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Bale ha sido el gran héroe madridista con el tanto de la victoria. / EFE
La Copa de los 100 millones de euros
Fútbol | Copa del Rey

La Copa de los 100 millones de euros

Un derroche físico de Bale en el minuto 85 decidió un partido que no disimuló los problemas del Barça

Javier Bragado

Miércoles, 16 de abril 2014, 04:37

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Por primera vez el Madrid discutió al Barça con sus mismas palabras. Con iniciativa, con ganas de ser protagonista, con el balón como argumento, el equipo de Carlo Ancelotti levantó la voz y se llevó el último debate del año, aunque tuvo que esperar a que su más preciada mercancía cumpliera con el objetivo.

Bien es cierto que el Barça se presentó en Mestalla con algunos puntos endebles pero Martino, de tozudez bielsista, mantuvo su catecismo maldito para los partidos decisivos. Messi, Cesc y Neymar se colocaron arriba. Alexis y Pedrito se sentaron en el banquillo. Y como contra el Manchester City, el Atlético de Madrid y el Real Madrid, volvió a tartamudear el equipo azulgrana y a sufrir para convencer. Ancelotti, que después de dos derrotas ya había tenido tiempo para apuntar posibles soluciones en su libreta se decantó por un 4-4-2 a la hora situar a sus jugadores. Di María retrocedió en la banda y aunque se desesperó al defender, suplió su deficiencia con su actitud para trastocar en ataque los planes de tranquilidad azulgrana.

Sin embargo, el factor que desniveló la discusión el partido fue la decisión del técnico del Real Madrid de apostar por el protagonismo. Lo que en la previa sonó a palabras vacías ante los reyes de la posesión del balón, en Mestalla se convirtió en hechos. Con cuatro medios, los madridistas taparon cualquier opción de sorpresa de los carrileros culés al tiempo que gobernaron en el centro del campo a pesar de la superioridad numérica azulgrana. La socarrona voz de Ancelotti al fin se convirtió en un chorro de voz de tenor en el campo.

El primero en demostrar el cambio de tendencia en el clásico fue Bale, quien sólo había disparo a puerta una vez contra el Barcelona en las anteriores ocasiones y en la final de Copa ya había probado dos veces antes de cumplir el séptimo minuto de juego. Junto a él, Benzema agrandó su figura. Si habitualmente se siente perdido cuando tiene que actuar como la única referencia, con el galés a su lado pudo descolgarse a la banda, ampliar la visión de los atacantes y sorprender con su creatividad a defensas poco trabajadas como el Barça. Así, un contragolpe destapó las carencias del Barcelona. Con un simple primer toque del delantero francés, Di María (en posible fuera de juego) ya pudo disputar un acara a cara con Bartra y su disparo relativamente sencillo acabó dentro de la portería. La jugada enseñó todas las debilidades del discurso culé. El primer argumento en fallar fue el ataque. Se perdió el balón porque el juego en corto y al toque se convierte en previsible ante la falta de velocidad. La incapacidad para frenar el contraataque se debió a la descoordinación de los azulgrana. Bartra, titular por primera vez en un clásico, se vio desbordado sin ayudas de un compañero y al flotar a Di María permitió que el rosarino se animara con uno de sus toques. Finalmente, Pinto respondió tarde y con poca firmeza en sus dedos en otra cita que le recordarán en un futuro próximo. La jugada inspirada y calculada el Madrid de Ancelotti confirmó lo previsto.

Falta de ideas azulgrana

La final de Valencia sirvió para demostrar la falta de ideas del club azulgrana, que en todas sus líneas enseña costuras y falta de coordinación entre sus jugadores. Incluso en su mejor característica, el ataque, fallaron los habituales. La mejor oportunidad para comprobarlo se produjo en la primera parte con una buena combinación entre Cesc e Iniesta a la que no llegó Neymar por esperar el balón al pie y no haber aprendido a adelantarse a sus marcadores. Además, en esa jugada Messi mostró una falta de actividad que se desarrolló durante todo el duelo. Sin explicación posible, salvo la física, el argentino trotó sin ánimo, no arrancó ninguna salida explosiva, no regateó y su paso casi indolente debió preocupar a sus aficionados, que le reclamaron coreando su nombre. Con el argentino ausente, las llamadas de emergencia no tienen receptor.

La segunda parte repasó capítulo a capítulo el debate. Bale se acercó al gol con una de sus rápidas incursiones y el Barça volvió a frotarse los ojos porque otro defensa se marchaba lesionado (Jordi Alba). Las ocasiones para el Madrid se sucedían mientras el Barça se hundía en su melancolía con Pinto enseñando más zonas vulnerables.

Pero ninguno de los futbolistas del Real Madrid supo sentenciar el partido y lo inesperado ocurrió. El Madrid, confiado ante la baja altura de sus rivales, colocó una defensa endeble y sin jugadores bajo los palos en un saque de esquina azulgrana. Para sorpresa de los de Ancelotti, Xavi lanzó el córner dentro del área y el longuilíneo Bartra -el mejor de los de Martino- se destapó con un gran cabezazo que acabó en un lugar imposible para Casillas.

Una hora después de la rendición azulgrana, un punto no contemplado en el libreto habitual cambió la inercia del partido. La tensión, la calidad y la intención de los jugadores de ambos equipos diseñaron un encuentro nuevo. Más vibrante, rápido y vistoso, hasta Messi se animó a personarse en Mestalla. Los de Ancelotti, sorprendidos por no ir en ventaja a pesar de sus buen partido, no perdieron su solidaridad y Modri recordó a Pinto con un disparo al poste que no se habían rendido.

Pero el alegato final retrató a los dos fichajes más caros de ambos equipos, los que costaron cerca de 100 millones de euros. Bale demostró por primera vez en un gran escenario para el Real Madrid sus dotes innatas para la carrera, su potencia y su tenacidad para marcar su primer gol decisivo. Su galopada derrochó energía hasta el punto de adelantar fuera de pista a Bartra, el joven que desfondado sólo pudo asistir a una carrera antológica del galés. Apenas unos minutos después pudo contestar Neymar, pero el brasileño remató al poste en una oportunidad para haber reclamado el aura y el valor de su fichaje. Después, más enfrentamientos y piques, pero con el título en manos de los blancos gracias al hombre que costó 100 millones a Florentino y que hasta la lesión de Cristiano no logró un hueco en el lugar que le había situado en el firmamento del Madrid.

Ficha del partido:

Resultado: Barcelona 1-2 Real Madrid

Barcelona: Pinto, Alves, Bartra (Alexis, min 87), Mascherano, Jordi Alba (Adriano, min. 45), Busquets, Xavi, Iniesta, Neymar, Cesc (Pedrito, min. 60) y Messi.

Real Madrid: Casillas, Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Coentrão, Xabi Alonso, Modri, Isco (Casemiro, min. 89), Di María (Illarramendi, min. 86), Benzema (Varane, min. 90) y Bale.

Goles: 0-1, Di María (min. 11). 1-1, Bartra (min. 68). 1-2, Bale (min. 85)

Árbitro: Antonio Miguel Mateu Lahoz (C. Comunidad Valenciana). Mostró la tarjeta amarilla a Isco, Neymar, Pepe, Mascherano,

Incidencias: Partido correspondiente a la final de la Copa del Rey, disputado en Mestalla. Lleno

FINAL DE COPA DEL REY 2014:

- Galería del ambiente

- El himno, motivo de disputa

- Galería de la final

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