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EFE
SAN SEBASTIÁN.
Domingo, 15 de septiembre 2019, 00:43
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El ambiente festivo de un renovado e irreconocible Anoeta, ahora Reale Arena, invitaba a la alegría y el inicio del duelo entre Real Sociedad y Atlético pareció contagiarse de esa atmósfera. También ayudaban los esquemas tácticos de Alguacil y Simeone, más ofensivos que nunca, y eso se notó en el ida y vuelta en el que se convirtieron los primeros compases, marcados por la capacidad de asociación de un equipo realista con aroma nórdico, con el noruego Martin Odegaard como estilete, el despliegue físico del jovencísimo sueco Alexander Isak y la velocidad de Portu, atributos a los que el Atlético respondía con algún que otro detalle de calidad del imberbe Joao Félix y con la seguridad de Stefan Savic, que esta vez le ganó la partida por la titularidad a Mario Hermoso.
La actuación de Odegaard todo el partido mereció el premio del gol, que desató la locura en la remozada casa realista. La fiesta 'txuri urdin' sólo había comenzado. Dos minutos después, botó una falta el propio Odegaard, cabeceó Isak en el segundo palo y paró Oblak, pero el balón rechazado lo aprovechó el debutante Nacho Monreal para hacer el 2-0. La conmoción del portero esloveno, que recibió un balonazo en la cara antes del tanto, enfrió la euforia aunque, por fortuna, se quedó en nada.
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