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Corbacho se confiesa «al servicio de la comedia», en sintonía con su compañera Anabel Alonso. r. c.
«La peor censura  es la autocensura»

«La peor censura es la autocensura»

José Corbacho está de regreso en televisión con 'Dicho y hecho', el programa de humor de TVE en el que ejerce el papel de 'el mandado'. «En casa también soy el consorte»

MIGUEL ÁNGEL ALFONSO

Viernes, 16 de marzo 2018, 00:50

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Hasta que José Corbacho (Hospitalet de Llobregat, Barcelona, 1965) se puso el delantal de 'MasterChef Celebrity', muchos espectadores seguían pensando que el personaje que interpretaba en el programa de Andreu Buenafuente, el de un tipo chulo e incorrecto, era real. Ahora vuelve a cambiar de registro para ser 'el mandado' de Anabel Alonso, la jefa del grupo de cómicos que protagonizan las pruebas de 'Dicho y Hecho' (TVE, esta noche, a partir de las 23.30 horas). Un nuevo registro en el que también confiesa encontrarse «muy cómodo».

- ¿Qué le parece ser 'el mandado'?

- Cuando me ofrecieron el programa estaba muy empeñado en que fuera una mujer la que mandara. Y la elección de Anabel es algo magnífico; nos llevamos especialmente bien y tenemos muy buen rollo, podemos jugar a esa historia. La realidad es que me siento muy cómodo, como en casa, donde también soy 'el consorte'.

- ¿Esa química entre ambos nació en 'MasterChef Celebrity'?

- Ya nos conocíamos, porque ambos tenemos ya una cierta edad... Yo soy mayor, por supuesto. Pero es verdad que 'MasterChef' fue un formato en el que todos los famosos que participamos en la segunda edición tuvimos mucha química. En concreto, con Anabel nos echamos buenas risas y cuando nos plantearon esta opción estábamos encantados. Es importante estar al servicio de la comedia y los dos remamos a favor.

- ¿Ese programa fue un punto de inflexión en su carrera?

- Una carrera en televisión es un punto de inflexión detrás de otro. Hay éxitos y fracasos. En mi caso, 'MasterChef' era un formato que ya me encantaba como espectador. Y como algo personal, creo que la gente tenía la idea de que yo era otro personaje, el tío que salía en 'Buenafuente', y a lo mejor no les caía bien por parecer algo chulo. Muchas personas han cambiado de opinión y me lo han comentado.

- ¿Aquí hay algún mal rollo?

- Hay de todo; gente que se descoloca o no sabe reaccionar a las situaciones que les proponemos. Pero ese enfado es parte de la comedia. Secun de la Rosa es uno de los que más se descoloca... En realidad, son como niños jugando a hacer cosas.

- ¿No le recuerda un poco a 'Me resbala'?

- Yo creo que no tiene parecido, excepto en lo de los cómicos. En aquel programa las pruebas estaban más cerradas, se grababa en plató... Aquí las pruebas no tienen nada que ver una con otra, hay muchos exteriores y eso complica las cosas. Este es un programa que puedes ver a trozos si hay algo que no te gusta.

Sin límites

- ¿Cada vez es más difícil hacer humor blanco?

- Los humoristas tenemos que seguir haciendo lo que hemos hecho siempre. Si alguien quiere denunciarte, que lo haga, para algo hay unas leyes. Pero siempre he pensado que la peor censura es la autocensura. Para mí la teoría es algo que no casa con el humor; no hablemos de los límites del humor, hagamos humor. Cómicos como Ignatius o Miguel Lago me hacen mucha gracia, pero a mí me sale hacer otro tipo de comedia. Lo políticamente correcto no me preocupa en el humor, y no solo en el trabajo, sino en la vida en general.

- ¿Y la falta de sentido del humor?

- Para mí esa resulta la peor cualidad del ser humano. Y creo que, a nivel íntimo, la incorrección sigue estando presente. Todos estamos en grupos de WhatsApp donde a veces corren unas cosas que piensas 'madre mía...'. Es buena esa incorrección; para mí el único límite del humor es el que no hace gracia, pero eso es muy subjetivo.

- Lleva sin sacar película desde 2015.

- Estoy escribiendo y tengo ganas de rodar una comedia, pero para ello tengo que parar. Mi problema es que no dejo de encadenar proyectos, porque todos me gustan. Espero grabarla antes de que pasen dos años más.

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