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Dembélé celebra su gol. REUTERS
Dembélé da la Supercopa al Barça
Fútbol

Dembélé da la Supercopa al Barça

El discutido delantero francés decide con un golazo el primer título de la temporada en el exitoso estreno del VAR en el fútbol español

Amador Gómez

Madrid

Domingo, 12 de agosto 2018

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Por primera vez en la historia fuera de España y a un solo partido, la Supercopa la disputarán este domingo en Tánger, por motivos económicos y porque Marruecos aspira a ser sede del Mundial 2030, el Barça y el Sevilla. Será casi cuatro meses después de la goleada del equipo catalán al andaluz en la desequilibrada pelea por la Copa (0-5). Aquella fue la última final como azulgrana de Andrés Iniesta, autor de uno de los goles en la exhibición en el Wanda Metropolitano del también campeón de Liga, que aspira a la que sería su decimotercera Supercopa de España ante un rival al que ha ganado las dos Supercopas anteriores en las que se enfrentó al Sevilla a doble partido, en 2010 y en 2016.

El Barcelona vuelve a ser favorito, y en esta ocasión, también porque el Sevilla afronta el duelo más cargado y por la exigencia que tiene en la Europa League, ya que cuatro días después debe hacer valer en Vilna (Lituania) su victoria por la mínima (1-0) ante el Zalgiris en la ida de la penúltima previa de la segunda competición continental. La inédita Supercopa de España en el extranjero, en un estadio con capacidad para 45.000 espectadores, y a partido único, también será novedosa por el estreno del VAR y porque se podrá realizar un cuarto cambio en el caso de prórroga en la disputa del primer título oficial de la temporada, que ya nació con polémica por el hecho de que la Federación Española de Fútbol (FEF) decidiese llevarla a Tánger en vez de haber seguido el habitual modelo de ida y vuelta.

«Ayudará a que este deporte sea un poco más justo, aunque seguirá habiendo polémica, porque en este país nos gusta mucho la polémica, pero ayudará a los árbitros y quitará presión», aseguró este sábado respecto al videoarbitraje Gerard Piqué, tras confirmar públicamente, después de comunicárselo a Luis Enrique, que ya no volverá a vestir la camiseta de la selección y que se centrará exclusivamente en el Barça. Con el campeón de Liga y Copa espera Piqué ganar este domingo una sexta Supercopa española, mientras que para Leo Messi sería la octava y el argentino se convertiría, en caso de un nuevo éxito, en el azulgrana más laureado de la historia, con 33 títulos, uno más que Iniesta.

Al Sevilla, pese a sentirse perjudicado económicamente, a priori se le presentan sin embargo más opciones deportivas a un partido, aunque el equipo dirigido por Pablo Machín tenga las piernas más pesadas que los azulgrana y la cabeza más pendiente en la Europa League que en esta Supercopa que los blanquirrojos se han adjudicado una sola vez, en 2007, ante el Real Madrid. Precisamente, el equipo que el pasado año impidió al Barcelona conquistar un segundo trofeo consecutivo en esta competición. «Jugar la Supercopa a un partido la hace un poco más abierta y le añade dificultad. Te la juegas en esos 90 minutos, las fuerzas se igualan y los equipos tienen las mismas posibilidades», advirtió este sábado Ernesto Valverde, que recuerda que, pese a la mayor sobrecarga de partidos y de mayor trascendencia para el adversario en Europa, el hecho de que el conjunto hispalense tenga ya ritmo de competición puede favorecer al Sevilla. «En nuestro caso, venimos de una gira con algunos jugadores que han estado allí, otros nuevos, como Arturo Vidal, que ha venido en forma pero le falta intregarse, y nos tenemos que amoldar, aunque soy optimista, porque veo al equipo bien», apuntó sin embargo el técnico extremeño.

Esta competición a la que sólo se le da importancia cuando se gana, porque se desprecia cuando se pierde y en muchas ocasiones ni siquiera se la tiene en cuenta para los palmarés de clubes o de técnicos al final de curso, está considerada incluso «no profesional» por ley, por lo que no habrá límite de extracomunitarios, aunque el Barça ya se aseguró en todo caso el día anterior la participación de Philippe Coutinho. «Igual no es una competición profesional, o es el espíritu de la competición. O es la redacción de la carta esta (emitida este sábado por el organismo presidido por Luis Rubiales). Pero profesionales creo que somos. Con este lío de extracomunitarios y que pueda jugar todo el mundo. Podían haber avisado antes», lamentó Valverde. «El hecho de que esto (la libertad de no comunitarios) haya llegado un día antes de la final es cuando menos curioso, pero estas cosas son así. En en los despachos se tramitan estas cosas y me resulta curioso. Vosotros sois los que lo tenéis que valorar», lanzó por su parte a la prensa Pablo Machín.

En la reedición de la final de Copa, después de las críticas dirigidas a finales de abril al equipo entonces dirigido por Vincenzo Montella por su falta de actitud y ambición ante un equipo muy superior que no podía dejar escapar aquel título para asegurarse el doblete tras su fracaso en la Champions frente a la Roma, el Sevilla promete en esta ocasión máxima entrega. «El Barça, especialista en finales, tiene mucha calidad, igual que la experiencia también la tienen ellos, pero nosotros tenemos que hacer lo que sabemos y lo mínimo que se nos debe exigir es darlo todo en el campo y ganar este título», subrayó el extécnico del Girona.

El discutido Ousmane Dembélé, el joven delantero francés que en teoría llegó para suplir a Neymar, costó 150 millones de euros al Barça y no ha dejado de recibir críticas por su intermitencia y lo poco que ha aportado a los azulgrana, se encargó de resolver la Supercopa de España con un golazo y dar el primer título de la temporada al también campeón de Liga y Copa. Un derechazo de Dembélé, que ni siquiera tenía garantizada su continuidad en el Barcelona, dio la decimotercera Supercopa al Barcelona y frustró de nuevo al Sevilla, que tuvo la oportunidad de llevar el partido a la prórroga en el minuto 90 y se estrelló de forma definitiva con el penalti regalado por Ben Yedder a Ter Stegen después de la pena máxima cometida por el portero alemán ante Aleix Vidal. Ahí no fue necesario el VAR, que tuvo un estreno exitoso en el fútbol español en Tánger, en la primera Supercopa disputada a partido único y en el extranjero. Aunque al Barça le falte ritmo, es mucho más equipo que el Sevilla y Dembélé se encargó de ajusticiarle con un tanto espectacular, para hacer 'supercampeón' al conjunto azulgrana y permitir también a Messi lograr ya su título número 33, uno más que Iniesta.

Ante la amenaza del Sevilla de recurrir una posible alineación indebida del Barça por el lío de los extracomunitarios, Ernesto Valverde dejó fuera de la convocatoria al brasileño Malcom y alineó casi a su mejor equipo posible, incluido Ter Stegen, que con un paradón a bocajarro a Sarabia al filo del descanso evitó que los hispalenses se adelantasen entonces 2-1, solo un minuto después de que el oportunista Piqué se aprovechase de un libre directo de Messi al poste. Lo había estado buscando el Barça durante todo el primer tiempo ante un Sevilla demasiado encerrado y, aunque lo encontró gracias a una acción de balón parado, el empate hacía justicia. Como lo hizo el VAR en el inicio para permitir que el Sevilla abriese el marcador, después de que el línea levantase la bandera por un presunto fuera de juego de Sarabia tras un jugadón de Muriel en un primer despiste defensivo del campeón de Liga y Copa.

La tecnología confirmó que Sarabia -al igual que ocurrió después con Piqué en el empate-, no estaba en posición ilegal y, a partir de entonces, con el marcador a favor, el Sevilla reforzó su idea defensiva, con acumulación de hombres atrás frente a un Barcelona que sorprendió por la izquierda del tridente ofensivo con Dembélé, siempre muy activo, al igual que Arthur en el medio campo, donde el nuevo fichaje azulgrana ofreció una buena imagen hasta que dejó su puesto a Coutinho. Pese a la lentitud en su juego y las dificultades del Barcelona por derribar la barrera sevillista, tuvieron los azulgrana varias oportunidades para cerrar con ventaja la primera mitad, y en casi todas ellas estuvo Messi, clarividente en el pase. Con el talento del argentino y la ambición del Barcelona y con el Sevilla tan echado atrás, lo lógico era que el conjunto de Pablo Machín no sobreviviese la primera mitad con la portería a cero.

Sevilla

Vaclik, Mercado (Ben Yedder, min. 85), Kjaer, Sergi Gómez, Jesús Navas, Roque Mesa, Banega, Sarabia (Aleix Vidal, min. 71), Escudero, Vázquez y Muriel (André Silva, min. 60).

1

-

2

Barcelona

Ter Stegen, Semedo, Piqué, Lenglet, Jordi Alba, Rafinha (Rakitic, min. 46), Busquets, Arthur (Coutinho, min. 53), Messi, Luis Suárez y Dembélé (Arturo Vidal, min. 86).

  • goles 1-0: min. 10, Sarabia, 1-1, min. 42: Piqué, 1-2. min. 79: Dembélé

  • árbitro Del Cerro Grande (Madrileño). Tarjetas amarillas a Busquets, Vázquez, Roque Mesa y Ter Stegen.

  • INCIDENCIAS Partido de la Supercopa de España 2018 disputado en el estadio Ibn Battouta de Tánger (Marruecos).

Con una zaga de tres centrales sufrió el Sevilla por la derecha y por la izquierda en ese primer tiempo con las subidas de Semedo y Jordi Alba, aunque pasaron muchos minutos hasta ver que el Barcelona, sin chispa, ofreciese algo más que las intentonas del lateral catalán. Sin embargo, pese a su reiteración en ataque, la actitud de los azulgrana era positiva, al contrario que la del Sevilla, preocupado sólo por aguantar y sin durarle la pelota unos segundos. El balón, aunque moviéndose sin la rapidez ni la precisión necesarias, era posesión casi exclusiva del Barcelona, aunque el equipo de Valverde debía mejorar en la segunda mitad, sobre todo en profundidad y remate, porque en la primera parte le sobró tanto toque y le faltó puntería.

Aunque Valverde no esperó para dar otro aire al medio campo con Rakitic y Coutinho, el Barcelona siguió con muchos problemas para encontrar espacios y creció sin embargo el peligro del Sevilla tras el descanso con los contragolpes del equipo de Machín. Incluso a la hora de partido el larguero salvó a los azulgrana en un remate del 'Mudo' Vázquez, en un período en el que el favorito se debatía entre atacar o no con decisión en busca de la remontada. El Sevilla, en cambio, intentó dar un paso al frente para intentar mantener la pelota y no conceder tantas opciones al Barcelona y Machín incluso hizo debutar al recién llegado André Silva. En la recta final, Vaclik, que ya había mostrado importante en el primer tiempo, se encargó de impedir el segundo del Barça con un par de paradas, consecutivas, a Luis Suárez y Messi, pero apareció Dembélé, aunque aún hubo tiempo para la incertidumbre con el penalti fallado al final por Ben Yedder.

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