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Cristiano (i) y Bale celebran un gol.
Iraizoz evita una humillación histórica
Jornada 7

Iraizoz evita una humillación histórica

La ‘BBC’ destrozó a los ‘leones’, con triplete de Cristiano, doblete de Benzema y buena actuación de Bale.

Ignacio Tylko

Domingo, 5 de octubre 2014, 00:04

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Si no es por Gorka Iraizoz, este desnortado Athletic se hubiera llevado una goleada histórica en el Bernabéu ante un Real Madrid imperial en el que Cristiano Ronaldo firmó otro triplete que le consolida como pichichi con 13 goles en siete jornadas, Benzema convenció con un doblete y Bale disfrutó de su partido más completo de la temporada. Cuatro días después de dejarse llevar en Sofía y justo antes del parón de la Liga por los compromisos de las selecciones, los jugadores del Real Madrid convencieron con una actitud de lo más profesional y un juego brillante a sus exigentes aficionados. La hinchada, además, colaboró al ambiente de unión al evitar silbar a Iker Casillas cuando el speaker anunció las alineaciones por megafonía. Un Athletic en horas bajas porque ocupa zona de descenso en el torneo de la regularidad y acaba de caer en Bielorrusia en una Champions que siempre desgasta, fue un magnífico rival para conseguir una victoria convincente y alejar las dudas y fantasmas.

También debió de pensar el atribulado Txingurri Valverde, último técnico de los leones que fue capaz de conquistar el Santiago Bernabéu, que el campeón de Europa representaba una oportunidad pintiparada para cambiar la imagen y salir a jugar con las ideas más claras, la cabeza erguida y los músculos bien calientes para la pelea. Sin embargo, el Athletic fue un equipo derrotado de antemano. Los bilbaínos estuvieron muy blanditos sin balón y confusos, lentos y espesos cuando lo tuvieron. Sin Aduriz, reemplazado por el joven Guilllermo, este grupo pierde carácter, alma y personalidad.

Los de Ancelotti, que alineó a su equipo de gala, salieron con muchas ganas y percutieron fácil por ambos costados. Sobre todo por el perfil defendido por Balenziaga, Carvajal y Bale entraron con suma facilidad. Ya a los 30 segundos el galés, más activo que de costumbre, hizo un gran control, se la dio al lateral y su centro no lo cabeceó Benzema porque Gorka Iraizoz salió con decisión. El portero pamplonés comenzaba su exhibición. En una jugada similar, centró Bale y cabeceó Ronaldo en el segundo palo, sin oposición. El portugués es un ogro para los leones. Les ha marcado nada menos que 14 goles, más que nadie.

Varios signos demostraban las ganas de este Madrid. Cuando Sergio Ramos despejó de cabeza un córner lanzado por el Athletic, fue felicitado por Iker Casillas y Cristiano. No encajar goles en acciones de estrategia, se ha convertido ya en una obsesión para los merengues. Tampoco es muy habitual ver a Benzema presionando a Laporte hasta hacerle perder el balón y provocar una faltita de esas con las que los árbitros suelen castigar a los delanteros pero no a los defensas. Y Ramos pudo destrozarse la espalda al caer mal tras un salto enorme sobre Guillerme, a quien en otra porfía le golpeó con el brazo para marcar territorio.

Casillas saca su carácter

Salió de su banquillo para aplaudir Ancelotti cuando, cerca del descanso, Benzema anotó el segundo al rematar un córner. Entró con fe el francés, que marcaba su segundo gol en Liga mientras Gurpegui se dolía del hombro. Tenía mucha razón el técnico italiano cuando dijo que otros equipos también reciben tantos en jugadas a pelota parada. Del Athletic no había noticias ofensivas, más allá de una volea de Muniain que desvió Casillas.

En el descanso se quedaron en los vestuarios Ramos, dolorido por ese golpetazo, y Beñat, incómodo con ese vendaje en la cabeza para frenar la hemorragia que le causó un choque con Carvajal. Salieron a escena Varane e Ibai. Siempre con espacios a la espalda de la adelantada defensa y con facilidad para correr, los locales se gustaban. El tercer gol, obra de Ronaldo, fue una superproducción la BBC. En el cuarto, el astro portugués no fue egoísta y le regaló el balón a Benzema, que tras su doblete se retiró ovacionado. Minutos para que Isco se exhibiera y para que Illarra se mostrase y diera descanso a Kroos, al que cuesta ver fallar un pase. Con todo perdido, Valverde premió la progresión de Unai López y Etxeita con minutos en el Bernabéu. Quedaban las intervenciones colosales de Iraizoz, el enfado de Casillas, que sacó su carácter cuando entendió que le dejaron el pie, y el tercero de Ronaldo, que ya marca hasta con el codo y tras ser duda por un golpe en el tendón de Aquiles.

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