El pie a tierra de Rafa Valls para curar la mente
«Me costaba entrenar al nivel requerido para correr en World Tour. Decidí que debía centrarme en aspectos que son más importantes que el ciclismo», explica el de Cocentaina sobre su retirada
Rafa Valls ha sido el último valiente –por ahora– en visibilizar que las lesiones más severas no se producen en los músculos ni en los huesos. De esas, en once años en el pelotón de World Tour, tiene para impartir un máster. «Acabé el Giro con dos costillas rotas y una vértebra tocada», comenta el deportista de Cocentaina. En el Tour de 2020 acabó en el hospital sin pasar la meta de la primera etapa. Muchos encuentros con el asfalto que le han ido minando. Por mucho que tuviera la complicidad de su equipo, el Bahrain, y sus principales lugartenientes, Mikel Landa y Damiano Caruso.
«Tenía contrato para 2022 y confiaban en mí, pero esta es siempre mi forma de actuar. Más que físicamente, no me sentía al 100% psicológicamente para afrontar la temporada. No habría sido honesto con el equipo, con todo lo que he han apoyado. No me sentía en condiciones de lo que significa correr con una escuadra de estas características», argumenta sin titubeos Rafa Valls. La decisión de echar el pie a tierra con 34 años, renunciando a un suculento salario de una temporada World Tour, ha sido inapelable.
«Se han juntado varias cosas, al final personalmente tampoco estaba bien. Y es un cúmulo de lesiones, de momentos difíciles que se han juntado y todo eso pasa factura. Los ciclistas somos profesionales, mentalmente necesitamos estar fuertes. También personas y todo tiene su momento», argumenta: «Este año iba a estar cerca de nuevo de Mikel y de Caruso, pero no me encuentro bien».
Valls anunció su retirada de sopetón. Así, sin anestesia y en una emotiva carta que publicó en redes sociales. La extensión del escrito y el hecho de que pormenorizase agradecimientos a gente ilustre del ciclismo demuestra que la decisión ha estado más que meditada. «Sabía que tarde o temprano este momento llegaría, aunque no me lo imaginaba tan pronto. Se ha acelerado un poco, pero seguro que es para bien. He pasado muchas noches sin dormir, pensando en cómo quería expresarme. Me he quitado un peso de encima después de comuicárselo a todo el mundo, de explicar el problema de contar cómo me sentía. Me siento arropado por el equipo», señala el alicantino.
Pero cuando se reunió con sus responsables, la decisión estaba más que rumiada. «He cumplido un sueño de niño», afirma sin que, en esa ocasión, la frase sea artificial. Pero un día, al hacer algo cotidiano desde que recuerda –subirse a la bici–, se dio cuenta de que había llegado el momento: «Me costaba entrenar para competir al nivel que se requiere en un equipo de World Tour. Decidí que debí centrarme en aspectos que son más importantes que el ciclismo».
Hace un mes se bajó de la bicicleta, y hasta ahora. «Es algo que me apasiona, que he hecho toda mi vida y que volveré a practicar. Ahora las veo todos los días y ahí están, hasta que me vuelva a ver preparado. Ahora el cuerpo me pide otras cosas», recalca Rafa Valls. Ha dedicado el tiempo a hablar con sus más allegados sobre su decisión vital y a pasar tiempo con su familia: «¿Si se han hartado ya de mí? ¡No! Mis hijos están encantados de que a estas alturas del año esté en casa».
Rafa Valls ha recibido ayuda de la familia, psicológica, y ahora está centrado en su proyecto: en la escuela de ciclismo que fundó en Cocentaina. «Estoy muy satisfecho porque en un año hemos pasado de 19 a 28 chavales. Ojalá podamos crecer, es el objetivo», argumenta: «Estamos en una tierra con una gran afición al ciclismo. Hay base, pero también es necesario trabajarla».
Rafa Valls está convencido de que la Comunitat dará ciclistas de referencia en el futuro. Ya alude a los éxitos de Felipe Orts en el ciclocrós y al emergente Juan Ayuso. Considera que el dopaje es ya un estigma superado pero que hay que trabajar para mejorar la seguridad en la carretera: «En eso tenemos que esforzarnos todos juntos para que el asfalto sea un lugar seguro para todos los que lo transitamos».
11 años en World Tour
El ciclista de Cocentaina deja atrás una carrera deportiva de 11 años en diferentes equipos de World Tour. Ha completado otras tantas grandes vueltas entre Tour de Francia (5), Giro de Italia (4) y Vuelta (2). Conquistó el Tour de Omán (2015) y una etapa en el Tour de San Luis (2010).
«No me quedo con los resultados, sino con la experiencia de haber corrido tantos años con los mejores. He aprendido de gente como Valverde, Landa o Caruso y eso es algo que voy a recordar para siempre», comenta Rafa Valls. No en vano, ha sido uno de los gregarios de lujo del pelotón, militando en escuadras como Lampre, Lotto Soundal, Movistar y, hasta la fecha, Bahrain.
«Cuando comuniqué que me retiraba, me dijeron que contaban conmigo, que me tomase el tiempo que necesitase», indica sobre la conversación que mantuvo con los dirigentes de la que ha sido su última escuadra. Rechazó cordialmente la propuesta, pero ha dejado las puertas abiertas en el Bahrain. Rafa Valls, mientras termina de sanar sus heridas –las físicas y las mentales– sigue formándose: «Por si alguna vez tengo la oportunidad de ser director de equipo», apunta el de Cocentaina. «Esto es lo que he hecho toda mi vida, quiero seguir vinculado al ciclismo», desliza. Se subirá a la bici para disfrutar, aunque ya no para competir. Pero que nadie se extrañe si en un tiempo está dando órdenes desde un coche.