Lola Barcia y Marinela Forcadell IVÁN ARLANDIS
EXPOSICIÓN EN LA TRINI ESPAI D'ART

Quince años dando la lata

Las valencianas Lola Barcia y Marinela Forcadell repasan en una exposición su trabajo con la fotografía estenopeica en Reino Unido, Japón, Jordania, Italia y México

Viernes, 19 de mayo 2023, 00:54

Imagina que trabajas en el control de equipajes de un aeropuerto y en un momento dado te topas con dos extravagantes mujeres que en sus maletas tan solo portan alrededor de medio centenar de latas vacías. Sí, latas. De todas las formas y tamaños. Registras a fondo el equipaje pensando que ocultan algo, les practicas el pertinente control de explosivos y las registras de arriba abajo mientras ellas, afables y obedientes, parecen totalmente acostumbradas a lo que está sucediendo.

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Lola Barcia y Marinela Forcadell viven esta situación prácticamente cada vez que vuelan. Son Las Fotolateras, y se dedican en cuerpo y alma a la fotografía estenopeica. ¿Qué es esto? Simple y llanamente, se trata de hacer fotos con latas. Sin lentes, ni objetivos, ni mecanismos complejos. Llevan nada menos que quince años enlatando todo el mundo, han publicado dos libros sobre su técnica, imparten cursos por todo el globo y han expuesto en reputadas galerías de Reino Unido, Japón, Jordania, Italia, o México, entre otros lugares.

Con motivo de su quince aniversario, han traído a Valencia la exposición 'Quince años dando la lata', que se inaugura hoy en La Trini espai d'art y se podrá visitar hasta el 1 de julio. La exposición recopila buena parte de su obra, está dividida en varias temáticas y está comisariada por el director del espacio de arte, Lluís Salvador.

Enlatar el mundo

El proceso parece sencillo: primero hay que pintar de negro toda la lata. Después hay que hacerle una pequeña perforación por donde más tarde entrará la luz. En el interior de la lata se debe depositar el papel fotosensible teñido de plata, que se quema cuando le da el sol y consigue retener la imagen. «Cuando obligas a la luz a encontrarse con la oscuridad, todo el mundo exterior se proyecta en la cámara oscura. La luz entra de forma natural, sin lente», explica Lola.

Ellas se lo guisan y ellas se lo comen. Hablamos con Las Fotolateras mientras ultiman los preparativos de la doble inauguración que tendrá lugar esta tarde y mañana viernes, a las 20 horas, en La Trini espai d'art.

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A la izquierda, la foto lata 'cocinando' un monumento en Kioto. A la derecha, el resultado. LP

Marinela explica que la particularidad de esta técnica fotográfica es que «jamás capta el instante decisivo». Al precisar de tiempos largos de exposición para una sola foto, «nunca se queda con lo efímero». Esto significa que, aunque por delante del encuadre pasen cientos de personas, la fotografía solo acabará reflejando los elementos estáticos del paisaje, aquello que no está en movimiento. Para ellas, esto es una metáfora de la vida misma. «Vamos demasiado rápido y descabezados por el mundo. Si no haces cosas que permanezcan, pasas por el mundo sin que se note, igual que ocurre con nuestras fotos, que solo retienen lo que permanece», apunta Lola.

Esta consideración introspectiva de su trabajo contrasta con una actitud gamberra que las convierte en un tándem que llega a ser desternillante. Tienen anécdotas a puñados: «Hace unos años, en Rusia, un policía súper jovencito me pidió que pasara el bolso por un escáner para entrar en una zona oficial –cuenta Marinela–. Al ver que llevaba decenas de latas, empezó a sudar como un loco. Para que el policía viera que no éramos terroristas, Lola le enseñó su bolsa, también repleta de latas. ¡A ver qué terrorista es tan imbécil de enseñar sus bombas a la polícía! Claro, después de eso nos dejó pasar».

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En la playa de Gijón

Esta fotografía muestra ese carácter efímero del ser humano del que hablan las Fotolateras. «Un hombre aparece contemplando el mar en Gijón. Estaba muy quieto, pero se marchó antes de que la lata terminara de 'cocinarse', por eso es aparece transparente. ¡Se me ponen los pelos de punta!», explica Marinela.

Curarse de la celeridad del mundo

Viajan de manera lenta y pausada, hasta el punto en que consideran la fotolata como una forma de curación: «Para nosotras es una descompresión con respecto al frenesí del día a día. Lo digital te acelera, te hace pensar que siempre debes estar actualizándote. Tiene un componente fuerte de estrés. En cambio, la fotografía estenopeica lleva otro ritmo. En un día no hacemos más de 40 fotos», explica Lola.

Les gusta revelar el mismo día que fotografían, así que durante sus viajes convierten los baños de su habitación de hotel en uno de esos cuartos de revelado iluminado tan solo con luz roja. La muestra que hoy inauguran está compuesta por tres temáticas: por un lado, los asistentes verán parte de 'Ciudades enlatadas', su obra general. En segundo lugar, habrá piezas «cocinadas a fuego lento» que los asistentes podrán llevarse, literalmente, en cajas de pizza. Y, por último, presentarán su nueva serie, 'Noche simulada', compuesta por negativos sin positivar en los que parece que es de noche pero en realidad es de día.

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Puente de Brooklyn

En esta fotografía que tomaron del Puente de Brooklyn, las aguas aparecen sin ningún tipo de movimiento, hasta el punto en que el río parece que esté helado o que el agua sea un brillante pavimento.

Una lata de café como lente gran angular

Cuando Las Fotolateras van al supermercado, en vez de comida ven cámaras. Son expertas en hacer conversiones de producto alimenticio a objetivo fotográfico: «Por su tamaño y forma, cada lata tiene correspondencia con un objetivo real», cuentan. «La lata de café de la marca Illy es un gran angular, la de té es un 50mm y la de panettone es un ojo de pez para fotos de grupo», explican.

Después de quince años dedicándose a esto, las Fotolateras han adquirido cierta autoridad en lo que respecta a la opinión de la gente sobre lo que hacen. No obstante, no siempre fue así. La gente no siempre vio del todo razonable que Lola y Marinela andaran de aquí para allá cargadas hasta los topes de latas. «Nos decían de todo –cuenta Lola entre risas–. Nos tomaban por locas de remate. Al final, lo más importante es la constancia y la ilusión». «Y creérselo desde el minuto uno«, matiza Marinela».

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En definitiva, las Fotolateras son dos mujeres que han alcanzado esa quimera que supone dedicarse en la vida a lo que a uno le venga en gana: «No entendemos la vida de otra manera. Somos muy afortunadas. Cada piedra que te lancen debe convertirse en un peldaño más en la escalera que llega a un objetivo. ¡Nosotras tenemos una escalera de noes preciosa!».

Torre Eiffel

Esta fotografía realizada desde debajo de la Torre Eiffel busca captar la esencia de París. «Muchas personas nos han dicho que parece una bailarina con el cancán y el liguero. Para nosotras transmite muchísimo ese erotismo parisino, y lo hace a través de su mayor símbolo: la Torre Eiffe», explican.

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