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María José Pueyo posa para la entrevista. :: jesús signes
La penúltima carrera de una olímpica tardía

La penúltima carrera de una olímpica tardía

La atleta de Huesca corre hoy el medio maratón en una prueba que le servirá para preparar la gran cita de noviembre

LOURDES MARTÍ

Domingo, 18 de octubre 2015, 01:02

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Cinco anillos olímpicos en negro decoran la parte interior de su muñeca izquierda. María José Pueyo se los tatuó un año después de los Juegos de Pekín: «Me los hice como recuerdo y prometí que si volvía los colorearía. Pero se quedarán así». Sin perder la sonrisa ya vislumbra la meta de su carrera deportiva que arrancó en el maratón de Valencia de 2008. Hoy disputará su penúltima prueba en la ciudad. El broche de oro lo pondrá en el maratón de noviembre, cerrando un círculo casi perfecto.

«Corro el medio como preparación para dentro de un mes. Aquí fue donde di un salto profesionalmente y aquí quiero terminar». Sólo ha disputado dos pruebas en Valencia: «El maratón en 2008 y una 10K en 2012». Y esas primeras zancadas en esta ciudad fueron el inicio de una historia que la propia atleta de Huesca tilda de «peculiar»: «Empecé a correr con 28 años. Con 34 dejé de trabajar y con 38 estaba en unos Juegos Olímpicos y hasta hoy que tengo 45. Veo que mi etapa deportiva tiene un límite y quería volver a Valencia porque es donde en 2008 logré el Campeonato de España y la mínima para ir a Pekín».

Esa es en resumen la historia de una deportista nata que empezó a correr por casualidad: «Siempre he esquiado, he jugado a baloncesto, bádminton, fútbol sala... había terminado mi carrera de Educación Física y empecé a trabajar en un gimnasio y una compañera a la que le gustaba correr me animó a hacerlo».

Así se fue puliendo este diamante en bruto: «Veía que cada vez bajaba más las marcas, hasta que llegó un momento que me di cuenta de que me faltaban 30 segundos para la mínima que pedía la selección española para ir a cualquier competición internacional». Con las cualidades físicas, María José no dudó en arriesgarlo todo por el atletismo: «Pensé en probar un año dejando de trabajar a ver si podía lograrlo y en cuatro meses ya fui campeona de España de maratón». Un título que ha logrado hasta en tres ocasiones.

Su apuesta sorprendió a parte de su entorno, quien la llegó a tildar de «loca»: «Reuní a toda mi familia, somos seis hermanos, y les dije que me iba a dejar de trabajar porque quería ir a los Juegos de Pekín. Me decían que a dónde iba, que qué pensaba que eran unos Juegos Olímpicos». Ella les habló de su filosofía de vida: «Les dije que para trabajar siempre había tiempo pero que sólo hay una época en la que estás al cien por cien para practicar deporte».

Define su experiencia en Pekín como «muy dura» sobre todo en el aspecto emocional: «Yo nunca había estado en una cita tan importante. Es lo máximo a lo que un atleta puede aspirar independientemente de querer ir a ganar o no, yo sólo quería llegar allí. Deportivamente me pasó factura la inexperiencia, también hacía mucho calor. Es cierto que me había entrenado muy bien pero quizás la presión me pudo». En Pekín tardó dos horas cuarenta y ocho minutos y un segundo en completar el maratón.

Ahora es la más veterana de su club de atletismo y sus compañeras la ven como un «espejo a seguir»: «Ellas pueden ver que con esfuerzo los sueños se pueden cumplir y eso es muy importante».

Hoy vuelve a competir a Valencia, en un trazado «completamente renovado»: «Ha cambiado mucho desde 2008 e incluso desde 2012. Hay más competitividad y la organización es muy buena. Tratan muy bien a los atletas españoles y también a los populares que son los que llenan las calles». La cuenta atrás al fin de la carrera deportiva de María José ya ha empezado. Le restan 27 días ¿Y después? Ella lo tiene claro: «Seguiré corriendo pero sin estrujarme las piernas».

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