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Alfonso Moltó, en la escalera que da acceso a la galería del resto. :: jesús signes ¿Qué se pide en el bar?Bocadillo de tortilla de patata y agua, con una infusión. «Voy a entrenar, he de coger fuerzas», razona.
«Igual hay muchos jugadores. En el tenis llegan los que llegan»

«Igual hay muchos jugadores. En el tenis llegan los que llegan»

«Desconocemos lo que va a pasar, tenemos garantizado hasta final de año. Si los dirigentes no lo saben, ¿yo qué hago, el tarot?», ironiza el pilotari Alfonso Moltó

MOISÉS RODRÍGUEZ

Lunes, 21 de noviembre 2016, 19:44

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Que Alfonso Moltó le da una enorme importancia al palmarés no es ningún secreto. Lo mismo que su fetichismo hacia el Individual, el torneo que ganó por segunda vez hace una semana: «Disfruto jugándolo, por la preparación que lleva y porque dependes de ti mismo. Comprendo a Álvaro, se trata de un campeonato que te motiva. Y te da importancia a la hora de renovar, no es lo mismo hacerlo como campeón de la Lliga que son varios, que aquí que eres el único. Me gusta disputarlo y padecer para prepararlo». Aunque suela lanzar evasivas cuando se le pregunta, al resto de Barxeta le seduce superar algún día los diez entorchados de Waldo, la gran leyenda del raspall y a quien sucedió en 2015 con su victoria en La Llosa de Ranes: «¿Que cuándo lo admitiré? Cuando lleve once... Me hace mucha ilusión el de 2017 por tener el Fris Grec grande. Venga va, si gano el del año que viene lo reconoceré».

Sobre el ránking en pilota, Moltó es de los que consideran que debería de dársele más importancia. Es más, habla de él como una posible herramienta para establecer las retribuciones de los jugadores. «Estamos muy mal pagados, aunque hemos pasado a tener una nómina, cierta seguridad. Es una pena que se haya quedado gente fuera pero, ¿y el que ha entrado pero está abajo? Hay que hacer un ránking porque tenemos un pastel para todos. Se forman muchos pilotaris y no hay salidas. En el tenis también se forman muchos y luego llegan los que llegan», desliza Moltó.

El número uno del raspall admite que cada chaval que empieza en el Cespiva tiene derecho a luchar por llegar a profesional. «No soy nadie para decir quién puede a pelear por un sueño, pero es que aquí suceden cosas que no ocurren en otros deportes. Igual la pilota debería ser más competitiva y agresiva, elegir más a la gente», desliza. Moltó participa esta conversación antes del entrenamiento donde dio el visto bueno al desafío en Pelayo contra Puchol II, que apunta a cerrarse esta semana: «Es una partida distinta y a otra modalidad, me ilusiona». Sobre si, como hizo Waldo, sopesa pasarse algún día a la escala i corda, el resto no lo descarta, aunque matiza: «De momento estoy a gusto en el raspall. Lo que contemplo es disputar alguna partida, pero de ahí a cambiar, muy bien me tendría que ver. También vivo de esto».

Su siguiente gran reto será la Lliga, el único título oficial que le resta por ganar tras alzar en el último año dos veces el mano a mano y una la Copa de raspall. «Es un campeonato que se me resiste. Un año lo jugué con Coeter, teníamos un equipo para ganar pero no estábamos motivados e hicimos un desastre. La gente debe pensar: 'este se ríe de nosotros o algo'».

En principio, la Lliga ha de disputarse a inicio de 2017. En principio. Aquí entra en un asunto que preocupa a los profesionales, como ya apuntó hace una semana Santi de Finestrat en este mismo foro: el modelo de gestión del mundo profesional al inminente arranque de 2017. «No sabemos qué va a pasar, lo único que tenemos garantizado es hasta el 31 de diciembre. Si los dirigentes de dicen que no saben nada, ¿yo qué hago, el tarot?», ironiza Moltó: «Al final yo hablo con Astorgano y hacemos la preparación a ojo. La Lliga depende de la Diputación, que nunca ha fallado... pero imagina que dice que no nos puede ayudar. La dura realizad es que desconocemos lo que va a ocurrir desde enero. Entrenamos a ciegas».

Entre tanta indefinición, este año se han producido disputas, de nuevo, en el raspall. Si en 2015 la polémica saltó con el proyecto de A mà Pilota impulsado por Waldo, en este ha habido jugadores que han rechazado el contrato que les ofrecieron y otros que se han quedado sin él. «Yo creo que en nuestra modalidad nos gusta el lío. El problema es que nunca llueve al gusto de todos, pero es que en la escala i corda ocurre igual. No es que nos estemos matando, pero a la hora de cobrar cada uno defiende lo suyo», señala.

Moltó, por último, destaca como una buena iniciativa los trofeos mixtos, como el Savipecho, cuyas semifinales se disputarán el próximo fin de semana en Pelayo y Bellreguard y que quedaron definidas ayer: «Están funcionado bien, creo que es una buena fórmula, pero también depende de trinquets. Hay algunos en los que a los del raspall no nos quieren ni ver y vicecversa».

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