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Montaje 'Bibliotecas de ruidos y sonidos' se instalará en noviembre en el Centro del Carmen. LP
Los problemas del Escalante se eternizan

Los problemas del Escalante se eternizan

Al cierre del edificio y la falta de director se suma la inactividad de la escuela, que no ha empezado las clases | La Diputación contratará un responsable temporal mientras se convoca el concurso público para el coordinador del teatro y retomará la formación académica en diciembre

c. velasco

Miércoles, 13 de noviembre 2019, 00:18

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La resolución de los problemas del Centre d'Arts Escèniques Teatre Escalante se toma su tiempo. El teatro se quedó sin sede fija en octubre de 2016 tras el cierre del edificio histórico en la calle Landerer, propiedad de la Fundación Patronato de la Juventud Obrera, por graves. Desde entonces la programación deambula en diversas instituciones, tanto públicas como privadas, de la ciudad. De hecho, el próximo montaje, 'Biblioteca de ruidos y sonidos', del escenógrafo José Antonio Portillo y el músico Enric Monfort, se representará los próximos 23 y 24 de noviembre en el Centro del Carmen. En 2020 sumará cuatro años sin escenario estable.

A la falta de edificio propio, se suma que la coordinación artística está vacante. El pasado junio Josep Policarpo, responsable de la programación 2019-2020, dejó en junio el cargo tras concluir el contrato de tres años (dos años más uno prorrogable). En su despedida pública Policarpo alertó de que sin sede estable el proyecto artístico del Escalante se desdibuja. «Si la Diputación decide que el Escalante es un proyecto de futuro, viable y que hay que apoyar, hay que poner medios, pero hasta ahora no se ha hecho. Creo que ha faltado compromiso y voluntad por parte de la Diputación, el motivo no lo sé, pero es evidente que ha faltado», dijo en rueda de prensa.

El Escalante, uno de los proyectos sobre los que cabe la opción de ser absorbido por la Conselleria de Cultura, suma ya cinco meses sin responsable. Y no hay fecha para que la situación varíe. La diputada de Teatros, Glòria Tello, prevé fichar a un responsable temporal «para garantizar la programación» durante el tiempo que se dilate la convocatoria del concurso público. Se trata de realizar un «contrato de asistencia técnica» hasta que la plaza sea cubierta. Desde Teatros no manejan plazos para el concurso, dado que es una cuestión de Personal.

El Escalante atraviesa horas bajas: sin escenario estable y sin nadie al frente de la coordinación artística. A esta situación cabe añadir que la Escola de Teatre Escalante no ha iniciado el curso. Estaba previsto que arrancará la formación el pasado octubre pero se retrasó la resolución del concurso público, procedimiento por el que se buscaba un gestor para la escuela. Según fuentes de la Diputación de Valencia, la Escola del Teatre Escalante ha recaído en la Escuela del Actor, como en la anterior legislatura. La formación académica comenzará «en diciembre», añadieron.

La Escola de l'Escalante, que entró en funcionamiento en 1993, nació con la intención de acercar las artes escénicas al público y convertir la formación en un instrumento de diversión y desarrollo personal y social.

Tanto la escuela como la programación del Escalante forman parte del imaginario colectivo de varias generaciones de valencianos. El edificio de la calle Landerer ha pasado de ser un símbolo cultural al abandono. Fue el 5 de octubre de 2016 cuando la Diputación de Valencia, a través de un comunicado de prensa, anunció el cierre inopinado de la sala situada en la calle Landerer. En una decisión política adoptada en función de un informe técnico del arquitecto se dilapidaron más de 30 años de historia cultural valenciana.

El coste de la reforma para paliar los fallos estructurales del edificio, según la Diputación, ronda los 4,9 millones de euros. Si la remodelación fuera más amplia para ajustar el espacio a la normativa actual y poder tener licencia de actividad, llegaría a los 6,3 millones de euros.

El teatro se construyó a principios del siglo XX y muestra un aire modernista por las guirnaldas que adornan los palcos y la boca del escenario. Las columnas de hierro visto proceden de un barco hundido en la guerra del 1914-1018. El antiguo palacio tardo renacentista conserva una entrada con dintel de piedra y escudo heráldico de la familia de los barones de Cortes y Ruaya, sus primeros propietarios. El patio era la entrada de carruajes y las caballerizas estaban donde ahora se encuentra el patio de butacas.

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