurrido en decenas de envites esta temporada, Perasovic no permitió que su equipo se relajara. Quería más. Ya no sólo para mandarle un mensaje claro al Cajasol, sino colocando un altavoz en la Fonteta dirigido al Barcelona, que a 350 kilómetros solventaba su partido sufriendo de lo lindo (92-87) ante el Caja Laboral. Mañana, el Valencia Basket puede matar la eliminatoria en Sevilla. Y será momentos de pensar, y soñar, con el Palau.

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