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Martha High & The Soul Cookers en directo
Martha High, sacerdotisa del funk

Martha High, sacerdotisa del funk

Grandilocuencia estilística para una de las voces esenciales en la historia del funk y del soul.

alquimia sonora / amalia yusta

Viernes, 28 de abril 2017, 12:27

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Una de esas noches que se anticipan a base de groove, del ritmo que rodea a Martha High y de los ingredientes macerados que llegaban con The Soul Cookers. Elegancia y potencia a partes iguales para una de esas voces con más de 50 años de escenarios y militancia soul y los más de 30 que pasó acompañando a James Brown. Toda una vida dedicada a difundir la palabra del groove, ya sea desde a esos 20 metros de la fama en un segundo plano, o ya convertida en frontwoman. Martha High comenzaba en el 16 Toneladas de Valencia una mini gira española que todavía la llevará a Cáceres (día 28), Madrid (29 abril) y Estepona (30 abril).

Junto a ella, la banda que la acompaña en esta gira, The Soul Cookers: Leonardo Corradi (Hammond B3), Tony Match (batería) y Eric Wakenius (guitarra), los artífices de darle forma al groove que emana la de Virginia. Formato cuarteto para su último trabajo, dejando de lado el brillo soul de los metales y adentrándose en progresiones jazz en cuanto a instrumentación. Pocas referencias a Singing for the good times, su último trabajo. Un escaso The hardest working woman y ese For the good times fundido con el Funky good times de James Brown. Y es que Brown sería una de las presencias constantes durante el concierto. No solo por referencias (productor del primer trabajo en solitario de Martha High) o por homenajes como Cold Sweat, sino por la propia de High de moverse por el escenario. Menos teatral pero cediendo a los ademanes exagerados de los predicadores y plagando su show con anécdotas e historias.

Una Martha High exultante que consiguió convertir el 16 Toneladas en una pista de baile: dividió la sala en dos grupos y organizó un concurso de baile con el que acabó mezclándose entre los presentes al concierto. Una frontwoman con pocos ademanes de diva pero que encarna a la perfección el espíritu funk: dirección de todo lo que pasa sobre el escenario, capacidad de movilizar a su público y conseguir que bailen o canten según sus designios Imposible no dejar que el maremoto Martha High nos llevara a todos por delante. Así consiguió dos de los momentos más funky de la noche. Conseguir un mashup entre el Hes my ding dong man que le produjo James Brown y el You can ring my bell de Anita Ward e ir azuzando al público cual dj mezclando cada una de las frases cantadas (o bramadas, según el caso) desde la pista de baile.

Comentábamos que además de pasar de puntillas sobre Singing for the good times, dejó espacio para que tanto Corradi como Match y Wakenius disfrutaran con dos instrumentales para abrir la noche. El Eight counts for Rita que popularizó Jimmy Smith con su Quartet, y Tgotze. El trío fue calentando la sala a base de estos dos temas que ya iban dando pistas de lo que sonaría esa noche. Arraigo jazz en las interpretaciones de los tres músicos y un groove sin piedad que saltó la cuarta pared para abrazar a los asistentes y acercarles cerca de la primera fila sin que pudieran parar de mover los pies. En el interludio que aprovechó Martha High para refrescar los calores del funk, fue Eric Wakenius quien se enfrentó en solitario a los presentes para posteriormente unirse a Match y Corradi en Just kissed my baby de The Meters.

Martha High incidió más en alguno de sus trabajos anteriores, como Its High Time (2009), con los temas You need a woman likeme o Little things you do, un trabajo en el que ella misma firmaba gran parte de las composiciones. Dos temas que se unían al cover de Sista (con deje reggae) en esa tríada dedicada a la mujer y en la echamos en falta ese I am a woman de su último disco. Una mujer que se reivindica sobre el escenario, como intérprete y creadora, pero sobre todo como una showoman que vive por y para las bambalinas. El triunfo final, mantener a todos los presentes bailando a su antojo con ese fin de fiesta funk. Un concierto que fue ganando en ritmo e intensidad para acabar estallando en la lluvia de groove llamada Martha High.

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