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Orlando Ortega posa en la estación del AVE de Valencia. /IVÁN ARLANDIS
Orlando Ortega: «Espero completar dos ciclos olímpicos más, quiero disfrutar del atletismo»

Orlando Ortega: «Espero completar dos ciclos olímpicos más, quiero disfrutar del atletismo»

«En 2016 acababa de recibir la nacionalidad y necesitaba demostrar quién soy. Fue pura felicidad», asegura el atleta hispano cubano, plata olímpica en los Juegos de Río de Janeiro

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Domingo, 5 de julio 2020, 23:26

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Orlando Ortega sonríe. Realiza esta entrevista a punto de subirse al tren para atender sus primeros compromisos publicitarios tras el confinamiento. «Ojalá la situación siga mejorando y todo vuelva a la normalidad», desliza. El hispano cubano desea la vuelta de la competición y ya ha tenido un aperitivo, aunque de forma atípica, ya que dio la salida del 'Challenge 2.000' de Toni Abadía, Carlos Mayo y Chiki Pérez.

–El evento fue en Valencia, en cierto modo su casa...

–Sí, llevo ya dos años viviendo aquí, cerca del Estadio del Turia, donde entreno todos los días. Estoy muy contento y cerca de la familia que tengo en España.

–Atletas como Toni Abadía se han venido a vivir a Valencia... ¿Qué tiene esta ciudad?

–Yo es que soy muy caribeño y extraño mucho el mar y la humedad. Cuando vivía en Madrid me sentía muy mal con un clima tan seco, estaba agobiado. El clima es fundamental para entrenar.

–Hay quienes odian la humedad. ¿A usted en qué le beneficia?

–Quizás a los atletas de fondo y medio fondo no les beneficie tanto, pero yo estoy acostumbrado a correr con humedad. Me siento más tranquilo, respiro mejor.

–¿Cómo está siendo la vuelta a entrenar tras el confinamiento?

–Hemos tenido que empezar tras dos meses y medio prácticamente parado, aunque estuve haciendo cosas en casa gracias a GoFit y la Federación, que me enviaron una cinta a casa. Por eso no hemos arrancado de cero. Ahora me encuentro tranquilo, entrenando muy bien y con el objetivo claro, que es el año que viene. En 2020 haremos lo que se pueda, pero sobre todo voy a intentar cuidarme mucho.

–Porque la presencia en Tokio ya la tiene asegurada...

–Sí, sí, y el calendario va a ser corto y apretado, hemos visto que ya han quitado algunas competencias. Mi entrenador y yo tenemos claro que no vale la pena arriesgar tanto por tan poco.

–Le leí en unas declaraciones que se plantea competir en 200.

–Quizás se interpretó diferente... Quiero hacer un 200, es un evento que me encanta, pero hay que ser claro, mi objetivo son los 110 metros vallas. A Tokio sólo iré a eso. No voy a arriesgar nada por un evento que no entreno, que no es el mío realmente. Estoy enfocado día a día en el 110 metros vallas y el 200 es un hobby. En los 110 vallas estoy trabajand cada día, los 200 es un hobby.

–¿Tampoco se lo plantea de cara a los Juegos de 2024?

–No, no, 110 metros vallas. Los 200 para algún entrenamiento, un control, pero nada más...

–Pero la velocidad le gusta e hizo doblete, el primero en la historia (60 lisos y vallas), en el Campeonato de España...

–Sí, es que los 110 metros vallas también son velocidad. Necesito ese punto entre una y otra, así que soy velocista. Entreno mucho la velocidad, la reacción, la aceleración... Hacemos muchas carreras de 100 y 200.

–¿Ya se comunica con Antonis Giannoulakis por algo más que señas y por el móvil?

–Ha mejorado mucho en inglés, pero su lengua es el griego. Al principio era extraño porque cuando no estaba mi compañero de equipo con nosotros hablábamos por mensajes o señas hasta que nos hemos ido entendiendo. Tenemos una comunicación maravillosa entre los dos y un nuevo idioma, que es una mezcla de inglés, griego y español, porque le estoy enseñando. Sobre todo nos entendemos a la hora del entrenamiento, la relación es bonita.

–Me sorprendió que en menos de tres años pasase de la plata olímpica a rondar el infierno...

–Es como todo en la vida, caes en la monotonía. Necesitaba un cambio de aires, volver a sentir un poco de ambición. Realmente no me gusta quedarme en la zona de confort y tras los Juegos llegó un momento que estaba cómodo. Gracias a Dios me di cuenta.

–¿Cómo fue?

–Yo mismo, por los entrenamientos, las competiciones... 2017 no fue un buen año y en 2018 logré el bronce europeo en Berlín. Soy mi propio psicólogo y noté que estaba perdiendo el gustillo.

–Hasta que declaró llorando que se planteaba dejarlo...

–Eso fue en el Europeo de 2019. Llegué con buenas sensaciones y fue un campeonato malo. Las cosas negativas me gusta olvidarlas para poder avanzar. Es cierto que aquello fue la gota que colmó el vaso para que me diera cuenta de que necesitaba un cambio en mi carrera deportiva: más motivación porque quizás no estaba haciendo lo suficiente.

–¿Qué cambió?

–Sobre todo, de entrenador. Trabajaba con mi padre y él tuvo que marcharse a Cuba a arreglar unas cosas personales. También fui a Chipre, y aunque he seguido entrenando en Valencia, ir cambiando de ciudad y país me ha motivado. Buscaba sobre todo un grupo de trabajo, ya que con mi padre entrenaba solo. Hemos hecho una piña y nos empujamos.

–¿Es el oro olímpico una presión para usted?

–Es un sueño. Ya demostré lo que tenía que demostrar, tanto a España, como a mí mismo y a mi familia. Ahora estoy viviendo el momento, intento ser feliz tanto en la pista como fuera. Tokio no me lo tomo con presión, primero lucharé por meterme en la final. En 110 metros vallas suceden cosas que no controlas.

–Por tanto, la plata en los Juegos de Río le liberó...

–Fue pura felicidad, mi primer sueño cumplido como atleta profesional. Además, acababa de obtener la nacionalidad española. Necesitaba demostrar quién es Orlando Ortega y lo conseguí. Estoy súper orgulloso de la plata, aunque quería más.

–Ha dicho que la plata fue su primer sueño... ¿Los siguientes?

–Siempre hay sueños por cumplir. Repetir la medalla olímpica y si es de oro, mucho mejor. Es el sueño de cualquier atleta.

–¿Cuantos ciclos olímpicos le quedan a Orlando Ortega?

–Calculo que mínimo hasta París y espero que un poquito más. No depende de mí, sino de cuidarme, de las lesiones... Ojalá pudiera completar dos ciclos olímpicos más. Quiero estar en el atletismo hasta que las piernas me digan ‘ya no puedes más’. Deseo continuar disfrutando.

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