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Ana Torrent, protagonista de 'Todas las noches de un día'. Fernando Gómez
Ana Torrent: «Mi refugio es el escenario»

Ana Torrent: «Mi refugio es el escenario»

La actriz interpreta a una mujer «rota» en 'Todas las noches de un día', un mano a mano con Carmelo Gómez que recala en el Olympia el próximo miércoles

ELENA SIERRA

Sábado, 2 de febrero 2019, 00:58

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Una «máquina dramatúrgica» construida en torno a un 'thriller' (hay una mujer desaparecida y una investigación para saber qué le ocurrió) y al mismo tiempo un texto altamente poético, que sugiere grandes imágenes con una frase. Así describen los actores Carmelo Gómez y Ana Torrent, dos figuras del cine y el teatro españoles, el montaje que a partir del miércoles recala en el Olympia. El autor Alberto Conejero presenta un texto que juega a que el espectador construya la historia mientras dos actores viajan del presente al pasado con una sola palabra.

-Dice que este es un personaje kamikaze. ¿Se define usted así?

- Tengo un punto, sí; me lanzo por instinto, por sensaciones, pero espero estar más sana que Silvia. Ella es una mujer tremendamente herida, con esas heridas de la infancia que lo marcan todo porque todo está en la infancia. El abuso sexual la rompe por dentro. Parece que va viviendo, pero es destructiva. Y yo no. Soy pasional y me dejo llevar por carácter, que lo tengo muy fuerte, pero no soy como ella. Silvia es una gata que de repente te pega un zarpazo porque se le cruza el cable y ese punto no lo tengo yo (risas).

-¿Por qué cuando leyó 'Todas las noches de un día' tuvo que decir enseguida que sí?

- Este era un equipo potente, con profesionales importantes (Carmelo, el director, el autor, el productor). Y si le sumas que lees el texto y te dices «madre mía, qué personaje, qué historia, qué bonito y qué desgarrador» y que el personaje tiene un arco brutal -pasa la época esperanzadora, la seductora, la desgarradora, el alcoholismo, todo-, no queda otra.

- ¿Cuesta encontrar textos así?

- No es nada fácil. Veo más posibilidades en teatro, claramente, porque a las mujeres a partir de una edad en cine y televisión no nos ofrecen personajes de madurez y de peso. No los escriben, no los hay. Suelen ser secundarios, muy pequeños y al servicio de otros. El público joven no quiere ver esas historias, qué le importa, cierto; pero no hacerlos echa a otro público del audiovisual. A mí me faltan historias nuestras. Siempre ha sido así, aquí y en Estados Unidos, y en Francia te dicen lo mismo.

- Todos los movimientos de mujeres actuales, ¿cambiarán eso?

- Y tiene que haber más. Hay mujeres tan potentes, pero tanto... El otro día fui a tomar algo con dos amigas, actrices de mi edad. Al cabo de una hora se acercó Luis, el director, para decirme que pagaría dinero, y mucho, para saber de qué nos reíamos así. Hay un mundo tan desconocido de las mujeres de a partir de una edad... «No tenéis ni idea de lo que nos pasa», dice mi personaje. Y así es. Hay mucho, mucho, y no sabéis lo que os perdéis. Es una vida igual de poderosa... Bueno, yo me siento con más fuerza que hace tiempo y con todo lo que ahora sé, sobre todo sé lo que no quiero. Si nos dejan, si no vamos para atrás, es el momento de contarlo.

- Vive entre Estados Unidos y España. ¿Es la misma historia?

- Ah, sí. En oportunidades, en todo. Se consiguen muchas cosas pero falta. Yo como actriz no he vivido ciertas discriminaciones, pero alrededor está pasando. A veces mi hija, que tiene 10 años, me pregunta cosas y me mira como si le estuviera hablando de extraterrestres. «Es que hace unos años aquí» o «a esta mujer le ha pasado», le digo, y me pregunta por qué. Ella intenta colocar el mundo y no puede.

- ¿En Nueva York también trabaja?

- No, ese es mi retiro. Aunque en realidad mi refugio es el teatro, como para estos personajes lo es el invernadero. Ahí aparco todo para ser otra. Estados Unidos es el país de mi marido, viví allí hace años y ahora, como la niña va al colegio aquí, no, pero pasamos temporadas largas en Nueva York y Vermont.

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