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Ana Carrascosa, en su escuela ubicada en el Patronato de la Juventud Obrera. irene marsilla
Ana Carrascosa: «Las niñas necesitan referentes femeninos»

Ana Carrascosa: «Las niñas necesitan referentes femeninos»

«Nunca tuve un mal gesto con ninguna rival», destaca la valenciana, que dirige su escuela y da clases en un colegio

ALBERTO MARTÍNEZ * alberto.martinez@lasprovincias.es

Lunes, 17 de diciembre 2018, 00:03

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Algunos niños dicen que se ha convertido en su segunda madre. Una anécdota que cuenta con gesto de satisfacción Ana Carrascosa. La exjudoca valenciana, de 38 años, marcó una época con sus medallas mundiales y europeas y su participación en los Juegos de Pekín y Londres. Actualmente, vuelca toda su fuerza en llegar al corazón y la cabeza de los pequeños. Para ello abrió su propia escuela, Crecesport, que ya cuenta con 160 alumnos. Mira el tatami desde otro prisma.

-¿Cómo va la nueva etapa?

-El deportista debe ser consciente de que hay un día después y tienes que reorientar tu vida hacia otros objetivos. Yo tenía muy claro que quería ser docente. La educación siempre me ha apasionado. Quería transmitir, a través del judo o la educación física, lo que el deporte me ha enseñado. El deportista vive en una burbuja y muchas veces no te planteas qué puede pasar el día de mañana. Pero yo siempre he tenido muy claro que mi deporte es muy humilde y no se puede vivir de él el día de mañana. Mi familia me ha ayudado mucho, diciéndome que hay que tener los pies en la tierra. Retomé los estudios de Grado en Primaria con especialidad en Educación Física. Tuve la suerte de que, en 2016, en cuanto terminé la carrera, me llamaron del Colegio Mas Camarena para entrar como profesora.

-Dejó la competición en 2014.

-Me retiré oficialmente en 2014, pero la última competición que hice realmente fue en 2012, los Juegos Olímpicos de Londres. Siempre he tenido muchas inquietudes y ahora estoy cumpliendo muchas de ellas. Desde hace tres años, tengo mi empresa de servicios deportivos, donde aparte de la escuela de judo gestionamos actividades como baloncesto, gimnasia aeróbica, rítmica, iniciación deportiva...

-¿Cómo reparte el tiempo?

-Por las mañanas doy clases de Educación Física en Mas Camarena y, ya por las tardes, doy clases de judo en el Patronato de la Juventud Obrera y en Mas Camarena. La escuela que formé la tengo en estos dos colegios. En realidad somos dos deportistas olímpicas, al exjugadora de baloncesto Marina Ferragut y yo, las que formamos la empresa. Nos dedicamos a esto. Yo me centro en el judo y luego tenemos nuestros monitores que trabajan en las diferentes actividades.

-¿Le llenan más las medallas que logró o la formación de niños?

-Las medallas significan lo que has tenido que hacer para conseguirlas. Eso es lo que realmente te queda, la persona en la que te has convertido. Yo siempre les digo: «Decide qué tipo de persona quieres ser». Como deportista siempre he querido ser una persona respetuosa, humilde y honesta. Y eso intento transmitir a ellos. Nunca tuve un mal gesto con ninguna rival.

-¿Por sus manos puede pasar la sucesora de Ana Carrascosa?

-Me llena mucho más lo que son capaces de aprender a nivel personal dentro el tatami que lo que puedan conseguir a nivel de medallas. ¿Quiénes llegan? Muy poquitos.

-¿Qué valores transmite el judo?

-Hay unos valores implícitos: el respeto al rival, a los compañeros y al profesor, la disciplina... Parece que lleve intrínseca la humildad. A veces yo me escandalizo con lo que escucho en el fútbol.

-Su padre también lo practicó.

-Sí. Y mi hermano hacía judo en Maristas. Y yo hacía ballet al lado. Entonces me escapaba todos los días de ballet y me iba a judo. Tenía cinco años. Recuerdo esa sensación de libertad, de quitarme las zapatillas, todo me parecía muy divertido. Al final es eso lo que les engancha. Hay que intentar transmitir esa pasión. Yo sé que los niños de la escuela hacen judo porque yo hago judo. Si yo hiciera ajedrez, estos mismos niños harían ajedrez. Hemos establecido una relación personal muy grande. Les ves crecer. Trabajo con niños desde cuatro años y los más mayores de ahora tienen 13 años. Tengo niños con déficit de atención. También he tenido niños con autismo y mejoran muchísimo.

-Usted marcó una época.

-Hemos marcado una generación importante. Miriam Blasco, Almudena Muñoz, Yolanda Soler, Isabel Fernández, Cecilia Blanco, Leire Iglesias, Esther San Miguel... Marcamos una etapa importante. Ojalá vuelvan a llegar de un Campeonato de Europa con cuatro medallas. Hoy eso no está, pero ojalá con el tiempo vuelva a llegar una genración así de fuerte. Hemos sido la última en marcar unos resultados internacionales importantes.

-¿Qué le genera más orgullo?

-El hecho de ser número uno del mundo ha sido lo más impactante en mi carrera. Estoy muy orgullosa porque no soy una deportista que haya tenido muchos medios. Siempre he ido buscando la excelencia y he sido una deportista inquieta, pero no he tenido una estructura muy consolidada. He sido una superviviente. Eso hace que valore mucho más lo que he conseguido, porque no lo he tenido tan fácil como otras judocas.

-¿Cuál fue el momento más duro?

-Llegué a los Juegos de Pekín como número uno del mudo y campeona de Europa. Y me pasó lo que nunca me había pasado. Tuve una subluxación de hombro, me rompí el pectoral mayor y el tendón del bíceps. Intenté aguantar lo máximo porque el siguiente combate era para disputar la medalla de bronce. Tuve que retirarme. Llevaba le hombro arrastrando. Me quedé séptima. Pero siempre recordaré cómo el público del pabellón se levantó y me empezó a aplaudir en el momento de mi retirada. Después de eso, vinieron los mejores cuatro años de mi carrera.

-¿Cómo se valora la figura de la mujer en este deporte?

-Casi está más reconocida la figura de la mujer que la del hombre en el judo español. Hemos tenido referentes, medallas olímpicas de Almudena Muñoz, Miriam Blasco, Yolanda Soler, Isabel Fernández... Y sin embargo de hombres sólo ha habido una, la de Ernesto Pérez en Atlanta. Ahora tenemos un campeón del mundo, Nikolov. Si comparamos medallas olímpicas, las mujeres siempre hemos sacado más. De hecho aquí tengo muchísimas niñas. Y es porque yo soy mujer. Ellas ven en mí que se puede. Es necesario en esta sociedad que haya referentes femeninos. Una niña no se ve reflejada en Pau Gasol. Se ve reflejada en Marta Xargay, Alba Torrens... Las niñas deportistas necesitan referentes femeninos porque ven que son capaces.

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