Memorias de una partida infinita

«Genovés está muerto. No debería haber jugado. Perderá otra vez, como contra Sarasol». Era el quejido doloroso del público. Un Paco Cabanes en las últimas, empapado en sudor y con la cara desencajada, perdía 55-45 contra el tiempo, contra Álvaro, 20 años más joven que él. Paco no tendría que haber jugado ese Individual. Estuvo a punto de retirarse antes, pero decidió arriesgarse, a pesar de que había perdido las tres finales anteriores contra Sarasol. Pero jugó aquel campeonato y esa última final. Y remontó, y se retiró como campeón.

El 9 de julio de 1995 era domingo, y el trinquet Comarcal de Sagunt se llenó hasta los topes para ver la final del Individual. Era la gran cita del año y, como suele pasar en julio, hacía un calor de mil demonios. Lo recuerda Toni Mollà, amigo, biógrafo de Paco Cabanes y, por entonces, uno de los responsables de programación de Canal 9. «Intentamos que cambiasen la hora de la partida, pero no hubo forma». El va de bo se dio a las 12. Dos horas después acabó la 'partida del siglo' entre lágrimas de los espectadores.

«Es posible que no fuera de las mejores partidas que he visto, ni siquiera en ese mismo campeonato», dice Mollà. En eso coincide Genovés II, hijo de Paco Cabanes, que aquel día decidió que quería ser pilotari, como su padre. Cuando fue a abrazarle a él y a su familia, José supo que quería «sentir el orgullo por su trabajo que ese día sintieron Genovés y Álvaro, la admiración del público». Genovés II afirma: «Quien viera la semifinal contra Pigat II, sabe que ese ha sido el mejor mano a mano de la historia».

El último intento de Genovés en 1995 le salió bien. Paco estaba muy lejos del pilotari dominador, de superioridad aplastante frente a los rivales, que fue en los 70 y los 80. Pero seguía arrastrando mucho, y su maestría le permitía dar tardes de gloria todavía. Pero cada vez eran menos, y su retirada era una patata caliente en el mundo de la pilota.

Paco lo resolvió como mejor supo, jugando hasta el último aliento. Después de dominar las primeras ediciones del mano a mano a placer, llegó 1992, y Sarasol le destronó y se disculpó. Llegarían dos finales más en las que Genovés caería contra el mismo rival. Cada derrota era una tortura, un recordatorio de que no se puede luchar contra el paso del tiempo.

En 1995, a los 41 años, Genovés ganó en cuartos a Oltra, y en semifinales, a Pigat II. A los dos por 60-55. Y llegó el duelo contra Álvaro, que había dejado en la cuneta a Sarasol. El 'bou de Faura' también bordeó la victoria con el 55-45. Entonces llegó el éxtasis, los golpes más recordados de la historia. «La retransmisión tuvo la audiencia propia de un Valencia-Barça, a pesar del horario, y la noticia abrió todos los informativos. Fue el primer gran acontecimiento de masas de la pilota valenciana», dice Toni Mollà, que subraya también la gesta deportiva de Paco Cabanes: «Fue tan grande que ganó a la biología, a la fuerza física de Álvaro con la técnica propia de quien lo ha sido todo».

Reedición en Massamagrell

El club de pilota de Massamagrell ha organizado una serie de actos para conmemorar el 20 aniversario de esta partida. Mañana, en el minitrinquet de esta localidad, Genovés y Álvaro volverán a vestirse de blanco por una buena causa. La recaudación se destinará íntegramente a la Asociación Treacher Collins, que ofrece apoyo a quienes padecen esta enfermedad considerada 'rara'. La primera nieta de Genovés, Empar, la sufre, y de ahí el gesto de toda la familia de la pilota.

La actividad en Massamagrell arrancará a las 23 horas, con un duelo a tres juegos entre Genovés y Álvaro. Las dimensiones reducidas del minitrinquet ayudarán a ver un espectáculo para nostálgicos. Cuando acabe esa primera parte, saltará a la cancha Genovés II, y permanecerá Álvaro. Estos dos pilotaris protagonizaron una gran rivalidad que empezó en la final del Individual de 2004. Se espera un ambiente de gala para los últimos actos del aniversario de la 'partida del siglo'.