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Desvanecimiento. Kuhn, atendido en medio de la pista después de desplomarse durante el partido. afp/michael reaves
Un talento con demasiada prisa

Un talento con demasiada prisa

El alicantino, promesa del tenis a quien traiciona su elevada autoexigencia, se retira tras dilapidar ocho bolas de partido ante Misha Zverev Nicola Kuhn se desvanece en medio de la pista en el Masters 1.000 de Miami

MOISÉS RODRÍGUEZ/EFE

VALENCIA.

Viernes, 22 de marzo 2019, 00:38

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Nicola Kuhn estaba encantado en su 19 cumpleaños. No había mejor regalo para él que destacar por fin en un gran torneo. Gran promesa del tenis español, el alicantino de padre alemán y madre rusa abordó con confianza su partido contra Mischa Zverev. Se sabía capacitado para plantar cara al germano y meterse en la segunda ronda del Master 1.000 de Miami. Lo que desconocía era que se iba a convertir en el protagonista de la jornada, quizás por una de las facetas que deberá aprender a controlar si quiere asentarse entre los mejores: a autoexigencia, hoy por hoy desmedida.

Ganó el primer set (6-4) con un mejor porcentaje de primeros que su rival -71% frente al 61%- y al aprovechar dos de las nueve pelotas de break de las que dispuso. Ya empezaba a vislumbrar el duelo con Basilashvili en la siguiente ronda y a partir de entonces todo se torció. En la segunda manga también rompió dos veces el saque de Zverev, que le quebró a él en tres ocasiones para forzar el desempate (7-5).

El patrón de juego que había exhibido en el inicio, con buenos golpes desde el fondo de la pista y un excelente segundo saque, se desvaneció. Como le sucedió al propio Kuhn con 2-2 en el tercer set. El alicantino se desplomó en medio de la pista. Le atendió hasta su rival. Acalambrado, rígido por el dolor, Kuhn apenas podía moverse. Finalmente le ayudaron a ponerse en pie y se marchó, lógicamente abandonando un partido en el que dilapidó ocho bolas para llevarse la victoria.

Vive obsesionado por el ranking de rivales de su edad, sobre todo De Miñaur, a quien casi siempre ganaba Hijo de un militar alemán, aún no ha debutado en el equipo español y ha dado largas en varias ocasiones

«Dejé todo en pista. El cumpleaños no fue como deseaba pero muy agradecido por todo el apoyo recibido», escribió horas después el alicantino en las redes sociales. La experiencia deberá ayudar a un talento natural que durante cinco años y medio se entrenó en la academia Equelite de Juan Carlos Ferrero. Integrado con todo el personal de las instalaciones de Villena -ayudaba a hornear pasteles, tenía su propio huerto...-, de la noche a la mañana dio un giro a su carrera. Según escribió por Facebook, se marchaba porque entrenaba demasiado y tenía miedo de llegar a los 25 años exprimido físicamente. Desde entonces, se ha lesionado varias veces.

Tenista con un revés muy bueno pero que ha de mejorar con su derecha, se caracteriza por su enorme competitividad. Tras salir de Equelite, ahora se entrena con el exjugador Iván Navarro, después de haber trabajado durante unos meses en su Torrevieja casi natal.

Realmente vio la luz en Innsbruck, aunque sus progenitores se trasladaron pocos meses después a la localidad alicantina. Su padre fue militar alemán y ahora trabaja para una multinacional. La doble nacionalidad permitiría a Kuhn jugar por España o como germano. De hecho, en la eliminatoria de Copa Davis entre ambos países en Valencia, Sergi Bruguera lo convocó para actuar como sparring, pero lo rechazó.

Kuhn tampoco ha querido jugar hasta ningún campeonato nacional y en la Federación andan con la mosca detrás de la oreja. «Yo soy ciudadano del mundo», respondió en una entrevista reciente para la ATP cuando se le preguntó si se siente español. «Prefiero no hacer amigos de mi edad, me siento mejor con gente mayor que yo», señaló en la misma conversación.

El tenista alicantino se considera un deportista maduro. Que ha llegado el momento de pelear con los mejores del circuito ATP. «No sé ni cómo estoy en el ránking, eso no me preocupa para nada», declaró en otra entrevista, esta a la web Punto de Break. Al contrario. Quienes le conocen afirman que vive pendiente, pero no sólo del suyo, también del de los jugadores de su generación.

Tiene sobre todo dos espinas clavadas. Kuhn no entiende que el canadiense Felix Auger-Aliassime esté el 57 del mundo y que Alex de Miñaur ocupe el puesto 26 del ránking ATP. Razones, en parte, no le faltan. Sobre todo respecto al segundo, con el que mantuvo una encarnizada rivalidad en las categorías inferiores. A pesar de ser un año menor que él, Kuhn casi siempre hizo morder el polvo al tenista de origen alicantino que decidió jugar por Australia.

Pese a ello, a día de hoy Kuhn es el 255 y cuenta con 184 puntos, mientras De Miñaur es el 26 y tiene 1.493, gracias en parte a haber estrenado ya su palmarés en la ATP. Kuhn, en cambio, ha centrado los focos por desvanecerse en la pista atenazado por los calambres. Quizás, víctima de la ansiedad por querer demostrar al mundo que en él hay tenista del top ten. Y quienes saben insisten en su enorme proyección. El incidente de Miami debe servirle de aprendizaje para cultivar la humildad y controlar la autoexigencia que, a día de hoy, le ha desbordado.

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