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Fernando Alonso, en el GP de Francia. Efe
Las promesas incumplidas de McLaren hartan a Alonso

Las promesas incumplidas de McLaren hartan a Alonso

El rendimiento de McLaren visto en el GP de Francia ha vuelto a poner de manifiesto que las promesas de mejoría se han quedado cortas

David Sánchez de Castro

Madrid

Lunes, 25 de junio 2018, 15:52

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Cuando Fernando Alonso planteaba su temporada 2018, la admiración del mundo del automovilismo hacia el asturiano aumentó exponencialmente. Iba a compaginar el Mundial de Fórmula 1 con el de Resistencia, en dos ámbitos muy distintos del motorsport con el sueño de ganar las 24 horas de Le Mans y de regresar lo más cerca posible al podio. Desde McLaren tardaron muy poco en decir que la nueva unidad de potencia Renault les iba a devolver a la parte alta, que el objetivo era estar a la par de los Red Bull y que incluso, en según qué circuitos, el podio era posible.

Mintieron. Intencionadamente o no, los responsables de Woking aseguraron que estaban en condiciones de darle a Alonso y a Vandoorne un coche con el que podían optar de manera razonablemente cómoda a la cuarta posición del mundial de constructores, cuando la realidad es que salen de la octava carrera del campeonato quintos después de tres Grandes Premios consecutivos sin sumar.

¿Quién tiene la culpa? La pregunta no es sencilla de contestar, y pocos se atreven a hacerla directamente. Mansour Ojjeh, uno de los máximos accionistas de McLaren, lleva días intentando revolver el avispero mediático para culpar directamente a la cúpula, personificada en Eric Boullier y Zak Brown. Al primer le acusa de tomar decisiones erróneas, como la de echar a Honda para acoger a Renault y al segundo de presionar a los demás accionistas para que pusieran de su bolsillo la diferencia de coste que ello supone.

La figura de Fernando Alonso también está en entredicho. Aunque, indiscutiblemente, es el piloto líder del equipo, no todos los miembros del equipo están cómodos con la idea de ver a Alonso triunfar con Toyota en las 24 horas de Le Mans y en el resto del mundial de resistencia. Las comparaciones se hacen odiosas, máxime cuando con los japoneses la ventaja es tal que incluso juega en su contra: se ha generado una cierta corriente de opinión que resta mérito a los éxitos y dominio del TS050 en el WEC porque no tienen rivales directos tras la marcha de Audi, primero, y de Porsche, después.

En medio de esta marejada tiene que decidir Fernando Alonso su futuro. Ofertas no le faltan, pero lo que decida no lo hará por dinero. Tiene bien repartidos sus activos, el negocio de Kimoa le va viento en popa (su gorra fue el producto más vendido en las pasadas 24 horas de Le Mans, con diferencia) y tiene garantizada la estabilidad financiera para los próximos años. Si quiere retirarse, no va a ser por dinero. Pero quiere competir. Alonso está en plenitud de facultades, y se ha dado cuenta que por muchos jóvenes que vengan por detrás, aún se puede fajar bien con ellos siempre que tenga coche para ello.

La familia McLaren

Zak Brown confesaba en una entrevista para 20minutos.es durante la cita de Le Mans que el primer gran objetivo que tienen es convencer a Alonso de que se quede con ellos. El asturiano tiene una oferta en firme de Toyota para seguir ligado a su marca durante más tiempo, no sólo hasta 2019. Sin embargo, su gran objetivo es alcanzar la victoria en las 500 Millas de Indianápolis, y para ello necesita una estructura en la que pueda competir en la IndyCar.

Conseguir la triple-triple corona, algo que no ha logrado nadie, sería el colofón perfecto para su carrera. Ya es campeón del mundo de Fórmula 1, salvo sorpresa lo será del WEC, y tiene en su bolsillo el GP de Mónaco y las 24 horas de Le Mans. Sólo le faltan las 500 Millas y el propio campeonato de la Indy. ¿Un sueño imposible?

Brown tiene muy claro que quiere que Alonso sea su hombre de futuro. Sea en la Fórmula 1, sea en la Indy (el regreso de McLaren al certamen estadounidense es el gran proyecto en marcha de este empresario californiano), el español debe seguir con ellos. Lo complicado es convencerle, ya que las promesas hechas, esas que hablaban de victoria en el Gran Circo, no están ni cerca de cumplirse. «Depende de lo que hagamos como equipo y como empresa en el futuro. Fernando se siente muy relajado con el ambiente de McLaren y queremos mantenerle en la familia. Tenemos varias opciones para mantenerle con nosotros. Vamos a mantenerle en McLaren, bien en la Fórmula 1, bien en la IndyCar. Mientras él quiera correr, le daremos un coche para correr y le mantendremos en la familia», decía, sonriente y confiado.

Veremos si son capaces de mantener ese optimismo. El MCL33 se ha confirmado como un coche mal diseñado, después de que los datos de los túneles de viento de Woking y Colonia (este último propiedad de Toyota, irónicamente) no les estén ayudando a dar soluciones. La temporada avanza, los demás equipos avanzan y McLaren se estanca. Alonso se ha hartado de esperar y no quiere promesas: quiere realidades. Si no, será complicado que en septiembre firme su renovación.

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