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ALBERTO MARTÍNEZ
Domingo, 3 de marzo 2019, 23:55
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Una deuda de 11.000 euros con la Federación Española dejó fuera de combate al Canyamelar. El Comité de Competición sancionó al conjunto valenciano dándole por perdidos los encuentros como local mientras no pagase. De ahí que el 23 de febrero cayera ante el Rocasa por 0-10 sin poder jugar. El pasado jueves apareció una solución. Al menos, provisional. Un mecenas adelantó el dinero necesario para desbloquear la situación y, además, cubrir parte de los atrasos con las jugadoras. La guardameta y capitana del equipo, Amparo Aguas, ha vivido semanas complicadas. Pero la de Riba-roja, a sus 29 años, ha demostrado su casta.
-Es un poquito raro después de estar una jornada sin competir por la sanción. Sabíamos que iba a ser un partido complicado. Creo que al final el resultado no muestra realmente lo que ha sido el partido, pero supieron aprovechar nuestras pérdidas y nuestros errores en el lanzamiento para no darnos tregua en el contraataque. Ya estamos con la mente puesta en nuestro partido contra Porriño, en el que es vital conseguir la victoria.
-Parece que por fin las cosas vuelven a su cauce. Nosotras tenemos que intentar estar ajenas a todo lo que ha pasado durante estas semanas y salir a hacerlo lo mejor que podamos.
-Es muy duro que no te dejen competir. Al final te están quitando tu trabajo. Estás sacrificando horas de tu vida, fines de semana... Que no te dejen competir te crea una impotencia y una rabia muy grandes.
-Ha sido bastante complicado. Yo, como capitana y como la jugadora mas veterana, a lo mejor estoy un poco más involucrada. Y mi padre es miembro de la junta directiva y el delegado del equipo. Al final me lo llevo todo a casa. Ha sido complicado para nosotras. Estábamos todas con la incertidumbre. La semana pasada ha sido un poco de vuelta a la normalidad. Hay que intentar olvidar todo lo que ha pasado y seguir adelante.
-Estamos todas las jugadoras súper agradecidas. No sabemos quién es. Sin la ayuda de personas como esta, no podríamos continuar.
-Es triste decir que sí, que sorprende que haya alguien que apueste por nosotras. Ni siquiera las Administraciones Públicas, que son las que llevamos en la camiseta, nos ayudan en estos momentos. Entonces que un particular nos ayude sí me sorprende.
-Sí. Todo este problema ha venido porque no hay manera de que lleguen las subvenciones que tenemos aprobadas. Un club pequeño como nosotros, que no tenemos la suerte de tener un patrocinador privado, dependemos mucho de las Administraciones. Y si esas Administraciones no nos ayudan, no podemos mantenernos.
-Ojalá. Ojalá todas las cosas que están por llegar nos las concedan relativamente rápido. Que todas las subvenciones que tenemos aprobadas nos lleguen antes de que finalice la temporada. No nos merecemos que nos esté pasando esto.
-El mecenas no ha adelantado dinero para todos los meses que se nos deben, que son varios, pero sí algunos. Y sobre todo para la gente de fuera es un alivio, porque yo personalmente trabajo y estoy en mi pueblo. Pero hay gente que sí necesita nuestro sueldo para poder estar en Valencia. No nos van a pagar todo lo que nos deben, pero sí se empieza a ver luz en los salarios.
-No se puede llegar a vivir.
-¿De qué trabaja?
-Soy jardinera. Y por la tarde, a entrenar. Al final somos jugadoras profesionales a las que nos exigen cosas de profesionales, como entrenar cinco días a la semana y viajar, pero no podemos vivir de esto. Entonces te tienes que buscar la vida de la manera que puedas para llegar a final de mes.
-Hemos tenido nuestros más y nuestros menos. Hay mucha gente de fuera de Valencia y no tienen las facilidades que tenemos las pocas que somos de casa. Al final, hay momentos de desesperación, hay momentos en que queríamos hacer huelga, hay momentos en que ya no queríamos hacerla... Pero aun teniendo esas situaciones, nos fuimos a Málaga estando sin cobrar tres meses y ganamos. Vino Morvedre y ganamos. Somos deportistas y hacemos nuestro trabajo.
-Aún quedan partidos en los que podemos pelear y sacar cosas. Pase lo que pase, y aunque tengamos estas situaciones, no nos vamos a rendir. Espero que el descenso lo dejemos atrás.
-Si no llega un patrocinador privado que nos pueda ayudar bastante, seguir viviendo de subvenciones me parece que va a ser muy complicado a este nivel. Son muchos viajes y mucho dinero en árbitros y otros temas de la Federación. No puedes hacer todo si no tienes un apoyo grande de un patrocinador.
-Desde infantil estoy en lo que era Marítim y luego ya se convirtió en Canyamelar. Cogimos la plaza del Mar Valencia en División de Honor. Nos regalaron estar aquí, pero hemos demostrado que nos merecemos estar aquí año tras año. Sufriendo, pero los equipos peleones también tienen cabida en la liga.
-En esos años buenos había mucho más dinero y patrocinadores. Es un pena porque, si miras hacia atrás, hemos tenido equipos muy grandes a nivel nacional e internacional. Es una pena que ya no haya esa apuesta tan grande por el balonmano femenino.
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