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Mikel Landa ha estado estos días en la Comunitat, concentrado con su equipo, el Bahrain. bettini photo
Mikel Landa: «Mi objetivo es pelear por una gran vuelta. No hay otro en mi cabeza»

Mikel Landa: «Mi objetivo es pelear por una gran vuelta. No hay otro en mi cabeza»

«Algunos aprenden a las buenas y otros que lo hacemos a palos», reflexiona tras la caída del Giro: «Había llegado en mi mejor momento»

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Domingo, 19 de diciembre 2021, 00:30

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Mikel Landa empieza de cero tras un 2021 que se le arruinó por una desafortunada pero dura caída en el Giro. El alavés ha comenzado a preparar 2022 estos días en Altea, en la primera concentración de su equipo, el Bahrain. Las carreteras de la Comunitat no le son para nada desconocidas y contempla correr la próxima edición de la Volta, aunque admite que suele iniciar la temporada en la Vuelta de Andalucía.

–¿Le gusta la Comunitat como zona de entrenamiento?

–Sí, es una buena zona donde entrenar. Aparte del clima, las carreteras son muy buenas, se puede rodar en grupo muy bien. Los recorridos son muy exigentes vayas a rueda o tirando. Además, como la temporada suele empezar por el sur de España, los equipos ya dejan vehículos. Es cómodo para todos.

–¿Es su primer año?

–No, prácticamente vengo todos, con el equipo o porque en casa hace mal tiempo. Conozco el sitio y vengo a tiro hecho: llegas en medio día con el coche, entrenas dos y te vuelves.

–¿La zona que más le gusta?

–Bueno, el Coll de Rates lo subimos mucho por los dos lados. Es un puerto cómodo para esta época, es llevadero, no tiene pendientes muy exageradas, lo haces en 15 o 20 minutos.

–¿Cómo afronta 2022? Se lleva mucho tiempo esperando una gran vuelta de Landa. ¿Se replantea cómo encararlo?

–A día de hoy me lo planteo igual que otros años. La verdad es que he tenido mala suerte y malas caídas que me han lastrado en ese objetivo que era un podio o pelear por una grande. Creo que me he recuperado del año pasado y sigo con esa motivación. No hay otra en mi cabeza.

–¿Cuáles atacará en 2022?

–Pues estamos aún en duda. Sí que tengo claro que quiero volver al Tour porque casi es donde más regular he sido y los Pirineos me atraen mucho. En el Giro también han hecho un recorrido muy atractivo, con poca contrarreloj. En esta concentración y en la siguiente valoraremos cuáles son las mejores para mí y para el equipo.

–¿Se mojaría por una ahora?

–Pues no lo sé, porque me atraen mucho el Tour y el Giro por lo que he dicho, pero la Vuelta también. El año pasado la corrí después de varios años y me sentí muy a gusto en la carrera de casa. Ya veremos.

–Después de la lesión del Giro, se le vio cómodo durante algunos días en la Vuelta...

–Sí, recuperé muy rápido el nivel, pero igual que pasé de 0 a 100, de 100 a 0 también bajé enseguida. Se me hizo pelota.

–¿Fue a causa de la lesión o le afectó algún otro factor?

–Principalmente fue por la caída del Giro, que fue muy dura y me tuvo mucho tiempo parado. Luego intenté subir a la bicicleta antes de hora, haciendo malas posturas y acelerando periodos. Burgos ya lo afronté con poca base y en la Vuelta se me amontonó el trabajo.

–¿Le ha dado carpetazo a todo aquello para iniciar el año?

–Diría que sí. He descansado este invierno, he superado las fracturas de costillas de manera correcta, y la clavícula también la tengo bien. Creo que estoy listo para 2022.

–A nivel de cabeza, ¿algo así afecta para mal o te reconstruye y aprendes cosas que no tienes que repetir?

–De todo. Hay gente que aprende a las buenas y otros que lo hacemos a palos. Después de la lesión tienes altibajos, hay momentos en los que te ves muy bien porque vas avanzando, otros en los que no progresas como quisieras. Hay que tener paciencia. Lo principal es recuperar bien para dar el 100%.

–Me ha hecho gracia lo de los palos... ¿Qué ha aprendido?

–Pues a no relajarme. Cada vez las carreras son más intensas desde el kilómetro 0 hasta la meta, y hay que aprovechar el momento. En el Giro estaba como nunca y aquello se acabó. Intenté volver antes de tiempo y tampoco pudo ser en la Vuelta. Me quedo con que lo intenté pero también sufrí las consecuencias de intentar acelerar.

–Dice que llegó como nunca al Giro, ¿repetirá la preparación?

–Si el Giro es mi primera grande intentaré hacer lo mismo que el año pasado, llegué muy bien.

–¿Le veremos en la Volta a la Comunitat de 2022?

–No lo sé. La verdad es que no la he corrido nunca, suelo comenzar en la Vuelta a Andalucía. No está mal cambiar de vez en cuando. Depende de los corredores que vayan del equipo, del planteamiento que tengan.

–¿Qué les pasa a los escaladores con la crono?

–Cada vez en el ciclismo hay mas especialistas. Hay gente súper rápida en los esprines, gente muy potente para contrarrelojes, etapas llanas, luego estamos los escaladores... cada vez es más difícil ser bueno en todo. Ahí estamos los que nunca se nos ha dado bien, intentando minimizar las pérdidas.

–Pero los dos eslovenos (Roglic y Pocagar) van bien en todo...

–¡Es que son dos máquinas, los dos mejores del momento! Probablemente a lo largo de la historia sigamos hablando de ellos. Son los mejores por eso, porque lo son en todos los terrenos.

–Lástima haber coincidido con ellos dos, ¿no?

–O qué suerte, poder decir que hemos estado corriendo con ellos y verlos de cerca. Bueno, y perseguirles, que también tiene lo suyo.

–¿Tienen algún punto débil?

–¡Claro! Y es una motivación buscarles ese punto débil. Todos lo tenemos, o un día malo. Serán muy buenos escondiendo el suyo.

–¿Está obsesionado el ciclismo español y su afición con las grandes vueltas?

–Puede ser, creo que es lo que más reconocimiento nos ha dado. Pero aparte hemos tenido grandes corredores de clásicas como Samu, Freire o Astarloa. Aunque a lo largo de la historia, con los Bahamontes, Perico, Indurain o Contador, es lo que más se ha conseguido para España. Ahora ya llevamos un tiempo sin ganar ninguna.

–¿Es un error focalizarse tanto en una modalidad?

–No lo sé. Es en lo que más se ha conseguido, lo que más ha gustado a la gente o lo que más se ha valorado. Pero el ciclismo también está cambiando. Van saliendo especialistas en otras disciplinas, otros perfiles, y creo que disfrutaremos de éxitos.

–Como el alicantino Felipe Orts, haciendo podio en Bélgica, una de las cunas del ciclocrós...

–Eso es, quizás ahora no tenga tanto seguimiento pero está consiguiendo cosas que con el tiempo valoraremos mucho.

–En el País Vasco hay mucha afición a la bicicleta, ¿cómo empieza la historia de Mikel Landa en el ciclismo?

–Como bien dice, yo de pequeño ya andaba en bici, pero por ocio. Mis amigos y yo vivíamos cerca, pero lejos para ir caminando, así que si nos citábamos era en bici. En mi pueblo había un club, convencí a mis padres de que me apuntaran, me fui enganchando, y hasta hoy.

–Entonces, ¿ha sido el primero de la familia en competir?

–Sí, y hasta que les convencí... Ya sabe, las madres, que les dan miedo las caídas, que nos vayamos lejos y esas cosas... en mi casa nunca había habido una bici de carreras.

–¿Sigue sufriendo su madre?

–Sí, y por desgracia le doy bastantes motivos.

–¿Tuvo algún ídolo?

–Sí, claro, cuando empiezas a andar en bici te motiva seguir a alguien. Iban Mayo fue quien me enganchó al ciclismo porque le veía atacar a Armstrong, que era el todopoderoso. Y luego, la Vuelta con Heras. Con el tiempo he valorado a Nibali y a Valverde, he visto de cerca la calidad y la ambición que han tenido.

–Va a ser complicado alimentar a la afición española cuando se retire el Bala...

–Sí, la verdad es que venimos de una época muy buena. Es lo malo, que han dejado el listón muy alto y es casi imposible seguir a ese nivel. Además, el ciclismo se ha globalizado, ya no está focalizado sólo en Italia, Francia, Holanda o España. Hay corredores por todo el mundo y mucha competitividad.

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