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David y Sandra, al cruzar la meta.
«Va por ti, papá»

«Va por ti, papá»

Sandra Flores dedica su primer medio maratón a su padre enfermo de cáncer

LOURDES MARTÍ

Lunes, 20 de octubre 2014, 09:31

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Sandra cogía la mano de David al cruzar la línea de meta. El arco que marcaba el final de los 21 kilómetros de carrera era testigo de las lágrimas de ambos. Casi sin fuerzas para continuar, ella se señalaba la camiseta. En la elástica aparecía serigrafiada una imagen de esta vecina de Quart de Poblet de 29 años junto a su padre. Arriba, una dedicatoria: «Va por ti, papá». Era la primera vez que ambos corrían un medio maratón y, por momentos, las ganas de superación y la promesa de dedicarle la carrera les empujó hasta el final: «A partir del kilómetro 15 ya se hacía pesado, además he corrido los últimos metros con un tirón, pero debíamos acabar», comentaba David mientras bebía la bebida isotónica que ofrecía la organización.

«Mucho antes de llegar a la línea de meta ya sentías un gran cosquilleo. Veías a la gente que animaba, he visto a mi madre y a amigos y era casi imposible no emocionarse», apuntaba ella mientras comprobaba en su teléfono móvil los mensajes de ánimo que le habían enviado. Hace poco más de año y medio que empezaron a correr pero la de ayer era una prueba especial: «Precisamente mi padre está luchando contra el cáncer y al conocer la causa solidaria pues todavía nos animamos más. Lo de la camiseta llevaba pensándomelo unos meses y no fue hasta la semana pasada cuando realmente me animé a hacerlo». David, todavía emocionado, bromeaba sobre el tiempo que habían logrado y la posibilidad de participar en pruebas más largas: «No diremos que hemos tardado unas dos horas pero lo importante era el motivo que nos ha empujado a correr los 21 kilómetros ¿El maratón? Eso ya es más complicado».

Sandra Flores y David Miralles no eran los únicos cuyo esfuerzo en la mañana de ayer venía motivado por mucho más que la simple competición. Hijos, nietos, padres, familiares o amigos eran algunas de las emotivas dedicatorias que se veían, al tiempo que los atletas pisaban la línea de meta. Los abrazos y los gritos de ánimos se repetían en un deporte en el que el compañerismo es fundamental. Un valor que representó a la perfección Vanessa Veiga. La atleta española completó el recorrido en 1 hora 15 minutos y 11 segundos. Exhausta, y todavía sin hidratarse, se sentaba mirando hacia el arco de llegada. Aunque parecía que ya no podía dar ni un paso más, no dudó en dar un salto y levantarse para abrazar segundos después a Jorge Torres, quien terminaba en ese mismo momento la carrera.

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