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El poder del blanco y negro

Con la colectiva 'Habitar las sombras' y una exposición de Kara Walker, el IVAM dedica un hermoso homenaje a colores esenciales

RAFA MARÍ

Domingo, 19 de octubre 2025, 23:28

El color distrae, el blanco y negro concentra» (Henri Cartier Bresson). «En blanco y negro todo es más verdad» (André Kertész). «El blanco y ... negro no es nostalgia, es estilo» (Martin Scorsese). «El blanco y negro tiene la elegancia de lo esencial» (Ingmar Bergman). «El blanco y negro no envejece: se convierte en memoria» (anónimo). El IVAM dedica dos hermosas exposiciones al intenso poder expresivo del blanco y negro.

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Una de ellas, titulada 'Habitar las sombras', es colectiva (con fondos del propio IVAM y del Museo de Arte Contemporáneo de Alicante), podrá verse hasta el 18 de enero de 2026, está comisariada por Blanca de la Torre y Rosa Castells y reúne un centenar largo de obras espléndidas de muy personales artistas valencianos/as. La otra muestra, titulada 'Burning Village', expone por primera vez en Valencia la creatividad de Kara Walker (Stockton, California, 1969) y se clausurará el 22 de febrero de 2026.

Reflexiona 'Habitar las sombras' sobre la memoria (personal y colectiva), sobre lo cotidiano y los claroscuros, sobre los espectros y lo que se transforma a menudo, poco a poco, de 'algo oculto' en 'algo evidente'. Por su parte, Kara Walker nos cuenta, con sus pequeñas siluetas recortadas en papel e inspiradas en el teatro de sombras victoriano o en las linternas mágicas, 44 historias sobre la identidad, la raza, la marginación y la sexualidad en torno al trágico legado de la esclavitud.

En el fascinante despliegue de piezas que conforman 'Habitar las sombras', las hay, y magníficas, de Louise Bourgeois, Sugimoto, Cristina Iglesias, Susana Solano, Chema Madoz, Cindy Sherman, Basilico... Pero confesaré que lo que más me ilusionaba era ver expuestas las obras de mis amigas y amigos, obras que en algunas ocasiones las recuerdo a medio terminar en el propio estudio de los/as artistas. Me siento orgulloso de mi relación afectiva (y sin crisis especiales: creo que eso tiene mérito), a lo largo de treinta, cuarenta o hasta cincuenta años, de Carmen Calvo, Miquel Navarro, Isabel Oliver, Natividad Navalón, Amparo Tormo o el añorado Joan Cardells (Valencia, 1948-2019).

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Busqué impaciente a lo largo de la sala central del IVAM. Experto ya en esas lides, no tardé en encontrarlas. La primera que 'pillé' fue precisamente la de Cardells, dos chaquetas de uralita tituladas con números (era una costumbre de Joan). A no mucho tardar descubrí la obra de Carmen Calvo: 'Has hecho de mí todo lo que querías' (2005, técnica mixta sobre madera). Soberbia la propuesta de Isabel Oliver: '¡Es niña!' (de la serie 'La mujer', 1970-1973, acrílico sobre lienzo enmarcado). Las obras de Miquel Navarro forman parte de mi biografía: en esta ocasión me reencontré con 'Sota la lluna' (plomo y zinc). Amparo Tormo, con la que coincido muy a menudo por las calles de Mislata, titula de forma sugestiva 'La dignidad de la locura' (grafito sobre madera y hierro, 1997). La obra de Natividad Navalón tiene asimismo un título formidable y misterioso: 'Ella almacenaba blancos y olores', 2009 (me gusta que las obras estén tituladas con fuerza poética).

Por cierto, cuando vi estas dos exposiciones (en un día laborable), las salas del IVAM estaban repletas de espectadores. Hacía años que no las veía así. El color blanco y el color negro siguen siendo poderosos imanes, sobre todo si se programa con acierto y sentido vital.

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