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M. RODRÍGUEZ
Lunes, 6 de marzo 2017, 00:39
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Soro III y Javi se han preparado a conciencia esta Lliga. Como si fuera una oportunidad de redimirse para ambos. Su último trimestre de 2016 no fue el que soñaron. Han trabajado a destajo para enterrar esas malas sensaciones y llegar así en plenitud al primer gran torneo de 2017. Tras cuatro de las cinco partidas de la fase inicial disputadas, están clasificados para semifinales.
La competición ha querido que la próxima semana una de las tres partidas a disputar sea intrascendente para la competición. En Massamagrell, el domingo por la tarde, se enfrentarán Soro III y Javi a Marc, Pere y Héctor. El resto de Montserrat y sus compañeros han reaccionado demasiado tarde. Ganaron quizás la partida más complicada de todas. La del cara o cruz en un trinquet nada habitual como es el de El Zurdo. Pero se quedaron fuera por un juego. Que llegaran a 50 fue su condena y una bocanada de aire fresco para Santi de Silla, Santi de Finestrat y Nacho.
Las semifinales de esta Lliga se configurarán en las losas de Pelayo y Murla. Entre sábado y domingo se disputarán tres billetes para tres formaciones. Una quedará fuera. El equipo de Pere Roc II tiene siete puntos, el trío de Genovés II cuenta con seis y las formaciones de Puchol II y Santi de Silla están igualadas a cinco. A partir de ahí, cualquiera que gane estará clasificado y quien pierda, dependerá de las carambolas. Así se escribe esta Lliga que está resultando de todo menos previsible.
En estos momentos, quien más fácil lo tiene es el trío de Pere Roc II. Hasta con la derrota. Si pierde y llega a 50, está casi clasificado. Y si gana a Santi de Silla, aunque sea cediendo un punto, se habrá metido entre los cuatro mejores.
Puchol necesita puntuar
La partida de Pelayo del sábado determinará la presión que tendrán las dos formaciones que se medirán el domingo por la mañana en Murla. Pase lo que pase, Puchol II necesita al menos puntuar. Si Santi de Silla no lo hace el sábado en la Catedral, Genoves II estará matemáticamente clasificado. Eso también otorgará más oportunidades de disfrutar del elegante juego de Dani, que para disfrute de los aficionados, estará seguro en las partidas de la Magdalena en Castellón y alguna más en marzo, por ejemplo en la catedral, Pelayo.
Pero como Santi de Silla puntúe, se generará la tormenta perfecta. Si suma tres puntos, sencillo: quien pierda en Murla, a la calle. Pero si logra dos, la clasificación para las semifinales de la Lliga puede depender de un juego, o incluso de un quinze. Todo en un pañuelo para un desenlace imprevisible.
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