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El dramaturgo valenciano José Sanchis Sinistera, Max de Honor en 2018. manuel molines
José Sanchis Sinisterra: «La gente del teatro tendemos a quejarnos, pero siempre hemos tenido que luchar»

José Sanchis Sinisterra: «La gente del teatro tendemos a quejarnos, pero siempre hemos tenido que luchar»

El autor valenciano, que recibirá el Premio Max de Honor en 2018, se define como un «combatiente del texto»

Noelia Camacho

Valencia

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Lunes, 16 de abril 2018, 22:23

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«Siempre he sido un combatiente del texto», asegura el dramaturgo valenciano José Sanchis Sinisterra. Lo confiesa a LAS PROVINCIAS después de que ayer se conociera que será reconocido con el Max de Honor en este 2018. Los miembros del comité, que han decidido por unanimidad otorgarle la distinción, han valorado la «vasta trayectoria», el «compromiso social» y el «carácter emprendedor y renovador de la dramaturgia» del valenciano, creador de '¡Ay, Carmela!', entre muchas otras obras. El autor recibirá el galardón el próximo 18 de junio durante la ceremonia de entrega de la XXI edición de los galardones que organiza la Fundación SGAE.

Sanchis Sinisterra recibe el premio como consecuencia de «las cosas de la edad». «Cuando uno aguanta más o menos vivo, empiezan a caerle los reconocimientos», afirma. Lleva seis décadas defiendo las artes escénicas. «Yo siempre he apostado por la literatura dramática, porque la innovación no puede venir sólo de la tecnología. Y me he encabezonado en ello durante todo este tiempo. Pensaba que era una lucha oscura y solitaria, pero he visto que he logrado contagiar a la gente joven. Es lo que me ha dado más satisfacción», argumenta.

Recogerá el Max de Honor por «su inmensa trayectoria y su carácter emprendedor», aseguró el jurado. Una larga carrera en la que ha atravesado por diferentes etapas, pero en la que siempre ha apostado porque las artes escénicas se encaminen hacia una vertiente social. Y en 60 años de trabajo, ha habido de todo. «La gente del teatro tendemos a quejarnos, a pensar que hubo tiempos mejores. Pero siempre hemos tenido que luchar. Se decía que el cine y la televisión iban a sustituirlo, que también se vería eclipsado por las pantallas y el mundo digital, pero durante más de 20 siglos ha mostrado una tenacidad admirable», afirma.

«He intentado que el teatro trate de conmover al espectador», afirma el director

Preguntado si, a lo largo de su trayectoria, ha sufrido algún episodio de censura, manifiesta que «el teatro siempre ha sido perseguido y marginado y ha tenido que luchar con estructuras sociales que no lo acogen, pero este es un hecho que puede ayudar a que las artes escénicas se oriente hacia otras vertientes», afirma.

Cuenta que siempre ha apostado por unos textos que no fueran «gratificantes, conformistas y digestivos para el espectador». «Siempre he intentado que el teatro visibilice aspectos de la sociedad que no suelen llevarse a escena, que trate de conmover en algún sentido la mente de los espectadores», narra. Y concluye aseverando que esa ha sido su «permanente pelea». «Ese ha sido mi aprendizaje», finaliza.

José Sanchis Sinisterra nació en Valencia en 1940. De naturaleza inquieta, su primera aproximación al teatro surgió en las aulas de su colegio, con las representaciones escolares. Desde entonces, más de 40 obras estrenadas, tres espacios escénicos fundados, cientos de talleres y clases magistrales impartidas y 15 premios recibidos, como el Premio Nacional de Teatro o el Premio Max a Mejor Autoría Teatral, que avalan una trayectoria impecable dedicada a las Artes Escénicas. Director, escritor y dramaturgo, es uno de los autores más prolíficos e innovadores de la escena española. Títulos como '¡Ay, Carmela!' (1986), texto con mayor número de visitas de un autor español vivo, considerado un clásico del teatro contemporáneo y adaptada al cine por Carlos Saura, 'Ñaque o de piojos y actores' (1989), 'El lector por horas' (1999) o 'Sangre lunar' (2001), son algunos de sus textos.

Licenciado en Filosofía y Letras, ha compaginado su carrera como profesor con la de autor dramático. Estudioso de los límites y las fronteras de la teatralidad, de la implicación con el público y de espíritu renovador, fundó espacios colaborativos para promocionar la escritura y la investigación. Una faceta emprendedora que arrancó en 1977 en Barcelona, cuando abrió el Teatro Fronterizo, continuó con la Sala Beckett en 1988 y que ha culminado con el Nuevo Teatro Fronterizo o La Corsetería en el barrio madrileño de Lavapiés. El espacio recibió el Premio Max a la Contribución en 2010 y en él se realizan experiencias con colectivos en riesgo de exclusión e interculturales.

Entre sus numerosos premios constan el Nacional de Teatro (1990), el Premio 'Federico García Lorca' (1991), el Max a la Mejor Autoría Teatral (1999 y 2000) y el Nacional de Literatura Dramática (2003), entre otros.

José Sanchis Sinisterra

«No me siento un expatriado de la escena valenciana»

El dramaturgo es consciente de que no está «muy presente en la cartelera valenciana». Pese a ello, no se siente un expatriado ni de la Comunitat «ni de ninguna parte». «Mi trayectoria se puede dividir en tres etapas y Valencia está muy presente en la primera», asegura. «En la ciudad descubrí el teatro, una actividad que le permitió a un jovencito como yo realizarse. El hecho de que ese sentimiento naciera en la universidad siempre me ha acompañado. Allí se creó mi carácter reflexivo e intelectual. Siempre estoy relacionando el teatro con la ciencia, la filosofía o la innovavión y eso se gestó en la facultad en Valencia», narra. En este sentido, Sanchis Sinisterra también destaca su etapa catalana, en la que trabajó con «compañías y actores que fueron unos excelentes compañeros de navegación en un momento muy interesante para las artes escénicas». «Ahora, en Madrid, estoy focalizando mis inquietudes en temas más sociales, en colectivos que no suelen tener visibilidad», cuenta de su trabajo al frente de La Corsetería. Aunque, confiesa, suele venir por su tierra. «Tengo muchos amigos en Valencia. Sé que no estoy muy presente en la oferta pero la ciudad me recuerda esos años de aprendizaje teatral», rememora.

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