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David Ambit, caracterizando a Javier Rey en 'Fariña'. R. C.
Los magos de la transformación

Los magos de la transformación

Los responsables de los efectos especiales con maquillaje cargan de años a los actores o los convierten en criaturas fantásticas.«Una famosa intérprete entró en shock cuando se vio como una nonagenaria»

MIKEL LABASTIDA

Sábado, 7 de diciembre 2019, 23:49

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Los dos se criaron en los años 80 y recuerdan haber fantaseado con las caracterizaciones que aparecían en películas como 'Los Goonies' o 'Tiburón' o en videoclips como el 'Thriller' de Michael Jackson. «Yo era un friki que con diez años ya jugaba con maquillajes y me fascinaban los monstruos», confiesa Nacho Díaz, que vio la oportunidad para convertir aquella pasión en su profesión en el anuncio de un curso en la revista 'Fangoria', cerrada hace un par de años, pero que durante décadas era devorada por los aficionados al terror. De ella tomó también muchas referencias David Ambit. «Fui autodidacta porque en mi época no existía especialización en esto», asegura. Hoy en día son dos de los profesionales con más prestigio en el área de efectos especiales con maquillaje. Son capaces de recrear una autopsia, de alumbrar alienígenas y de convocar a todo tipo de criaturas fantásticas para deleite de los espectadores de series.

«Me sentí muy orgulloso cuando me seleccionaron en 'Juego de Tronos'. He trabajado en las tres últimas temporadas en la caracterización de caminantes blancos. Para preparar a cada uno de ellos necesitábamos tres horas y media, más mucho trabajo previo», cuenta Díaz, que ha participado en producciones como 'El Hobbit', 'La Cumbre Escarlata' o 'No habrá paz para los malvados', y que ayuda con sus herramientas a que Joaquín Reyes se transforme en casi cualquier personaje. En la actualidad se encuentra inmerso en la serie de bandoleros que ultima Enrique Urbizu para Movistar, con quien ya colaboró en 'Gigantes'.

A Ambit le cuesta decantarse por una de sus creaciones. Su nombre aparece asociado a títulos como 'Hospital Central', 'El Príncipe', 'Estoy vivo' o 'Cuéntame', por citar algunos. «El nuestro es un negocio familiar en el que invertimos muchas horas, por lo que cuando aceptamos un proyecto volcamos la vida, me cuesta mucho elegir uno de ellos. Entre los más recientes recuerdo lo que hicimos con el personaje de Sito Miñanco, interpretado por Javier Rey, en 'Fariña', que en el último episodio aparecía con 20 años de más. Nos teníamos que basar en fotos reales de él, el acabado debía ser lo más realista posible. A veces las transformaciones con menos detalles, sin muchas arrugas, son las más complicadas porque cualquier fallo se percibe. Este en concreto constaba de seis piezas y tardamos en aplicarlo cuatro horas», apostilla.

Un cuerpo despedazado

De simular una simple herida a recrear un cuerpo despedazado, que a quien está viendo la serie le impacte lo suficiente. Sus propósitos suelen ir unidos a mucha sangre, vísceras y repugnantes protuberancias en múltiples ocasiones. Los dos coinciden en que para que su labor se luzca han de contar con la complicidad de los actores, que son los que prestan sus caras y cuerpos y los que aguantan estoicamente durante horas hasta que se transforman. «Debemos hacerles sentir cómodos, lo que no es fácil, porque se les cita muy temprano y deben permanecer mucho rato. Además, cuando termina el rodaje y todo el mundo se va, a ellos aún les queda el proceso de desmaquillaje que puede durar más de 40 minutos», explica Díaz. «La mayoría se lo toma como un extra que pueden usar y que les va a ayudar. Solo con una intérprete muy conocida me ocurrió algo inesperado. Le retamos a maquillarla de espaldas al espejo para que no viese nada de lo que estábamos haciendo y se sorprendiese al final. El personaje debía aparentar 90 años y cuando se dio la vuelta y lo vio, entró en shock y quiso quitárselo. Se había impresionado mucho, pero al final lo entendió y entró en razón», añade Ambit.

A estas jornadas maratonianas hay que añadir todos los pasos previos en sus estudios, puesto que a algunos encargos les han de dedicar hasta dos meses. «Es preciso un proceso de diseño anterior, y que nos lo aprueben porque entre por presupuesto. Luego ya lo elaboramos en nuestro estudio con técnicas como escultura o modelado, y usamos todo tipo de materiales, barro, plastilinas, escayolas, fibras de vídeo o resinas. No somos un estudio en el que se impriman cosas en 3D, nos agrada fabricar cada pieza de manera artesanal», admite Ambit, que reconoce que lo más complejo es recrear el movimiento y que resulte natural. «Otro de los retos son los falsos embarazos, que hacemos con tripas protésicas. Y también asistimos al parto, dando forma al bebé recién nacido. Normalmente se reproducen con silicona, y suelen ser mecanizados, animatrónicos».

Díaz, que cuenta con un equipo de ocho personas, recuerda que además han de estar presentes en los rodajes «para que el maquillaje se halle siempre en perfectas condiciones, para realizar labores de mantenimiento». Son los mejores aliados para dar verosimilitud al relato o para causar estupor, dependiendo de lo que exija el guion.

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