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Soro III conecta de volea en un lance de la partida disputada ayer en Pelayo. :: manuel molines
Soro III y Javi fuerzan  el desempate

Soro III y Javi fuerzan el desempate

La partida estuvo marcada por el equilibrio y la Lliga Professional se decidirá el próximo domingo en el mismo escenario

JOSÉ A. MONTEAGUDO

Lunes, 1 de mayo 2017, 00:27

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Valencia. Cartel de no hay entradas, intensidad, emoción, jugadas de manual perfectamente ejecutadas y otras inverosímiles, solo al alcance de unas manos privilegiadas. El de ayer fue uno de esos días en los que los entendidos se marchan loando la actuación de los dos bandos y los neófitos se enganchan por la espectacularidad y la excitación que genera ser casi parte del juego. Habrá tercera partida en la final de la Lliga Professional de escala i corda. Soro III y Javi empataron la serie tras superar en Pelayo a Pere Roc II, Félix y Monrabal por el mismo resultado del primer asalto, 60-50.

Entre los incondicionales de cada parte la satisfacción también era general. La sonrisa, claro, era más evidente en el rostro de los seguidores del equipo de Vila-real. Y para gozo, el de su abanderado, Soro III, que rememoraba los logros que le han llevado a ser el gran dominador de la vaqueta durante años, hasta la consolidación de Puchol II. El de Massamagrell no es de celebrar con vehemencia, pero sus ojos le delataban. El campeón que es, aún a falta de dilucidar el título y sea cual sea el desenlace, está de vuelta.

Soro III ha recuperado la ilusión con la Lliga. Ayer se puso el traje de faena para facilitar el lucimiento de Javi. Hizo lo que mejor sabe, levantar toneladas de peso y desquiciar al rival con su capacidad para devolver la pelota. Esta labor es tan importante y fructífera que en ocasiones no se le reconocen otras virtudes, que también mostró en la Catedral, como cebarse sobre la diestra de un zurdo cerrado o soltar bombas que pasan a unos centímetros de la cuerda.

Javi recogió el guante. Soro III le instó a que sumara los quinzes y esta vez sí se quedó en la zona donde es determinante. El mitger no abarcó tanta cancha como en Sueca y pudo conectar de cara en lugar de retrocediendo. La diferencia es sustancial. Pero contra un trío tan bien acoplado y que sabe pegar igual de fuerte, también había que bregar. Y Javi restó varias pelotas antológicas, que llegaron tan rápidas como envenenadas. Nadie se acordó del susto en el ojo, ni siquiera él.

En el bando derrotado, naturalmente, había cierta decepción porque no se había finiquitado la competición. Pero no había lugar para el reproche ni para lamentarse por esta o aquella ocasión desperdiciada. Los errores existieron, como al otro lado de la cuerda, pero tenía que ganar alguien y sucedió a los puntos. Merecidamente, aunque sin una superioridad abrumadora.

Pere Roc II congregó a un buen número de paisanos, diferenciados por unas camisetas azules con el nombre del escaleter, que hicieron piña con los seguidores de Félix y Monrabal. Todos eran uno, defendiendo el escudo de Benidorm, del equipo. Y todos abandonaron Pelayo orgullosos de los suyos, citándose para el próximo domingo. Con un poco más de acierto o suerte en momentos puntuales, el título puede ser suyo. La diferencia es mínima.

La sintonía entre las líneas fue total. La fuerza del equipo es el bloque y la faena estuvo perfectamente repartida. En un parcial destacaba la aportación de Pere Roc II, en el siguiente era Félix el que acaparaba más juego y en otro emergía Monrabal para dar la estocada o parar una pelota de quinze. Solamente les faltó tener un poco más de iniciativa, como en Sueca, donde atacaron más que defendieron. Pero no fue demérito del trío sino acierto de la contra, que supo evitar la primera línea de fuego. Y del feridor, Pedrito, que en bastantes ocasiones obligó a Pere Roc II a ejecutar el dau por abajo.

Ahora queda una semana por delante para especular. La casi perfecta actuación de la pareja y el hecho de repetir escenario, tan del agrado de Soro III y Javi, les ha puesto un poco por delante en los pronósticos. Pero es la efervescencia de lo acontecido ayer. Lo más probable es que el domingo, cuando los marxadors canten en los minutos previos, 'als rojos' sonará tanto como 'als blaus'. Con dos precedentes tan ajustados y decididos por pinceladas, la lógica obliga a presagiar un colofón tan incierto como digno de presenciar.

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