Una estirpe de campeones de España
Cinco miembros de la familia valenciana Llobell han conquistado títulos nacionales de automovilismo, pesca y ajedrez desde los años 70 | Unas tablas con Karpov, entrenamientos con Hamilton o Vettel y un préstamo con la firma falsificada marcan el camino de la saga
Cuando en estas fechas se reúnen los Llobell, hay algo que nunca falta en casa: espíritu competitivo. El mismo que les ha llevado a ser una familia valenciana excepcional. Hasta cinco miembros de la saga han conquistado España a través del deporte. Ya sea pesca, automovilismo o ajedrez. Títulos nacionales que lucen con orgullo, aunque la formación académica siempre acabó imponiéndose. La estirpe, una referencia en la odontología, conoce a la perfección el camino del éxito.
La historia empezó en 1975. Enrique Llobell Palanca sabía moverse en el mar. Y consiguió que su afición llegara más lejos cuando se proclamó campeón de España de pesca de atún. El ejemplar imponía. Sus sucesores guardan con devoción la fotografía en la que aparece junto al patrón del barco tras lograr el triunfo. Sus hijos tomaron el testigo deportivo, pero en el circuito.
Enrique Llobell Lleó utilizó la picardía para abrirse paso. «Me gustaban los coches y conseguí, falsificando la firma de mi padre, un préstamo bancario. Con ese dinero me compré un coche y empecé las competiciones. Y con el dinero que ganaba iba pagando el préstamo», recuerda. Más adelante, en 1980, se alzó con el Campeonato de España de Fórmula Nacional: «Cuando terminé la carrera de Medicina, abandoné las carreras. Cambié un contrato de 14 millones de pesetas, que entonces era mucho dinero, por 25.000 pesetas al mes, que era lo que me pagaban en la Fe».
Su hermano, José Luis Llobell Lleó, se coronó en el mismo campeonato sólo un año después: en 1981. Además, llegó a competir a nivel europeo con los coches de la firma Avidesa, pero la escudería acabó abandonando porque no podía asumir la elevada inversión económica.
Arturo Llobell Cortell, hijo de Enrique Llobell Lleó, heredó la pasión por el automovilismo. «Fui campeón de España y Portugal de la Fórmula BMW y luego campeón de la Copa de España de Fórmula 3. Di el salto a un campeonato internacional, que ahora sería la GP3, y quedé quinto. Era como un Europeo. Después decidí dejarlo porque estaba metido de lleno en la carrera. Es un deporte en el que dependes mucho de patrocinadores, no tanto de talento propio. No me gustaba vivir pensando si al año siguiente iba a correr o no». Saboreó aquella etapa: «He corrido con Petrov y D'Ambrosio, que estuvieron en la Fórmula 1. Y he entrenado muchas veces con Hamilton, Vettel, Kobayashi...».
El hermano mayor de Arturo, Enrique Llobell Cortell, eligió un camino diferente. «Yo era bastante hiperactivo y para calmarme un poco me apuntaron a ajedrez. Los profesores veían que destacaba y se ofrecieron a venir a mi casa a darme clases gratuitamente. Fui campeón de España en categorías juveniles. La gente empezó a felicitarme, me pasaron de curso en el colegio... Entonces sentía que lo que estaba haciendo en el ajedrez era realmente grande y aparqué el tenis. Competía con gente como Pablo Andújar o Daniel Gimeno Traver. Entrenaba de tú a tú con ellos», señala.
Su futuro pasaba por el tablero: «En categorías juveniles de ajedrez, estuve quinto de Europa y noveno del mundo. Cuando tenía 15 años, en un torneo de exhibición, hice tablas con Anatoly Karpov, el campeón de mundo. Empecé a destacar mucho hasta que cumplí 17 años y tenía que decidir entre ser ajedrecista o hacer una carrera». Eligió lo segundo. Tras estudiar Odontología «por tradición», se enfrascó en Derecho y ADE: «Me dedicó a ello en ramas de inversión».
Maestro internacional y director deportivo del Club de Ajedrez Paterna, también es mánager de Anna Muzychuk y Paco Vallejo. «Tener cinco campeones de España en una familia demuestra cómo hemos luchado por intentar ser los mejores en lo nuestro», afirma pletórico.