Un deportista paralímpico diseña su propia prótesis en la Politècnica

Hasta los 19 años estuvo postrado en una cama, haciendo una vida totalmente sedentaria en la que solo salía de su domicilio para las curas. Cuatro años después del accidente, Alejandro Marín optó por reamputar su pierna 15 centímetros por debajo de la rodilla. Él mismo piensa que «aquella decisión fue una locura y casi nadie lo hubiera hecho», pero era una de las pocas vías que quedaban para tener mejor calidad de vida e, incluso, a la larga, llegar a practicar deporte. Estudió Ingeniería Mecánica en el campus de Alcoi de la UPV, en cuyos laboratorios ha fabricado su propia prótesis de uso diario gracias a los estudios realizados en esta institución académica.

Para hacerlo, escaneó su pierna izquierda y se lanzó a dibujar. El modelado y la impresión 3D también se llevaron a cabo allí mismo. El deportista confiesa que «el campus de Alcoi ha significado mucho» para él, motivo por el que tiene tatuadas las coordenadas de la Plaza Ferrándiz y Carbonell detrás del brazo.

Compagina sus estudios con un exigente entrenamiento. Y es que, meses después de comenzar a ejercitarse en las instalaciones deportivas del campus, recibió la llamada del comité paralímpico para someterse a unas pruebas. Este año se proclamó campeón de España de salto de longitud y subcampeón de 100 metros lisos en atletismo adaptado. Su próximo objetivo es participar en la modalidad de relevos con la selección española y lograr las marcas mínimas en los 100 y 200 metros lisos para el Mundial de atletismo paralímpico de Dubái, en septiembre de 2019. También tiene en el punto de mira los Juegos de Tokio.