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Santi Carzorla (c), persigue el balón ante los jugadores del Valladolid, José Ignacio Martínez «Nacho» (i) y Javi Moyano. Efe
Jornada 23

Real Valladolid y Villarreal igualan a todo

El partido presenta aires de dramatismo para ambos equipos, en especial para el visitante, en su lucha por eludir el descenso

Inés Morencia (efe)

Valladolid

Viernes, 8 de febrero 2019, 07:26

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La presencia de Joaquín por el sancionado Fernando Calero, es la principal novedad del Valladolid para recibir al penúltimo clasificado Villarreal, en un partido con aires de dramatismo para ambos equipos, en especial para el visitante, en su lucha por eludir el descenso.

El técnico del equipo, Sergio González, tampoco podrá contar con el lesionado Luismi y, por tanto, la lista de convocados ha quedado conformada por Masip, Yoel, Antoñito, Joaquín, Kiko Olivas, Moyano, Nacho, Anuar, Borja, Hervías, Keko, Michel, Rubén Alcaraz, Toni Villa, Enes Ünal, Óscar Plano, Sergi Guardiola y Verde.

La aportación de todos será fundamental para encarar un choque que se antoja «trascendental», ya que «no solo implica sumar tres puntos, sino que el rival no sume», tal y como indicó este jueves en rueda de prensa el entrenador catalán, quien quiere que su equipo se reivindique y olvide el «varapalo» que sufrió en Huesca.

Aunque el Villarreal lleva sin ganar desde noviembre, González es consciente de que es un gigante dormido que confía en que «no despierte» en el José Zorrilla, para lo cual su equipo deberá salir con la máxima concentración en defensa para evitar un gol que les obligue a ir a remolque.

Pero también será fundamental tener buena visión de juego, máxime si el Villarreal plantea una defensa con cinco jugadores, que se le suele atragantar a los vallisoletanos, para que llegue la creación y esta pueda definirse de cara a tomar la iniciativa en el marcador, ya que sabe que eso hará daño al rival.

«La salvación pasa por los partidos de casa y, por tanto, hay que intentar ganar mañana», advirtió González, quien animó a los aficionados a que sigan apoyando al equipo «como siempre hacen» y les ofrezcan el mayor respaldo en un choque para el que necesitan recuperar su mejor versión.

Además, será también importante que los jugadores se encuentren cómodos en el campo ante lo que plantee el Villarreal, y sepan «encontrar el equilibrio» entre salir en tromba a tratar de sorprender desde el inicio, lo que conlleva el peligro de cometer algún fallo defensivo, o mantenerse atrás controlando la situación.

El Villarreal afronta otra vez un partido decisivo, ya desde ahora hasta el final de temporada cada partido es una gran final si quieren permanecer en la categoría.

Los castellonenses siguen sin ganar en liga desde el pasado mes de noviembre, y no lo consiguen fuera de casa desde septiembre, una racha que les ha llevado a la penúltima plaza de la clasificación.

Ahora mismo el equipo de Javi Calleja necesita ganar casi la mitad de los partidos que quedan, ya que de no hacerlo su salvación es más que complicada.

A esa necesidad se suma que el Valladolid es un rival directo potencial, ya que su situación en liga no es fácil y lo sería menos si no gana este viernes.

Por ello, el equipo castellonense llega exigido al máximo y con la ansiedad demostrada en partidos anteriores, aunque con un punto a su favor, ya que mostraron una buena cara y un buen nivel en el último encuentro a pesar de no ganar.

El Villarreal sigue sin poder contar con Bruno Soriano de baja de larga duración, al que se le suma la ausencia de Manu Trigueros por segundo partido consecutivo, debido a unas molestias musculares.

La buena noticia es la de la recuperación del central Víctor Ruiz, que cumplió sanción en el partido anterior. Una recuperación que viene bien, ya que el técnico parece apostar por una línea de tres defensas centrales, lo que hace necesaria la presencia de todos ellos.

Real Valladolid y Villarreal empataron sin goles en un partido muy igualado, en el que ambos equipos buscaron el gol, pero también se mostraron sólidos en defensa, lo que impidió que se produjeran demasiadas ocasiones claras y, las que se dieron, fueron resueltas por los porteros.

Real Valladolid

Masip; Moyano (Antoñito, m.67), Kiko Olivas, Joaquín, Nacho; Keko (Borja, m.89), Alcaraz, Míchel, Hervías (Verde, m.81); Óscar Plano y Guardiola.

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Villarreal C. F.

Asenjo; Álvaro, Bonera (Costa, m.87), Funes Mori; Miguelón, Iborra, Fornals (Bacca, m.71), Cazorla, Pedraza; Toko Ekambi (Chukwueze, m.81), Gerard Moreno.

  • Árbitro Hernández Hernández (Comité Las Palmas). Mostró cartulina amarilla a Óscar Plano (m.8), Alcaraz (m.56), Hervías (m.65), del Real Valladolid, y a Funes Mori (m.30), Cazorla (m.42), del Villarreal.

  • Incidencias Partido correspondiente a la vigésimo tercera jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio José Zorrilla ante 16.842 espectadores.

Los locales salieron con las pilas cargadas y dispuestos a sorprender al Villarreal en los primeros compases del partido, haciendo daño desde las bandas y llegando con peligro al área de los castellonenses. De hecho, en el minuto 2, ya Hervías dispuso de una ocasión, tras una gran jugada de Guardiola, aunque su disparo lo despejó Asenjo.

En el minuto 7, los de Sergio González estuvieron a punto de inaugurar su casillero, pero Bonera, que supo cerrar el hueco dejado por Asenjo, impidió en la línea de gol que el buen lanzamiento de Nacho llegara al fondo de la red. Eso dio aun más impulso al conjunto blanquivioleta, muy centrado en el partido.

A los de Javier Calleja, a pesar de jugar con cinco jugadores en el centro del campo, les costaba alcanzar el área local pero aun así la calidad de futbolistas como Pedraza quedaba constatada en un pase milimetrado que dio a Ekambi, aunque en este caso Masip, muy atento, cortó la posibilidad de remate del delantero camerunés.

Resultaba curioso ver a Asenjo mostrando sus dudas y con cierto nerviosismo ante el asedio de los vallisoletanos, colgando balones de manera constante al área visitante al saber hallar los espacios y que, sin embargo, no fructificaban. Cierto es que el Villarreal sufría en la creación, pero la imagen que transmitía era que en cualquier momento podía despertar.

No tardó en empezar a amenazar con mayor intensidad y, en el minuto 40, Pedraza desde la diagonal de área realizó un gran disparo que obligó a Masip a lucirse, sacando la mano para desviar lo que pudo haber sido el primer gol del encuentro. Pero este no llegó, ni en un bando ni en otro, y se llegó al descanso con el 0-0 inicial.

Los castellonenses impusieron más ritmo, y el Real Valladolid empezó a perder confianza y a dejar de tener las ideas claras, pasando el testigo de la iniciativa ofensiva al rival, aunque sin que tampoco lograra llegar con peligro manifiesto al área blanquivioleta.

Los banquillos comenzaron a moverse y, mientras que González sacó a Antoñito para sustituir a Moyano, Calleja dio entrada a Bacca, en busca de más mordiente en ataque, al que luego se añadió Chukwueze. Se trataba de una final y, con diez minutos para el final, se hacía fundamental echar en resto, sobre todo, para el cuadro visitante.

Pero los vallisoletanos también querían ese gol de la victoria, algo harto difícil entre dos equipos necesitados, que mantenían la concentración y la seriedad defensiva para evitar sorpresas. Verde lo intentó desde fuera del área con un potente disparo que Asenjo sacó tras botarle delante el balón.

Apenas quedaba tiempo y Guardiola caía dentro del área, pero el VAR ratificó que no había habido penalti sobre el delantero del Real Valladolid, ya en el tiempo de prolongación, pero el empate parecía darse por bueno para los locales, tras varios partidos encajando goles, y no hubo tiempo para más.

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